Parece que desinfectar compulsivamente las mesas, los picaportes, las compras del supermercado y muchas otras superficies no tenía mucho sentido, más allá de la higiene obtenida por el proceso en cuestión. Resulta que, para el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, la posibilidad de “contagio mediante superficies” es equivalente a 1 en 10000.
De esta manera queda descartada una de las tantas costumbres de la “nueva normalidad” que mucha gente implementó, con mayor o menor intensidad. Cabe recordar que, al inicio de la pandemia, se consideró como una posibilidad el contagio mediante una “superficie contaminada”, por lo que mucha gente extremó los cuidados y los comercios multiplicaron los procesos de higiene, sobre todo restaurantes y supermercados.
Por lo tanto, el CDC ahora asegura que “la principal vía de contagio del COVID-19 es la exposición a gotitas respiratorias portadoras del virus infeccioso”. Para el ente norteamericano, “en la mayoría de las situaciones”, la limpieza con jabón o detergente “es suficiente para reducir el riesgo”, por lo que no hace falta ningún proceso particular de “desinfección”.
Muchas empresas de productos desinfectantes, demandados hasta el desabastecimiento al inicio de la pandemia, volverán seguramente a niveles tradicionales de facturación. Al menos tuvieron un veranito, al que hemos contribuido todos, en mayor o menor medida, con nuestra paranoia.
Eslovaquia recomienda no usar la Sputnik V
La agencia reguladora eslovaca manifestó que desaconseja el uso de la vacuna rusa en todo el territorio nacional. Lo que pasa es que el ente asegura que las dosis recibidas, provenientes de Moscú, no coinciden en un 100 % con la conformación de la vacuna a la que hizo referencia la revista científica The Lancet. La noticia cayó pésimo en el Gobierno de Vladimir Putin, complicado por estas horas por el papelón de Alberto Fernández, vacunado con las dos dosis de la Sputnik V, pero contagiado de COVID-19.
Las autoridades rusas aseguraron que todo se trató de un “sabotaje” y le pidieron a Bratislava que mande en condiciones de nuevo las dosis, “para que se puedan usar en otros países”. No sería llamativo que el Gobierno argentino haga una propuesta regateando, pidiendo un “descuento” por el producto “usado”.