El escritor y profesor argentino-israelí Gustavo Perednik suele manifestar que le gusta que le digan “educador”. Argumenta que tiene cierto rechazo por el término “intelectual”, ya que las ideas más absurdas y peligrosas suelen estar en las cabezas de personas denominadas como “intelectuales”. El grupo de kirchneristas de Carta Abierta parece darle la razón.
Durante los años del kirchnerismo, cuando todo era más accesible, eran noticia de todos los días. Sobraba la exposición pública, los recursos y los minutos en los medios estatales y paraestatales K. Además de los lugares comunes de la izquierda de hace cincuenta años, los miembros de Carta Abierta se la rebuscaban para elaborar disparatadas teorías propias. En una oportunidad, el filósofo Ricardo Forster manifestó una curiosa teoría monetaria: durante el kirchnerismo había inflación porque la gente era tan feliz, que estaba dispuesta a pagar más por las cosas. Un pensamiento original y notable como el “cero mata cero” de Nicolás Maduro.
Recientemente volvieron a manifestarse para juntar fondos con el fin seguir publicando sus proclamas en Página/12, que parece que no les hace descuento por afinidad ideológica. Ahora volvieron al ruedo para defender a la dictadura chavista. Seguramente por la inflación descomunal que sufre el pueblo venezolano, los “intelectuales” K consideran que se trata del pueblo más feliz del planeta.
Este miércoles, el grupo liderado por Horacio González, se presentó en una librería porteña para leer un documento titulado: “Nuestro apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro“. En sus líneas se destaca que Venezuela sufre “el ejercicio más crudo de un nuevo acto de dominio imperial, de un decrépito dominio imperial”. Según la visión de Carta Abierta, los problemas que aquejan al pueblo venezolano no son culpa del chavismo, sino de las recientes sanciones impuestas por los Estados Unidos. Finalmente resaltaron que, pese a la agresión exterior, Maduro se mantiene por el “gran apoyo popular” y por el “firme respaldo de las Fuerzas Armadas”.
Desde que comenzó el conflicto con las dos presidencias simultáneas de Juan Guaidó y Nicolás Maduro Kirchner no dice absolutamente nada de Venezuela. Lo cierto es que el dramatismo que vive la gente bajo el autoritarismo chavista es tan grande, que la expresidente no debe querer quedar “pegada”. El gran número de Venezolanos exiliados en Argentina permite conocer de primera mano las penurias que atraviesa el país bajo la dictadura, por lo que no es tan sencillo defender los “logros” del chavismo en Buenos Aires y alrededores. Pero más allá de como haya tomado Cristina esta manifestación de su grupo de intelectuales afines, lo cierto es que estas noticias no hacen otra cosa que mejorar las chances de Mauricio Macri. Mientras el líder de Cambiemos compita mano a mano con la expresidente, estas manifestaciones delirantes significan una eficiente campaña gratuita para el oficialismo en un año electoral.