Sacerdotes cubanos han sido golpeados, detenidos e incluso desaparecidos por marchar junto a un pueblo que clama por su libertad. No solo en las calles, también desde el púlpito, hasta el arzobispo de Santiago de Cuba ha extendido ese llamado.
La Iglesia católica de Cuba defiende el derecho de los cubanos a salir a las calles a expresar su malestar por el deterioro de la situación económica y social, así como por la represión durante los disturbios antigubernamentales.
“Comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”, declaró la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) en un comunicado.
Les preocupa además que “las respuestas a esos reclamos sea el inmovilismo que contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos”.
“No solo vemos que las situaciones se agravan, sino también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”, agregó la jerarquía católica cubana.
Luego de 62 años bajo la tiranía comunista, los obispos cubanos apuntaron que “no se llegará a una solución favorable por imposiciones”.
«Por más poderoso que sea un dictador, solo es un hombre. No tengáis miedo»
En medio de las multitudes que claman libertad en Cuba se puede observar a sacerdotes elevar a la patrona de la isla, “Cachita”, la Virgen de la Caridad del Cobre.
Tener en alto a quien consideran la reina del universo y madre de Dios va de la mano con restarle poder a un tirano mundano. Pues perder el miedo a manifestarse contra el régimen se apoya en una frase del papa San Juan Pablo II: “Por más poderoso que sea un dictador, solo es un hombre. No tengáis miedo”.
Históricamente, el socialismo –la etapa previa al comunismo– se ha alimentado de desvincular a naciones de Dios para convertirse en religión propia. Así sus líderes, el partido, y/o la revolución ocupan ese rol de dios inmortal, intocable e incuestionable.
Por ello los cubanos le han dicho basta al culto al Estado, a lo cual el régimen ha respondido con represión. El seminarista Rafael Cruz Débora, de apenas 26 años, fue detenido violentamente, removido de su hogar por la madrugada.
Para lograr su liberación, intercedió el obispo de Matanzas, Mons. Manuel Hilario de Céspedes. Al joven le impusieron una “multa por el delito de desorden público”.
Su falta fue estar en medio de las manifestaciones “llamando a la gente a entenderse y pidiéndole a las autoridades que no reprimieran con golpes, que respetaran el derecho a la manifestación”, según relata Rolando Montes de Oca, sacerdote de la Arquidiócesis de Camagüey.
El arzobispo de Camagüey, conocido como “Willy” Pino, intervino para lograr la liberación del sacerdote Castor José Álvarez Devesa, quien marchó junto a los cubanos y por ello fue castigado con una detención y golpes en la cabeza con un bate de béisbol, lo cual se puede visualizar por las vendas que cubren la herida.
“Recemos por los que todavía están detenidos para que haya justicia y no haya excesos, y para que los cubanos encontremos el camino de la libertad”, fueron sus palabras finales tras ser liberado.
Testimonio del Padre Castor José Alvarez Devesa despues de ser liberado https://t.co/bJQuIDTeAz #Cuba #ProtestasEnCuba
— Center for Free Cuba (@cubacenter) July 13, 2021
La participación en las manifestaciones y represión de los católicos no solo se remite al clero. También laicos han sido detenidos y desaparecidos por el régimen, entre ellos los jóvenes Yasmani González Aguilar, Leonardo Fernández Otaño, el cineasta Manuel Alejandro Rodríguez Yong, Neife María Rigau Chiang y Henry Constantín, director de la revista La Hora de Cuba.
El laico católico Osvaldo Gallardo, originario de Camagüey quien reside en Miami, informó que Manuel Yong ha sido trasladado a la unidad El Cotorro, en La Habana, “con otras 600 personas detenidas en el Capitolio (…) Le van a presentar cargos en 72 horas. A esas personas les han dado ya ropa de presos”, denunció.
Los católicos de Cuba y el mundo esperan más del papa
Mientras los católicos cubanos arriesgan su vida por la tan ansiada libertad, hay inconformidad por lo que se percibe como el silencio del papa.
Luego de 10 días de hospitalización finalmente se pronunció. Aunque una comitiva de cubanos que llegó al Vaticano con banderas y el llamado por la libertad celebró sus palabras, para otros no ha sido suficiente. E incluso lo vivieron como un llamado al fin de las protestas (cosa que no dijo de manera textual).
“Ruego al Señor que lo ayude (al pueblo cubano) a construir en paz, diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna”, anunció. “También estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular de las familias que mayormente sufren”, aseguró el sumo pontífice.
“Exhorto a todos los cubanos a encomendarse a la protección maternal de la Virgen María de la Caridad del Cobre. Ella les acompañará en este viaje”, exclamó.
«No hay papa pero hay monjas. ¡Cristo con nosotros!»
Así como los cubanos apelan a la Santa Madre, también cuentan con el apoyo de las hermanas que han tomado votos.
Las monjas también se han destacado en las manifestaciones en las calles e incluso una de ellas con un enérgico mensaje a Francisco:
Los católicos cubanos, desde que empezaron las protestas en Cuba estamos esperando que usted alce su voz. Duele mucho que mientras reprimen al pueblo que salió a las calles pidiendo libertad, usted tenga palabras para felicitar el triunfo de Argentina en la Copa América, hable de los residuos plásticos en los mares y no haya hecho una oración en público por los muertos, los detenidos, los desaparecidos y todos los que están atemorizados en sus hogares a lo largo de toda nuestra patria.En los mares de Cuba, Santidad, además de plástico, yacen los restos de los muchos cubanos que han muerto ahogados tratando de escapar de la gran cárcel en la que los Castro convirtieron mi país. Nuestra Iglesia ha sido perseguida, amenazada, vigilada, penetrada por los agentes de la seguridad del estado…Usted le dijo a los jóvenes: …”Luchen por sus sueños, pero sueñen en grande, no dejen de soñar”.
Los jóvenes cubanos que han nacido en dictadura, que han sido adoctrinados, educados en escuelas ateas, en una sociedad de partido único, que han crecido, unos comiendo y vistiéndose de las ayudas de sus familias en el exilio y otros en la más absoluta miseria, están soñando con ver a su país libre. Usted los invitó a soñar y ahora que los están matando por gritar su sueño, usted guarda silencio.
Usted pidió a sus pastores que olieran a oveja. De los sacerdotes cubanos que se han puesto del lado del pueblo abiertamente, algunos están siendo golpeados por la policía, detenidos y silenciados por sus obispos que temen por sus vidas. Y del acoso del gobierno a los obispos, usted que es su papa, debe saber más que yo. Cómo les duele Padre, a las religiosas y sacerdotes cubanos con los que he podido hablar que usted mire para otro lado.
Me duele que me digan que usted es un papa comunista. El comunismo acaba con la moral de los pueblos, con su religión, con su esperanza. Ayer en Miami salieron a protestar por las calles, junto al pueblo, 4 Hijas de la Caridad, algunas de ellas ancianas. Sor Consuelo, de México y Sor Elvira, Sor Reinelda y Sor Rafaela, cubanas. Entre la gente escuché decir: ¡No hay papa, pero hay monjas! ¡Cristo está con nosotros! Ayúdenos, Padre. Sigo rezando por usted.
“Usted siempre pide que oremos por usted, yo le pido que ore y actúe para que no muera más gente en Nicaragua, en Venezuela y en Cuba”.
Históricamente la Iglesia católica ha mantenido una postura frontal contra el comunismo. Por eso, aunque la monja María Victoria Olavarrieta publicó su carta un día antes de las declaraciones de Francisco, para muchos lo que el pontífice dijo sabe a poco.