El adoctrinamiento anti-español en Cataluña tiene un costo alto, no solo económico, también cultural. Los menores están aprendiendo en la escuela que sus vecinos de Madrid, Extremadura y Málaga son “extranjeros”. El nacionalismo detrás del separatismo así lo exige.
Como si fuesen franceses, italianos o mexicanos, los niños de entre 12 y 13 años aprenden que tienen “gentilicios de lugares extranjeros” las personas de otras regiones o localidades de España, según una denuncia pública por “adoctrinamiento”.
El libro con estos contenidos pertenece a la Editorial Baula y está en lengua catalana como parte de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Fue expuesto por la Asamblea de una Escuela Bilingüe (AEB).
Por medio de Twitter se dio a conocer el libro para demostrar cómo son adoctrinados los menores con un sentimiento anti-español. La Comunidad Valenciana, Baleares y de la Franja de Aragón aparecen entre los “gentilicios de lugares extranjeros”, entre otros.
Un libro catalán de ESO considera "extranjeros" a Madrid, Extremadura y Málaga
Este es el "modelo de éxito" de la escuela catalana "que no se toca", adoctrinar a los más jóvenes para que el día de mañana voten separatista
Y Sánchez y Celaá aplaudiéndoleshttps://t.co/q6h9o2dhkG
— Convivencia Civica Catalana (@CCivicaCatalana) September 22, 2021
No es sorpresa este tipo de contenidos bajo la gestión del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El Gobierno de Pedro Sánchez indultó a los líderes del separatismo catalán que había sido encarcelados.
Mayor presupuesto para traducciones
La complicidad con el separatismo, que en su versión extrema resulta en terrorismo, trasciende lo ideológico y tiene también un impacto económico, pues está afectando y aumentando el presupuesto del Senado en cuanto a los gastos destinados a traducción a lenguas regionales.
Se trata del catalán, el gallego y el euskera, que se deberán usar sin restricción en todas las actividades del Senado, tras aprobarse una reforma al Reglamento, promovida por JxCAT, la cual contó con los votos del PSOE.
El portavoz de JxCAT, Josep Lluís Cleries, admitió al defender la reforma que esta generará un coste de unos 950.000 euros, según reseñó El Imparcial.
En la Cámara alta existe un presupuesto de 280.000 euros para las traducciones y transcripciones de 2021, dado que cada sesión contiene su transcripción diaria. A eso se le suman 75.000 euros para lo propio en la Comisión General de las Comunidades Autónomas.
Un total de 355.000 euros se destinan exclusivamente a las llamadas lenguas oficiales, además del gasto de encuentros con presidentes extranjeros, reuniones o actos. Por ejemplo, la Cámara alta destinó en contratos menores otros 4.228,95 euros (IVA incluido) este año para traducir del inglés y del alemán lo dicho en la Conferencia de Presidentes de Parlamentos de la Unión Europea (celebrada en mayo) y del rumano en lo manifestado en la visita de la presidente del Senado de Rumanía (mayo) y en una videoconferencia entre la expresidente del Senado, Pilar Llop, y la misma personalidad rumana (febrero), respectivamente, según reporta ABC.
La centroderecha unida contra el separatismo
El gasto exorbitante que esto genera causó el rechazo del PP, Vox y Ciudadanos, que en defensa de la Constitución destacaron cómo el castellano es la lengua oficial, resaltando cómo además tener una lengua en común permite una mejor comprensión en el Senado.
La senador del Partido Popular (PP), Alicia Sánchez Camacho, calificó esta medida como un “disparate” que podría triplicar los gastos destinados a traducciones. En un discurso muy vehemente rechazó convertir al Senado en una “torre de Babel de idiomas que no entendemos”, salpicada de “auriculares y traductores”.
«Piensan que el dinero público es ilimitado», señaló Jacobo González-Robatto, del partido Vox, debido al gasto que esta reforma implica.
En cuanto a las prioridades del Gobierno, la senadora María Ponce, de Ciudadanos, criticó que Junts esté más preocupado por que haya una comisión de Medioambiente en catalán que de cumplir las sentencias del Supremo sobre el castellano en los colegios: «Sánchez lo consiente y lo permite para mantenerse en la Moncloa».
En medio de una pandemia que paralizó la economía y ha dejado desempleados a pequeños y medianos productores en el país, resulta indignante que en lugar de la unidad y la libertad de emprender, el Gobierno de coalición socialista-comunista gaste los impuestos sustraídos de sus ciudadanos en fomentar el separatismo.