Perteneció a la juventud liberal de Alsogaray durante los ochenta, pero arribó a lo más alto del poder de la mano del populismo de los Kirchner en la década pasada. Llegó a ser jefe de Gabinete, pero dejó el Gobierno enfrentado con los K, a los que venció en las urnas cuando Cristina Fernández de Kirchner (CFK) planeaba perpetuarse. Buscó una “gran avenida del medio” para enfrentar a los extremos de la grieta en 2015, pero terminó tercero y se quedó afuera del balotaje que disputaron Scioli y Macri.
Estos años se mostró como un “opositor dialoguista” y fundó la mesa de “Alternativa Federal” junto a Miguel Ángel Pichetto y Juan Manuel Urtubey. Pero luego de varios tires y aflojes con su espacio, Sergio Massa convocó a su partido a una convención y obtuvo autorización para negociar con cualquiera en pos de un gran frente opositor. Incluso con su exjefa política.
“La fragmentación de la oposición beneficia únicamente a Macri y contribuye a su reelección”, indicó el documento del Frente Renovador aprobado por unanimidad. A partir de ahora, Massa tendrá “la potestad de realizar las gestiones y las negociaciones que crea necesarias”. Al instante los analistas ya interpretaban que era un hecho el desembarco del tigrense al espacio de los Fernández.
En concreto, Massa todavía no abandonó su pretensión presidencial, pero en su discurso advirtió que ocupará el rol que le corresponda. Si bien el exintendente de Tigre era el número puesto por el peronismo para la provincia de Buenos Aires, CFK no esperó a las negociaciones y confirmó a Axel Kicillof para disputarle el puesto a María Eugenia Vidal. Sin embargo, todavía no hay nada firmado y todo puede cambiar. Desde que se abrieron las negociaciones con el espacio de la expresidente, también se sugirió que Massa podría encabezar la lista de diputados, pero este puesto parecería ser poca cosa para las aspiraciones del líder del Frente Renovador.
“La mayoría actual política no es suficiente y hay que generar una nueva, grande, ganadora. Hay que ampliar esta coalición opositora y poner en marcha la esperanza de millones de argentinos”, resaltó. Pero, aunque suene extraño, no quedó en claro a que “coalición opositora” hizo referencia, si a la de Alternativa Federal, de la que podría tener un pie afuera o el espacio de CFK, al que podría arribar en cualquier momento.
El “permiso” del partido de Massa para que este negocie con quien quiera es sin dudas un fuerte golpe para el “peronismo no K” que buscaba fortalecerse y pelear por un espacio en la segunda vuelta. Con Roberto Lavagna por la suya y sin Massa, Alternativa Federal queda herida de muerte. Desde el radicalismo se insiste en que este espacio “amplíe” la coalición de Cambiemos, pero hasta el momento ese camino no ha mostrado posibilidades de concreción.
A tan solo 20 días de la oficialización de las listas, las piezas se acomodan de a poco, pero todavía no está dicha la última palabra y la oferta electoral que recibirán los argentinos en la primaria de agosto sigue siendo un misterio.