Si arrojas una rana al agua hirviendo, salta y sobrevive con quemaduras leves. Pero si la cocinas lentamente, no lo notará al principio y morirá al final. Ese es un proverbio común en Venezuela que describe cómo el socialismo ha consumido gradualmente a la nación.
En un seminario web coordinado por Atlas Network, Luis Henrique Ball, empresario venezolano y director del PanAm Post, hizo un recuento de cómo comenzó hace 50 años con la nacionalización del petróleo, el Banco Central y otras industrias, y explicó el actual contexto político que vive Venezuela. Esta nota incluye el vídeo completo – en inglés.
En 1965, las exportaciones petroleras venezolanas representaban 2/3 del comercio internacional de hidrocarburos. La nación tuvo la inflación más baja del mundo durante 100 años. Hubo un crecimiento anual constante del 5 % por año y el 67 % de la nación era de clase media, según estándares europeos.
Todavía a principios de la década de los ochenta, Venezuela tenía un ingreso per-capita mayor que la suma de todos los demás países del área andina, incluyendo Chile.
Desde que EE. UU. dejó el patrón oro, solo el franco suizo y el bolívar venezolano lograron evitar que su moneda perdiera su valor. Permaneció así hasta 1973 cuando tanto la rama legislativa como ejecutiva quedaron bajo el poder de un solo partido y se procedió a la estatización del Banco Central, hasta ese momento no solo independiente sino con acciones cotizadas en la bolsa de Caracas.
No solo industrias fueron estatizadas. La comercialización de café y cacao quedaron exclusivamente en manos del Estado, cuando Venezuela era aún el tercer productor mundial de café y el quinto de cacao.
Luego comenzaron los controles de precios, incluso el costo de las entradas a cine y la champaña francesa estaban bajo el control del Gobierno.
Bajo la administración de Carlos Andrés Pérez, el socialismo democrático se apoderó de Venezuela bajo el lema “Ahora somos libres de crear un nuevo tipo de empresario” a través de créditos otorgados por el Estado.
Pérez seguía la famosa frase de Lenin cuando en 1924 anunció el “Nuevo Plan Económico” en la URSS. El Estado tomaba las alturas dominantes” de la economía y anunciaba el surgimiento de un hombre nuevo que permitiría el socialismo, al liberar sus deseos individuales de ser reemplazados por el colectivo.
Como resultado, el tamaño del Gobierno se cuadruplicó, y, paradójicamente, mientras los ingresos de este crecieron, también lo hizo la pobreza.
Bajo la influencia de Juan Pablo Pérez Alfonzo, el diplomático venezolano responsable de la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y quien dijo que el petróleo era “el excremento del diablo”, Venezuela renunció de forma deliberada y constante a su participación en el mercado petrolero mundial.
Para 1981, la producción de petróleo disminuyó, de forma suicida, a un tercio de la cifra de 1971, a pesar de que el país contaba con amplias reservas. Esta política se mantuvo durante varios gobiernos de distintos partidos – todos socialistas democráticos.
Chávez aprovechó los veinte años de fracaso y empobrecimiento que fue generado por estas políticas para intentar apoderarse del poder por la vía del voto.
Hugo Chávez fue entrenado por Cuba
Chávez mismo reconoció haber sido reclutado como un infiltrado de “la revolución” (lease de La Habana) por Alfredo Maneiro. En aquel momento líder de un partido guerrillero, proscrito, de ideología maoísta.
Maneiro reclutó a Chávez como un topo cuando era segundo teniente, recién salido de la academia militar. Antes de que Chávez llevara a cabo un fallido golpe de Estado en 1992, ya había sido un topo cubano en el Ejército venezolano durante más de 20 años.
Chávez ganó poder gradualmente: en 3 etapas
La única elección que Chávez ganó limpiamente fue la de 1998.
Al no haber tomado el poder por asalto, Chávez tuvo que actuar de forma paulatina antes de revelar sus verdaderas intenciones y apoderarse del poder absoluto. Para ellos diseñó una estrategia en 3 etapas.
Etapa 1: Cambiar la Constitución para lograr la reelección, hasta entonces prohibida, y tomar el control del Poder Judicial.
Etapa 2: Conseguir apoyo internacional para eventualmente contrarrestar a EEUU. Para ello contó con la gran suerte que el precio del barril de petróleo se multiplicó por 20 durante sus primeros 10 años. El precio del petróleo pasó de $7/bbl a $140/bbl. Esto le permitió a Chávez comprar apoyos en lo que se denominó la “Petrodiplomacia”, financiando partidos socialistas en toda América y España.
Rusia también se benefició de esto, no porque estuviera ideológicamente cerca de Chávez, sino porque le interesaron mucho los 17 mil millones de dólares en ventas de armamento que acordaron con Hugo Chávez.
Etapa 3: Luego de casi 10 años en el poder, Chávez, al fin, se auto-proclamó comunista y ferviente marxista-leninista y comenzó una enorme campaña de estatizaciones y confiscaciones como jamás se habían visto en Venezuela.
Los sindicatos de trabajadores fueron puestos bajo control estatal, los líderes que se opusieron a estas medidas fueron encarcelados o forzados al exilio.
Estas etapas podrían alertar a los mexicanos, pues su actual presidente, Andrés Manuel López Obrador quien hasta ahora ha copiado fielmente a Chávez, también ha comenzado su mandato sin enfrentar a los empresarios. Falta ver si, al igual que Chávez, eso lo está dejando para la tercera etapa del proceso.
