Chile está en llamas. Al menos 18 muertos han sido reportados, casi la mitad calcinados en supermercados incendiados durante saqueos, que se suman a la destrucción de estaciones del metro de Santiago, a raíz del aumento del costo del transporte, anunciado por el presidente Sebastián Piñera, y al creciente encarecimiento de vida.
En respuesta, el director ejecutivo de la Fundación para el Progreso, Axel Kaiser, publicó un video para explicar la situación que enfrenta Chile y cómo fue que en la gestión de la dos veces presidente Michelle Bachelet se hicieron las reformas que aumentaron el costo de vida y redujeron el crecimiento de la nación, logrando que hoy no aumenten los sueldos a la par de los costos.
El Estado chileno ha crecido cerca de un 50 %
“Hay angustia económica. Hay frustración justificada con los servicios públicos. En Chile pagamos cada vez más impuestos”, dice Kaiser. Y explica que contrario a los reclamos de los manifestantes, que buscan mayor intervención estatal en la economía, incluso en forma de “derechos sociales” garantizados, ha sido la creciente presencia del Estado lo que hace insostenibles los impuestos.
“El tamaño del Estado ha crecido prácticamente un 50 por ciento en la última década, década y media y los servicios son cada vez peores. Estos impuestos no solo los pagan en buena medida la gente de mayor ingresos, también las personas de clase media y los que tienen menores ingresos, para recibir a cambio servicios públicos deficientes por decirlo suave”, afirma.
Por ejemplo, la reforma tributaria de Bachelet, en el 2014, no solo aumentó el costo de vida; como consecuencia del aumento de impuestos, la economía se ha trancado. Chile no crece como solía hacerlo. Por lo tanto los salarios no están subiendo.
Por reformas de Bachelet economía chilena se trancó
Kaiser afirma que gran parte de la responsabilidad de lo que está viendo hoy Chile tiene que ver con pésimas reformas que se aplicaron en el Gobierno anterior. Sobre estas, los especialistas advirtieron que estas iban a generar precisamente el tipo de resultados que se ven hoy, donde es cada vez más difícil tener una mejor calidad de vida.
Sostiene que no puede haber progreso si se castiga la inversión, a los creadores de empleo, los incentivos. Tampoco si destruyen los alicientes para que las personas en Chile puedan salir adelante. Detalla que eso sucedió tanto para la empresa en pequeño, mediano y gran nivel. Es imposible prosperar si se castiga al motor de la prosperidad.
Chile con mayor movilidad social
Pese al deterioro de la calidad de vida de los chilenos, incluso los economistas que trabajaron con la expresidente Bachelet reconocieron que nunca ha habido más movilidad social que hoy. Así se evidencia en el estudio realizado Claudio Sapelli de la Universidad Católica.
Y si se mide por generaciones, el Gini, que es el índice que mide la desigualdad, también ha caído en los últimos años. Incluso el Banco Mundial publicó un informe donde se puede ver que Chile tiene mayor movilidad social que muchos países desarrollados.
Existen problemas pendientes, pero la solución no es cambiar de sistema
Nada de esto significa que no queden problemas pendientes, enfatiza Kaiser. Reconoce que existen desafíos en materia de incrementar los ingresos de la mayoría de las personas. Ese es precisamente el gran desafío para hacer de Chile un país desarrollado.
Invita a no seguir el camino de la demagogia, ya que no van a ser los más pudientes los que sufrirán las consecuencias, va a ser la gente más necesidad.
En lugar de apelar al populismo y a decisiones que destruyen los incentivos, la inversión, el desarrollo, el emprendimiento, el crecimiento de todos dentro de una economía pujante, propone no que la riqueza se distribuya por medio del Estado, sino que se produzca.
Propuestas
Para lograrlo, Kaiser plantea algunas propuestas:
- Apoyar al presidente de la república. Esto no es un tema de derecha o izquierda, con todas las críticas que se pueda tener en contra del presidente Piñera. Insiste en que aquí no se trata de él como persona, se trata de la institución de la Presidencia de la república, que dirige el orden político en el país. Es cuestión de proteger el orden democrático.
- Respaldar las fuerzas armadas y carabineros y no ser ambiguos con la violencia, con los desmanes y con los saqueos. Si carabineros y fuerzas armadas no pueden actuar con tranquilidad para hacer su trabajo, que está establecido en la ley y la Constitución, habrá un caos generalizado y eso es lo que se ha visto estos últimos días, e insiste que ha sido necesario convocarlas precisamente para que lo detenga.
- También afirma que la clase política tiene que evaluar un conjunto de reformas que le permitan a Chile dar el salto que muchos anhelan, de darle mejor calidad de vida, prosperidad y progreso a grandes segmentos de la población que hoy se sienten estancados.
Kaiser insiste en que Chile tiene la receta que le permitió llegar al desarrollo, si la abandona y sigue el camino alternativo, advierte que se perderán y no solo van a perder la oportunidad de haber llegado al pedestal de los países más exitosos del planeta, sino que va a traicionar la expectativa de las personas más vulnerables que merecen mejores oportunidades.
El modelo chileno hasta ahora ha funcionado con sus problemas, pero ha funcionado, exclama Kaiser. E invita a dar el próximo paso, sin abandonar los fundamentos del éxito que Chile ha alcanzado en las últimas décadas.
Concluye que no es un problema de preferencia, de valores subjetivos, de emociones o ideologías. Este es un tema de lo que en la práctica sirve para alcanzar un propósito y sobre esa base puede haber un acuerdo transversal.
Por los más pobres, propone no fomentar ideas que en el resto de América Latina, como es visible, han generado un desastre tras otro.