El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas está compuesta por cinco naciones con poder de veto, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Esta hegemonía política que se ha conservado por más de medio siglo tomó un giro, pues tres de sus integrantes (Estados Unidos, el Reino Unido y Francia) están enfrentados a China, dado que desde allí se esparció la pandemia que ha paralizado al mundo entero.
De las más de 2 millones de personas infectadas con COVID-19 en el mundo, cerca de la mitad provienen de EE. UU., el Reino Unido y Francia. Están entre los cuatro países con más víctimas fatales, 37 233, 22 745 y 18 681 respectivamente.
Acusan a China por su falta de transparencia, situación que obstaculizó la información que la Organización Mundial de la Salud emitió a los países miembros. Recién el viernes 17 de abril el gigante asiático admitió que no logró vencer al coronavirus y aumentó por 1 290 casos la cifra de muertos que se mantuvo inmóvil por semanas.
Para enfrentar esta crisis, el G7, compuesto por las siete economías más avanzadas del mundo (Alemania, Canadá, EE. UU., Francia, Italia, Japón y el Reino Unido), tuvo una reunión virtual presidida por Donald Trump.
«No podremos seguir con los negocios como de costumbre después de esta crisis, y tendremos que hacer preguntas difíciles sobre cómo surgió y cómo pudo haberse detenido antes», anunció Dominic Raab, ministro de exteriores británico, luego de la reunión y afirmó que es necesaria una revisión muy profunda sobre el origen del brote.
Coronavirus: No more 'business as usual' with China after COVID-19 crisis, warns Dominic Raab https://t.co/E23VNhSnZj
— Sky News (@SkyNews) April 16, 2020
Por su parte el mandatario francés Emmanuel Macrón planteó dudas sobre cómo China ha enfrentado la crisis en entrevista con el periódico inglés Financial Times.
Dijo que no había comparación entre las sociedades abiertas y aquellas en las que se suprimía la verdad, cuando se le preguntó si el enfoque autoritario de China había expuesto la debilidad de las democracias occidentales.
“Dadas estas diferencias… no seamos tan ingenuos como para decir que (China) ha sido mucho mejor para manejar esto”, anunció.
Abandonar las libertades para combatir la pandemia amenazaría a las democracias occidentales, exclamó, “no podemos aceptar eso. No puedes abandonar tu ADN fundamental con el argumento de que hay una crisis de salud”.
Existe una guerra mediática entre embajadas
Las declaraciones se dieron poco después de un cruce entre Pekín y París, luego que la página oficial de la embajada china publicó un artículo donde decía que los países occidentales habían dejado a los ancianos para morir en hogares de cuidado. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia manifestó su inconformidad con lo dicho y China respondió que fue un malentendido.
Pero no es la primera vez que sucede algo similar. El subdirector general del «Departamento de Información» de China, Lijan Zhao, al igual que Lin Songtian, embajador de China en Sudáfrica, han impartido propaganda contra EE. UU. en redes sociales.
This article is very much important to each and every one of us. Please read and retweet it. COVID-19: Further Evidence that the Virus Originated in the US. https://t.co/LPanIo40MR
— Lijian Zhao 赵立坚 (@zlj517) March 13, 2020
Zhao, por ejemplo, compartió recientemente un artículo que alega que el coronavirus se originó en EE. UU.
Trump le quitó fondos a la OMS por ser “China-céntrica”
Desde EE. UU. un grupo de senadores de Estados Unidos urgió al presidente Donald Trump formar una comisión de países con el fin de investigar los orígenes del coronavirus, al igual que la gestión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a la pandemia.
Trump acusó a la OMS de ser “China-céntrica” y anunció que le quitará los fondos. En el 2019 EE. UU. se destacó como la nación que más contribuyó —el 22 % de los fondos— más de $400 millones de dólares; la segunda nación que más entregó fue China con $44 millones de dólares.
