EnglishA veces uno tiene la impresión de que una gran parte de Estados unidos está dedicada a las telenovelas —ver celebridades y chismes sensacionalistas— como si esto distrajera a los lectores ordinarios de los hechos importantes con implicaciones políticas, sociales, económicas y hasta medioambientales.
Esta semana pasada, la telenovela era la de Rachel Dolezal, quien se hizo famosa como la cabeza del Capítulo de la Asociación Nacional Para el Avance de la Gente de Color (Naacp) en Spokane, Whashington. Dolezal saltó a la fama como portavoz en el mundo del activismo negro, hasta el descubrimiento embarazoso de una investigación de periodistas que dicen que ella no es, en absoluto, una mujer de color.
Fotografías de la investigación, tomadas en alguna parte del norte de Europa, muestran a Dolezal cuando era joven: una mujer pálida, de pelo lacio, rubia y con pecas. Resulta que ella nació en una familia de “blancos”, de padres blancos, sin ningún linaje afroamericano.
De forma interesante, en una entrevista que le hicieron más tarde, ella no se disculpó. Más bien, explicó que, a pesar de su familia, ella se identificaba como una negra desde que ella era una niña pequeña, y que además había decidido vivir su vida de esa manera.
Antes de lo de Dolezal, en una entrevista con Bruce Jenner, un excampeón olímpico, ganador de una medalla de oro en categoría masculina, él declaró que él no se siente bien siendo un hombre y que se encontraba en medio de una transición para convertirse en una mujer, llamada Caitlyn. Él también viviría, en lo adelante, su vida acorde a su nueva imagen.
La reacción de la prensa sobre el asunto racial de Dolezal fue acusatorio e indignado, mientras que la reacción de la prensa sobre el asunto sexual de Jenner fue muy relajado y al mismo tiempo condescendiente. Sin embargo, a raíz de estas reacciones, hubo comentarios que apuntaban que, más allá de que uno apruebe o desapruebe a Dolezal y a Jenner, ¿no es toda esta discusión un poco absurda?
Soy profesor de Filosofía; y, cuando enseño Filosofía a mis estudiantes, trato de impregnar en ellos la importancia de la lógica. La lógica es importante porque es una manera (al menos parcial) de escapar de nuestras creencias y preferencias meramente subjetivas, interesadas y no examinadas. Por supuesto que la lógica no es suficiente, por si sola, para producir una visión propia del mundo o del sistema, pero esta provee una esencial medida de consistencia a la que podemos guiarnos con mucho beneficio, cualquiera sea nuestra deficiencia epistemológica.
La lógica significa consistencia, y consistencia significa que al final, esta trata casos similares de manera similar. Pero esta difícilmente parece ser una práctica popular, ciertamente no en el caso presente.
Para el caso de Jenner: Él (o ella) cree que esta atrapado/a en su fisiología y se identifica con un sexo diferente, actuando acorde a sus creencias. La prensa, a todo esto, le responde que sí y le aplaude, le dice ¡qué coraje que tiene!
El caso de Dolezal: Ella cree que ha sido atrapada en su cuerpo y se identifica con una raza diferente, actuando acorde a sus creencias; y a todo esto la prensa le responde con abucheos, diciendo que esta mal y llamándola mentirosa.
¿Cómo el segundo caso es tan distinto del primero? Uno podría tratar de formularse muchas explicaciones. ¿Tal vez el primer caso es distinto del segundo porque Jenner fue sincero(a) y Dolezal no cuando la entrevistaron? Este no parece ser el caso. De lo que he leído, Dolezal parece ser sincera e identificablemente genuina con la raza de color. Incluso si pensamos que ella se pudiese haber equivocado, pareciera que su convicción acerca de la injusticia racial la ha llevado a cambiar identidades.
Por otro lado, algunas otras personas afectadas con esta situación tienen serios cuestionamientos sobre Jenner respecto a su sinceridad. Estas personas se han enfadado porque Jenner parece estar solamente interesado en la fama y en la promoción de su nueva imagen, más que en cualquier posición seria que tenga que ver con la medicina o la psicología de lo relacionado con el cambio de identidad sexual.
Tal vez —y esto lo digo con un toque de delicadeza— la diferencia entre casos como el primero y el segundo tiene que ver con las diferencias entre la se xualidad y las razas. Tal vez una transición tenga que ver con la sexualidad, que es un asunto de elección personal, mientras que el otro tenga que ver con la raza, que no es una cuestión de elección personal.
Pero esto es difícilmente la mejor opción. Los críticos se preguntan: ¿por qué debemos creer que podemos escoger nuestro género pero no nuestra raza? De hecho, el cambio de masculino a femenino es fisiológicamente un cambio mucho más drástico que el cambio de raza. El consenso académico que se ha llevado hasta ahora es que la raza es un gran concepto artificial (con limites superpuestos). Cambiar completamente de tener un cuerpo masculino a uno femenino es hormonalmente imposible.
En todo caso, para un hombre, tratar de imitar el cuerpo de una mujer requiere, por lo menos, de unas cuantas operaciones serias que Jenner, de hecho, pareciera estar evitando. Hasta ahora al menos,el ha reportado que no se realizará ninguna operación.
Tal vez luego, la reacción mediática podría llegar al punto en que —como una feminista quisiera— ¿Jenner “fue” un hombre blanco y por esto fue privilegiado, mientras que en el caso de Dolezal, ella es “o fue” una mujer negra y por eso no fue privilegiada? De esta forma las declaraciones mediáticas de manera predecible favorecerán a los “hombres” blancos y condenarán a las mujeres “negras”.
Pero, seguramente, no puede haber sido este el caso, muchos feministas y periodistas progresistas estaban a favor de Jenner, el “exhombre” blanco y contra la (autoidentificada) mujer negra Dolezal. Incluso los conservadores —cuando no tuvieron miedo de hablar— se mostraron en contra de Dolezal.
Tal vez tratando una vez mas, podríamos argumentar que la diferencia entre el caso uno y dos es que Dolezal mintió y Jenner no. A pesar de que haya algo de verdad en esto, ¿no podría Dolezal simplemente responder que ella tenía miedo de “salir del armario”? ¿No podía apuntar a la reacción social e insistir en que la reacción negativa de los medios demuestra que sus mayores temores eran correctos?
Incluso si uno cree que Dolezal mintió, eso ya está en el pasado. Todos sabemos —y ella sabe que todos sabemos— que nació blanca. Pero ella continúa insistiendo en que tiene el derecho de identificarse como una mujer de color. Entonces, si Dolezal estuviera de alguna manera haciendo mal solo por continuar identificándose como una mujer de color, sin engañar a la sociedad, ¿por qué Jenner, de alguna manera, no hace mal cuando continua identificándose como una mujer?
Si una persona tiene el derecho de cambiar lo que la biología hizo de su vida (demostrando de manera muy profunda lo que cree), ¿por qué no tiene otra persona el derecho de cambiar lo que la biología hizo de su vida (demostrando de manera muy profunda lo que cree)? ¿Por qué es políticamente incorrecto el aprobar a la otra mitad de la ecuación?
El punto aquí no es llegar al fondo de un lado u otro, de estar del lado de Dolezal y en contra de Jenner o viceversa. No estoy tratando de resolver todos los complejos problemas sociales, morales y legales que pueden surgír de estos casos, sino examinar la lógica básica durante este trabajo.
No importa que actitud uno adopte con respecto a uno u otro caso: desconcierto, cinismo, aprobación, felicidad, ira, indignación moral. Pero alguien tiene que poder explicar por qué un caso es tan diferente del otro.