La inseguridad, junto con la falta de justicia, es uno de los problemas más acuciantes en la región. Recientemente, un caso en Argentina ha resaltado esta situación: un hombre fue imputado por detener a un ladrón. Se trata de Max Mazard, un inmigrante haitiano naturalizado que trabaja incansablemente de lunes a lunes, quien capturó al delincuente y lo entregó a la policía. Sin embargo, para su sorpresa, el ladrón fue liberado y él fue imputado.
Es un ejemplo claro del mundo al revés: aquel que roba queda libre, mientras que quien captura al ladrón enfrenta la justicia. Desde su quiosco, rodeado de mercadería y con una heladera de gaseosas de fondo, Mazard compartió su experiencia en una entrevista con el PanAm Post.
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El agravado relató que el hurto ocurrió dentro de su negocio. Al día siguiente, vio entrar al ladrón con la misma ropa y lo identificó por sus zapatos. Decidió capturarlo y llevarlo ante la Justicia, pero lamentablemente, él terminó siendo imputado. Este incidente refleja el “garantismo” imperante, donde los criminales son tratados como víctimas y los ciudadanos trabajadores como opresores, incluso si son inmigrantes que trabajan arduamente.
“Nos han robado tanto, hasta el miedo nos robaron. Eso pasa muchas veces. Nos robaron muchas veces, no solamente a mí, a los vecinos, a los estudiantes. Lo que sí está sorprendiendo, no sabía que el sistema que debía proteger a los ciudadanos, está del lado de los ladrones. Los ladrones se sienten más seguros que uno, porque roban y están libres. Entran y salen, por eso te roban sin cara cubierta”
Max recibió una llamada de la Fiscalía, donde le informaron que estaba imputado por golpear a un hombre. Sin embargo, al preguntar quién era ese hombre, se dio cuenta de que se referían al ladrón. Este no es el primer robo que sufre: lleva 11 años en Argentina y hace cuatro años fue víctima de un hecho similar. A pesar de la adversidad, Max mantiene el ánimo y afirma que los argentinos votaron por un cambio, rechazando un sistema que favorece a los ladrones.
“Si tocas a un ladrón, en menos de 12 horas la fiscalía reacciona, porque son intocables y eso te da bronca, porque tratas de hacer todo bien y terminas en estas condiciones”.
Por último, Mazard destaca el papel de Patricia Bullrich, ministra de seguridad, y su compromiso de combatir el crimen, pero subraya que aún persiste una lógica judicial que favorece a los delincuentes y perjudica a los inocentes. En Argentina, un trabajador puede ser imputado por detener a un ladrón, lo que evidencia la necesidad urgente de reformas en el sistema judicial.