The damage to the international reputation of #China’s Communist Party is irreparable pic.twitter.com/3f9zJmWNYV
— Marco Rubio (@marcorubio) April 17, 2020
El Departamento de Estado recibió un comunicado advirtiendo una posible filtración del virus de un laboratorio de Wuhan
Ya en 2018 el Departamento de Estado recibió información que podría desatarse una pandemia de este tipo. A través de un informe enviado desde la embajada de EE. UU. en Pekín en el 2018, crece la hipótesis que una de las posibles causas del brote es la filtración de un laboratorio de Wuhan.
Allí se alertó fallas en el sistema de seguridad del Instituto de Virología de Wuhan que visitó un equipo de científicos diplomáticos en compañía del cónsul. Mediante un comunicado no clasificado el cuerpo diplomático informó un encuentro con la Dra Shi Zhengli, jefe del proyecto de investigación. La doctora Shi ha sido cuestionada internacionalmente por experimentar con murciélagos de la misma cueva de la cual salieron los especímenes que produjeron el brote de coronavirus del SARS en 2003.
No sabemos si el nuevo coronavirus se originó en el laboratorio de Wuhan, pero el comunicado ha indicado el peligro allí, dijo Xiao Qiang, investigador de la Facultad de Información de la Universidad de California en Berkeley.
«No creo que sea una teoría de la conspiración. Creo que esta es una pregunta legítima que necesita ser investigada y respondida «, agregó. «Comprender exactamente cómo nació es un conocimiento esencial para evitar que ocurra en el futuro».
Los países que previnieron la pandemia tienen pocos muertos
La falta de advertencia por parte de China, de la mano de la censura contra sus médicos y periodistas que alertaron el peligro del brote de coronavirus, le privó a la humanidad entera del tiempo de preparación necesario para enfrentar una crisis de estas proporciones.
Basta comparar con Taiwán y Hong Kong, naciones que sufrieron el brote de SARS en el 2003 y por tanto supieron prepararse para la pandemia que se venía.
Con 7 millones de habitantes, Hong Kong tiene apenas 1 022 contagiados, 4 muertos y la mitad de los afectados (533) han sido curados. Mientras que Taiwán, con cerca de 24 millones de habitantes tiene solo 395 casos, 6 muertos y 166 (más de la mitad) curados.
Taiwán advirtió a la OMS sobre la rápida propagación de la pandemia en diciembre. Pero la OMS hizo caso omiso. Pues ni siquiera considera a Taiwán como país miembro, dado que es requisito ser miembro de la ONU y dicha organización no la admite, dado que China, con poder de veto, no reconoce su autonomía.
It is an embarrassing scene. @WHO Director General, Bruce Aylward, hangs up in an interview with RTHK when he is asked about reconsidering Taiwan’s membership. Ironically, despite being so close to China, Taiwan manages to keep the #coronavirus infection and fatality rate low. pic.twitter.com/bFWRXpCyHN
— Ezra Cheung (@ezracheungtoto) March 28, 2020
La falta de reconocimiento de las advertencias, tanto de Taiwán como de los médicos perseguidos por el régimen comunista chino, fueron un retroceso que hoy las potencias occidentales reclaman.
Pues la OMS fue enérgica al desincentivar las restricciones de viajes, alegando que China no presentó pruebas demostrando el contagio de persona a persona, mientras en los hospitales chinos los pacientes ya llevaban semanas contagiando al personal médico.
Paralelamente, Rusia, el quinto país miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, saltó en defensa de China y llamó “contraproducente” a las acusaciones por parte de las potencias occidentales.
Cabe destacar que el manejo de la crisis por parte de Moscú, al igual que Pekín, también ha sido duramente criticado. Incluso sindicatos de médicos han acusado que Rusia, que supuestamente tuvo solo un muerto por COVID-19 durante semanas, tapaba casos de coronavirus llamándolos “neumonía atípica”. Tanto que se crearon tres hospitales expresamente para tratar la neumonía.
El mundo no será el mismo luego de la pandemia del coronavirus que ha logrado que hasta los jefes de Estado se reúnan de manera virtual.
Ahora está por verse si la era donde todo era “Made in China” llega a su fin, pues el daño causado desde Pekín está afectando sus acuerdos bilaterales con naciones de Occidente.