Los cuerpos de los jugadores del club de fútbol Chapecoense, llegaron el pasado sábado 3 de diciembre a la localidad de Brasil, donde les rindieron tributo a los restos de los 64 fallecidos del club.
Los ataúdes cubiertos con una bandera blanca y el escudo del equipo de Chapecó, fueron recibidos en la pista por miles de personas.
“No es un día fácil. Conocía a muchos de los integrantes de este plantel porque convivían con nosotros en la ciudad. Será muy difícil reponernos de este golpe… Y sigo sin poder encontrar una respuesta a una simple pregunta: ¿por qué, Dios?”, dijo Adriana, de 27 años, familiar de una de las víctimas del vuelo 2933 de la empresa boliviana LaMia.
Los fallecidos brasileños son 19 jugadores del Chapecoense, 25 dirigentes, personal técnico e invitados del club y 20 periodistas que cubrirían el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana que el club del estado de Santa Catarina iba a jugar el pasado miércoles en Medellín con el Atlético Nacional.
Todos fueron recibidos por unas 100.000 personas que entre lágrimas, aplausos y fuegos artificiales se despedían de los cuerpos de los brasileños, a pesar de la lluvia.
“Vinimos porque el Chapecoense está en nuestro corazón, es nuestra familia. La lluvia no nos ha parado porque teníamos muchas ganas de despedirles”, dijo Patricia Carraro, una cajera de 32 años, que se encontraba en el lugar acompañada por su familia.
Desde el martes, el césped de Arena Condá se convirtió en un memorial improvisado en el que solo pueden acceder 2000 personas, familiares y allegados de los fallecidos; sin embargo, los alrededores se mantuvo repleto de aficionados.
Luego de la ceremonia, los familiares pudieron viajar con los cuerpos a sus lugares de origen según informaron los medios locales.
Uno de los momentos con mayor emoción fue el del ingreso de los primeros ataúdes al campo de juego, donde fueron ubicados en carpas especialmente levantadas sobre una de las tribunas.
La gente gritaba “¡El campeón volvió! ¡El campeón volvió!”, mientras los féretros, cargados por militares, desfilaban por el césped que en el que tantas veces jugaron.
El accidente aéreo ocurrió la noche del pasado lunes 28 de noviembre, cerca de Rionegro. El avión despegó desde Bolivia con la intención de dirigirse a jugar la final de la Copa Sudamericana ante el equipo colombiano Atlético Nacional.
La aeronave que reportó fallas eléctricas pertenece a la empresa LaMia, y sus primeros reportes fueron entre los municipios de La Ceja y la Unión, Antioquia.
https://www.youtube.com/watch?v=6seLxs-m8Gs
Fuentes: El Nuevo Herald; ABC.