Tras enunciar todos los problemas de movilidad de Bogotá y las injusticias a las que se debe enfrentar un ciudadano promedio en la ciudad, la exministra de transporte de Juan Manuel Santos, Cecilia Álvarez, reconoció que Uber es el único medio de transporte que piensa verdaderamente en el usuario.
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Así lo reconoció en una columna de opinión publicada en el diario El Tiempo, en el que jocosamente, haciendo una analogía con el plebiscito del pasado 2 de octubre, critica el escenario irreal de hacer una referendo para preguntarle a los ciudadanos si están o no de acuerdo con la reglamentación de Uber y plataformas similares, que operan en Colombia desde hace aproximadamente 3 años.
Álvarez dice que “desde la innovación y la economía digital, Uber tiene todo el sentido: abre mercado, rompe monopolios existentes, compite y, como resultado, mejora notablemente el servicio para el pasajero”, tras asegurar que es uno de esos servicios que reta a los marcos normativos de los países como un disruptor y que llega a ser tan grande que es muy difícil de combatir, o como ella misma lo expresa con una expresión en inglés To big to ban.
Posteriormente la exministra analiza a la plataforma desde varios puntos de vista. El primero es el regulatorio. Sobre este dice que cuestiona el rol del estado sobre la sociedad, ya que hasta hace poco tiempo se pensaba que el transporte era un rol exclusivo del estado y plataformas como Uber y Cabify abren la discusión de si esto debe ser así.
Además, dice que la mayoría de las innovaciones tecnológicas fueron ilegales en algún momento, pero esto terminó cambiando y sobre este punto termina diciendo que la economía colaborativa, “propulsada por la innovación tecnológica, es imposible de detener.
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En cuanto a lo técnico resalta el servicio de Uber Pool, que según las estadísticas de ella, en Bogotá ha permitido ahorrar 650.000 kilómetros de personas que se movilizaban en otros medios de transporte y ahora lo hacen compartiendo con otros usuarios, lo que equivale a 18.000 galones menos de combustible que se quema en la ciudad. Sin embargo, califica a otros servicios de Uber como malos en algunas ocasiones: cuando generan kilómetros motorizados innecesarios.
En cuanto a la parte laboral, critica el descuento que hace la plataforma del 25 % al conductor por cada servicio y el hecho de que no haya garantías contractuales. Sin embargo, reconoce que esto no debe ser visto como un trabajo, sino una ayuda para la economía familiar.
Finalmente, la exministra se refirió a las regulaciones del servicio público y al rol del Estado. Sobre esto, dijo que era necesario eliminar tanta regulación como los excesivos seguros que debe pagar un carro que preste un servicio público, ya que no hay diferencia entre los transportados que van en uno privado o en uno público, todos son importantes.
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También reconoció que las nuevas generaciones no buscan un carro, sino métodos eficientes para movilizarse, por lo que pide mejorar los servicios públicos como buses y taxis, además de permitir a los disruptores.
Fuente: El Tiempo