Desde 1999 el PIB se ha contraído en 60 %. Y Actualmente, gracias al descalabro económico ocasionado por el chavismo, el consumo de leche se redujo en un 80 % y el pollo en un 75 %.
Los venezolanos están indefensos
A diferencia de la Constitución de los Estados Unidos, que tiene una segunda enmienda que garantiza el derecho a portar armas y formar una milicia si el Gobierno se excede en sus poderes, en 2008, Hugo Chávez se aseguró de que nunca habría un levantamiento y despojó a los venezolanos de sus armas, incluso de sus hogares.
Años después, con Maduro a la cabeza, para evitar asustar a la población y engañar a la comunidad internacional, se prohibieron los drones en las manifestaciones públicas y se detiene a las personas que toman fotos desde los tejados, para así evitar que circulen en medios y redes sociales evidencias de pa represión generada por el chavismo.
20.000 cubanos están conteniendo un levantamiento militar
Con civiles desarmados, el Ejército sería el siguiente en la fila para sacar a Maduro del poder. Sin embargo, 20.000 cubanos leales al régimen están a cargo de la seguridad personal de Maduro y del alto mando militar y vigilan a cualquier miembro del servicio y a su familia para evitar un levantamiento.
El personal cubano rota en grupos entran y salen del país. La Habana sabe que si Maduro cae, esos 20.000 cubanos podrían ser linchados y masacrados, porque el pueblo venezolano está enojado y cansado de la dictadura. Sin embargo, Cuba no tiene la logística para retirar a sus agentes y llevarlos a casa a salvo. Este es uno de los escollos para lograr la salida de Maduro. Cuba lo necesita allí.
Juan Guaido es el presidente constitucional
La fuerza es la única manera de mantener a Maduro en el poder. Según la Constitución venezolana, Juan Guaidó es el presidente legítimo y tiene el poder de convocar elecciones, mientras que Maduro es un usurpador. Es un error y una demostración de ignorancia cuando un medio se refiere a Guaidó como “auto-proclamado”
Para ganar la última elección presidencial, en la que el 80 % de los venezolanos se negaron a votar, Maduro declaró ilegal la participación de la auténtica oposición y encarcelo a sus principales rivales. Su única oposición fue un exministro de Chávez.
Sus elecciones no fueron reconocidas por toda América Latina, la Unión Europea y los Estados Unidos. Es por ello que a partir del 10 de enero Juan Guaidó asumió como presidente, pues ante el vacío de poder o la usurpación así lo establece la Constitución de Venezuela. Actualmente, Guaidó es reconocido por más de 50 países, entre ellos Estados Unidos, como el presidente legítimo reconoció del país suramericano. El hombre que cuatro años antes recibió, literalmente, una bala en la espalda por confrontar al Gobierno.
Tenemos la suerte de que Obama ya no sea presidente
Fue bajo la administración de Obama, quien junto con Tom Shannon, Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, tenían una idea de la democracia que implicaba tener conversaciones interminables con Maduro, pues creían que se volvería más dócil si Estados Unidos hacía concesiones con Cuba.
En cambio, la administración Trump sabe que son una banda de criminales, y que un diálogo solo le permite a la dictadura chavista seguir en el poder.
La crisis de los refugiados venezolanos está alcanzando proporciones sirias
Hasta el momento, casi el 15 % de la población venezolana emigró. 4.000.000 son exiliados, de los cuales 1.000.000 está refugiado en Colombia. En cuanto al porcentaje, hay más exiliados venezolanos que cubanos.
Según el Instituto Brookings, 4.000.000 más podrían salir de Venezuela este año, lo que significaría que esto sería igual o más grave que la peor crisis africana, peor que Siria.
Esta situación es única en la historia de América y podría convertirse en una de las peores catástrofes humanas, si Maduro permanece en el poder.
El socialismo se normaliza a través de la cultura
Al leer The New York Times en 2008, Hugo Chávez era presentado como la reencarnación de Jesucristo, debido a los programas sociales.
Al igual que lo que está sucediendo en los Estados Unidos ahora, las universidades se convirtieron en territorios socialistas hace 50 años en Venezuela. A partir de ahí estas ideas se hicieron políticamente populares.
Comparar Venezuela con Medio Oriente es un despropósito
Hoy en día, la administración de Trump está proporcionando un apoyo increíble para que a Venezuela regresa la libertad y la democracia. Mientras, algunos expertos libertarios en EEUU están enfocados en desanimar a los Estados Unidos sobre una posible intervención al compararla con Irán e Irak. No tienen ni idea de lo que realmente ocurre ni en Venezuela ni en la región.
Venezuela es el país más pro-EE. UU. del mundo, no tiene conexión con Centroamérica. En 1997, Bill Clinton visitó Suramérica y la única ciudad donde su equipo de seguridad caminar libremente fue Caracas. Allí se vio aclamado por las multitudes.
Es por eso que no hay necesidad de invadir, basta una demostración de fuerza para deshacerse de la inteligencia cuba que amenaza a los soldados venezolanos.
¿Que sigue?
Maduro se va. No va a durar más de un año. Es como un prisionero en el Palacio de Miraflores, no tiene libertad de movimiento. Es universalmente odiado. Ya no tiene control.