La medicina cubana produce más dinero que el turismo, por medio de la exportación de médicos, su mejor publicidad. Pero poco se dice sobre cómo este programa afecta a los cubanos en la isla. La doctora Isabel Cristina Cabello López denuncia que la negligencia médica le quitó a su hija y nieta.
Acusa a Rafael Treto, jefe del Departamento Médico, de estar borracho la víspera del parto de su hija Beatriz Bia López, causando su muerte y la de su nieta.
Ante la falta de personal médico, ambas fueron atendidas por un estudiante de cuarto año de medicina, Yasmany Batista, según explica para CubaNet.
La abuela y madre de las respectivas víctimas denuncian que Batista no monitoreó a la paciente pese a que sufría “dolores extraños” que él adjudicaba al hambre, pese a que había comido.
Cabello López fue una de los tantos médicos que son utilizados por el régimen como mano de obra esclava, ya que les expropian más del 75% del sueldo e impiden que puedan viajar con sus familias.
Esta situación quedó al descubierto cuando el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, condicionó al régimen a mejorar las condiciones de trabajo de sus médicos.
Lo cual produjo el retiro masivo de los mismos por parte del régimen, sin que estos puedan opinar al respecto.
Estando en Venezuela, la doctora recibió el aviso del parto de su hija, la cual le anunció que tenía pérdida de líquido y un dolor extraño.
Le indicó a su hija que avisara que su madre era médico y de esta forma fuera atendida con mejores tratos, pero eso no sucedió.
Sinaí, como iba a llamar a la bebé, murió ahogada gracias al desplazamiento de la placenta.
Una rebaja del 20% de su sueldo fue la sanción contra las médicas (Jeysy, esposa del jefe de guardia y Marizol) por haber provocado la muerte de una persona.
“Eso era lo que valía mi nieta para ellos!”, exclamó Cabello López.
En vista que no estaba monitoreado el corazón de la infante, el equipo médico no sabía la urgencia de la cesárea. De modo que no se efectuó.
Sinaí murió durante la cesárea y a Beatriz le tuvieron que extraer el útero.
Pese a los cuidados -intensivos- que requería luego de la muerte de su bebé y la remoción de un órgano que le impediría ser madre a futuro, el equipo médico en lugar de atender a la paciente le dieron el alta.
Los médicos cobran en moneda para turistas; la que no paga, no pare
Ya en Cuba, la doctora vio a su hija en casa, pálida y adolorida. Le llevó al hospital y ahí descubrió que todo se podía evitar si pagaba. Pues los médicos están cobrando en moneda convertible, la que usan los turistas.
“Me enteré que (las cesáreas) cuestan entre 40 o 60 CUC, si lo llego a saber antes hubiera pagado la de mi hija. Fue horrible escuchar eso. El mismo día que murió mi nieta, con el mismo equipo médico, murió otro bebé de 9 libras, por no hacerle la cesárea. Ese niño y mi nieta fueron enterrados juntos”, dijo llorando.
Tal como pasó con el hijo de la vicepresidente del Partido Libertario Cubano-José Martí, sede Camagüey, los jóvenes aspirantes a médico descartaron el dolor abdominal de la paciente; alegando que eran gases. Pero horas después la joven falleció.
En el caso del joven camagüeyano, perdió la vida a los 24 años. Mientras que la negligencia médica en Santa Clara, mató a Beatriz de apenas 18 años.
“Mamita, si me pasa algo me haces justicia”, le dijo Beatriz.
Van cuatro años de la muerte de Beatriz y su bebe, y la madre sigue buscando justicia en un país donde la medicina cumple un fin ideológico: vender al mundo la maravilla de la salud pública y gratuita.
Pasando por alto elevado costo humano, tanto de los pacientes como de los médicos separados de sus familias.
Y por supuesto, también de los médicos que al ser expropiados de sus sueldos por el Estado, cobran a sus pacientes en situación vulnerable y les niegan atención, cobrando las vidas de los más frágiles: las personas que están por nacer.
Médicos que matan pagan
Cabello López todavía sigue a la espera por justicia para su familia, por las vidas que fueron arrebatas y denuncia que además su confrontación con el sistema de salud cubano provocó que hasta ahora no le devuelvan sus pertenencias.
Siguen en Venezuela, luego de cuatro años, el mismo tiempo que lleva esperando que las autoridades del hospital, que tienen múltiples denuncias, respondan por lo sucedido.
“Treto es intocable, a pesar de sus borracheras. En estos momentos está de jefe del salón de operaciones. A 10 meses de lo de mi hija, le perforó el intestino a otra muchacha de 26 años, y dejó a tres niñas huérfanas. Él solo fue al juicio como testigo”, afirma.