“Me voy a meter en la política y voy a ir a militar con vos, porque como hemos pedido que se vayan todos y no se fue ninguno, ahora que se queden todos, porque nos vamos a meter todos y los vamos a sacar a patadas en el culo para volver a reconstruir la Argentina próspera”. Con estas palabras, Javier Milei le confirmó el fin de semana a José Luis Espert que se lanza de lleno en la política electoral.
El anuncio rompió las barreras del microclima liberal y fue noticia nacional, además de ser tendencia en redes. El economista libertario es conocido fuera del sector y no solamente podría llevarse el apoyo del voto afín. La crisis económica para el año que viene va a hacer estragos y no sería llamativo que los planetas se pongan en fila para que termine cosechando votos liberales, de centro derecha, pero también de una expresión antipolítica, que siempre aparece en los momentos de estallido.
De participar como candidato a diputado, Milei lo haría por la Ciudad de Buenos Aires. Hablamos de un distrito muy complicado para el peronismo, que además siempre tuvo componentes importantes de “voto bronca”. En la elección legislativas de 2001, antes de la caída de Fernando de la Rúa, el hartazgo del sistema se expresó claramente en las urnas. En aquella oportunidad, mientras se registró menos de un millón y medio de votos válidos, casi 600 mil decidieron impugnar o meter el sobre en blanco. El kirchnerismo acusa al economista de representar la “anti política”, pero si miramos las encuestas, en lugar de mantener ese discurso, lo que debería hacer el oficialismo es preocuparse.
Si bien el kirchnerismo utilizó unos votos rebeldes en 2003, cuando varios incautos confiaron en el candidato desconocido que venía del sur, lo cierto es que los que más preocupados tienen que estar con el frente liberal son los de Cambiemos. El macrismo está dividido actualmente entre lo que se conoce como “palomas” y “halcones”. Los dialoguistas alrededor de Horacio Rodríguez Larreta, que no buscan confrontar demasiado con el Gobierno nacional y esperan tener una propuesta moderada para las presidenciales de 2023 y los “duros” representados por Patricia Bullrich. ¿A quién le hablarán “los halcones” en una legislativa porteña, donde no se vota senadores, cuando hay un frente de centro derecha claro, políticamente incorrecto y que dice lo que piensa? Este espacio, que no quiere saber nada con una alianza con el macrismo, tiene serios problemas.
Para las elecciones de 2019, Juntos por el Cambio apeló al “voto útil” para desincentivar la intención de sufragar por Espert. Ahora el argumento se les puede venir en contra. Seguramente el espacio liberal le plantee, con razón, a la opinión pública el siguiente debate: ¿Preferís a un radical o un macrista del montón sentado en el recinto, o a un legislador liberal para dar los debates de fondo?
La estrategia de Bullrich y los radicales más conservadores fue la de seducir al exministro liberal Ricardo López Murphy, para llevarlo entre los candidatos cambiemitas. Lo cierto es que no han tenido éxito. Si bien el bulldog se presentó a dialogar con ellos en varias conferencias online, el referente liberal se cansó de repetir que el electorado no kirchnerista ni macrista necesita representación. En la única categoría que Murphy apuesta a competencia interna primero y luego la unidad es en los distritos que votan para el Senado, para evitar darle los dos tercios a Cristina Kirchner.
¿Fusión de Uni2 y el Partido Libertario?
En la charla de Espert y Milei donde se realizó el anuncio que revolucionó el fin de semana, entre los partidos (vigentes y en formación) que apoyarán el frente se mencionó al Libertario y al fundado por Agustín Etchebarne Uni2 como eventuales respaldos. Aunque las dos agrupaciones comenzaron con las afiliaciones, se tratan de dos partidos en proceso de formación y constitución legal. Fuentes de ambos grupos reconocen por estas horas que la fusión en un único espacio es una posibilidad concreta. La idea entusiasma a más de uno en ambos lados. Lo cierto es que, ante la complejidad de formar un nuevo partido en Argentina, la idea suena más que lógica. Un anuncio en este sentido sería un buen primer paso en vísperas de las elecciones, que tendrán lugar en medio de un desastre económico total, con muchos oídos predispuestos para el espacio liberal.