Le cerraron las puertas, lo cancelaron, lo chantajearon pero no cedió. El serbio Novak Djokovic hizo historia este domingo en el Roland Garros al conseguir su vigésimo tercer Grand Slam, recuperando el número uno mundial y convirtiéndose además en el mejor tenista de todos los tiempos, para lo cual solo tuvo que esperar a que se levantaran las draconianas medidas impuestas por la mayoría de los gobiernos por la pandemia del COVID-19, que lo mantuvieron alejado de las canchas por priorizar la defensa de la libertad.
- Lea también: Djokovic, a un paso de la gloria defendiendo la libertad
- Lea también: Djokovic obligado a retirarse del Miami Open debido a los requisitos de vacunación
A sus 36 años, Djokovic no solo superó al español Rafael Nadal en número de victorias en torneos masculinos sino que además le arrebató el título del tenista de mayor edad en lograr esta hazaña, tras vencer este domingo al noruego Casper Ruud, que perdió, 7-6(1), 6-3 y 7-5. También logró ubicarse por encima de la alemana Steffi Graf e igualó a la estadounidense Serena Williams. El podio mundial actual lo recuperó desbancando al también español Carlos Alcaraz.
“No es una coincidencia haber ganado el 23 Grand Slam aquí en París (…) este torneo ha sido siempre el más duro de ganar”, dijo Djokovic tras recibir la copa. “Estoy muy orgulloso, son muchas emociones”, agregó.
Por no estar vacunado, Djokovic había quedado fuera de varios campeonatos como el Abierto de Australia, el Indian Wells y el Miami Open. En enero de 2022 incluso dio una lucha en tribunales australianos para poder jugar el Australia Open, y a pesar de haberse anotado una victoria judicial, el Gobierno le canceló su visa y lo expulsó del país.
Su batalla contra la dictadura del Covid no obedecía a un capricho o a tener una posición “antivacuna”. En una entrevista a comienzos del año pasado aclaró que su posición al respecto: “Nunca he estado en contra de la vacunación, pero siempre he apoyado la libertad de elegir lo que metes en tu cuerpo”.
La convicción inquebrantable de Djokovic
La defensa de sus ideales de libertad lo llevaron a pausar su vertiginoso ascenso sin importarle posponer la gloria que finalmente hoy le llegó. Novak Djokovic había dicho que prefería dejar de ganar trofeos antes que ser forzado a vacunarse. Quienes le cerraron las puertas o lo subestimaron hoy lo ven coronarse como el más grande de la historia.
La retirada de la exigencia del pasaporte Covid en Francia le permitió al tenista serbio participar en este torneo y lograr finalmente su objetivo de dar una lección de esfuerzo, perseverancia y convicción, tanto en la cancha como en el ámbito ideológico.
Novak Djokovic va por más. El próximo mes competirá en el Torneo de Montecarlo, ya que el principado de Mónaco dependía de la decisión del Gobierno francés para levantar también las medidas impuestas por la pandemia del COVID-19 que le habían impedido al hoy número uno del mundo hacer historia y consolidar su leyenda.