Un estudio de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella le puso números a lo que se percibe en la calle desde principios de año. La imagen de Alberto Fernández y su gestión viene en caída libre. El desgaste del Gobierno por la pandemia y el pésimo manejo de la cuarentena y la estrategia de vacunación hicieron que hoy haya menos confianza en el presidente que en el último mes de Mauricio Macri, justo antes de perder las elecciones en primera vuelta.
El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) es uno de los clásicos de la Di Tella. El mismo se elabora mensualmente con un relevamiento de Poliarquía Consultores y busca la opinión de más de 1200 casos, de 43 localidades del país que cuenten con más de 10 mil habitantes. El último, realizado entre el 6 y el 15 de abril, arrojó un número que debería preocupar al oficialismo.
Con respecto al mes pasado, el ICG de Alberto Fernández y su Frente de Todos mostró una caída de 2,9 %. De esta manera, el valor actual se ubica en 1,73 puntos. El expresidente Mauricio Macri, cuando ya no tenía posibilidades de ganar las elecciones, ni siquiera de llegar a una segunda vuelta, contaba con un 12 % más: 1,97.
Según el informe, las percepciones “negativas” como la “Eficiencia en la administración del gasto público”, la “Evaluación general del gobierno” y la “Honestidad de los funcionarios”, arrojaron importantes mermas de entre 8 y 5 puntos. Las valoraciones “positivas” como la “Preocupación por el interés general” y la “Capacidad para resolver problemas del país” mostraron cifras menores, que explican el bajo promedio que obtuvo el oficialismo.
Por lo pronto, el Frente de Todos consiguió un “changüí” por el acuerdo con Juntos por el Cambio, posponiendo las elecciones primarias y las definitivas un mes cada una. Aunque todavía no hay ley firmada, ya está confirmado que en agosto no tendrán lugar los comicios y que los argentinos votarán por primera vez en el año en septiembre. Aunque el oficialismo espera repuntar de la mano de las próximas vacunas, la situación económica no parece que pueda dar algún respiro a una gestión que se abraza a medidas contraproducentes.