La mal llamada oposición venezolana, acostumbrada a convivir bajo un esquema de complicidad con la dictadura de Nicolás Maduro, pretende extender la cohabitación con una lista de candidatos para las primarias del próximo 22 de octubre que ya dejan ver sus costuras. Con la excepción de María Corina Machado –que exige una consulta interna sin la intervención del Poder Electoral al servicio del régimen y propone acabar con el sistema estatista que tanto daño le ha hecho al país– la gran mayoría de los dirigentes que aspiran a quedarse con la candidatura unitaria para enfrentar a Maduro no han marcado distancia ideológica con el chavismo y, por el contrario, quieren dejar las primarias opositoras en manos del chavismo.
El gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, fue el último en hacer pública su posición contraria a la de Machado. Aunque el candidato a la presidencia contra Hugo Chávez en 2006 evitó hacer señalamientos personales y no ha oficializado su candidatura, ambas cosas están claras: Rosales busca alejarse de la postura firme que mantiene la coordinadora nacional de Vente Venezuela y el anuncio de que será el abanderado de su partido Un Nuevo Tiempo se espera para los próximos días.
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“Yo no puedo negar el sistema automatizado que me hizo gobernador”, dijo Manuel Rosales en una rueda de prensa en la que agregó que –a su juicio– hay que hacer “lo que más se parezca al proceso presidencial de 2024”.
Rosales y la “persecución política” que desapareció
No en vano Rosales es un “opositor” que despierta dudas a más de uno. Y es que tras haberse exiliado en Perú hace más de 15 años al declararse “perseguido político”, las causas que tenía abiertas en la justicia chavista fueron sorpresivamente eliminadas, y sin ningún temor regresó a Venezuela para competir nuevamente por la Gobernación del estado Zulia en las pasadas elecciones regionales, consiguiendo una conveniente victoria para los intereses del régimen de mostrar al mundo una aparente normalidad democrática.
Tampoco se puede olvidar que durante su campaña en 2006 propuso continuar con el festín de la “repartición de la riqueza” petrolera, con la particularidad de que en este caso proponía hacerlo de manera digital mediante el uso de una tarjeta de débito a la que bautizó como “Mi negra”. Una política populista de izquierda, no muy distinta a la que mantuvo por décadas Hugo Chávez.
Capriles, más chavista que Chávez
Otro que ha seguido los pasos del fallecido militar golpista es Henrique Capriles, quien lanzó recientemente la frase “el petróleo es del pueblo” –empleada frecuentemente por Chávez y Maduro– para reprochar –también sin nombrarla– la propuesta de María Corina Machado de privatizar la industria petrolera.
Ambos episodios dejan en evidencia la incoherencia ideológica. Pero en el caso de Capriles hay más. El exgobernador del estado Miranda es un confeso admirador del presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva. Y en la misma línea de Rosales, Capriles justificó el uso del organismo electoral al servicio del régimen en las primarias opositores. “Nosotros necesitamos la logística que la facilita el Consejo Nacional (Electoral)”, señaló.
#Reportaje | Eminentes opositores como Henrique Capriles y Manuel Rosales abogaron esta semana por aprovechar la logística del Consejo Nacional Electoral (CNE) para la organización de las primarias del 22 de octubre pic.twitter.com/r3m335elHi
— TVV Noticias (@TVVnoticias) May 12, 2023
Benjamín Rausseo, un mal chiste político
La lista continúa. Benjamín Rausseo, mejor conocido por su personaje humorístico de ‘Er conde del Guacharo’, también ha pedido el apoyo técnico del CNE en las primarias porque –según él– no se pueden “socavar” las bases del ente que organizará las presidenciales.
Su participación en política también despierta sospechas, no solo por el hecho de que ha competido en procesos anteriores en los que su candidatura solo ha cumplido la función de dispersas los votos antichavistas sino además por su posición ideológica ambigua, puesta de manifiesto en una reciente entrevista en la que evadió responder si en Cuba hay o no democracia.
Prosperi y Superlano, más cerca del chavismo
Un episodio similar ocurrió con el precandidato a las primarias por Acción Democrática (AD), Carlos Prosperi, cuando la periodista Carla Angola le preguntó si Maduro era un tirano y él se negó a responder. “Yo no puedo decir que es un tirano (…) porque quizás una tiranía es mucho más allá. Maduro es una persona que ha irrespetado la democracia, que ha irrespetado nuestra Constitución”, dijo para matizar su posición frente a un régimen que está siendo investigado en la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad.
Y si Juan Guaidó había dicho que aceptaría ir a primarias con el CNE antes de que su partido Voluntad Popular le retirara el apoyo, su sucesor, Freddy Superlano no solo mantendría la posición sino que además aparece envuelto en polémicas que lo vinculan con el chavismo como el hecho de haber firmado la carta de buena conducta a favor de Álex Saab –señalado por EE. UU. como testaferro de Maduro– cuando presidía la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional. Aunque él lo niega, el exembajador de Venezuela en Colombia durante la gestión de Guaidó, Humberto Calderón Berti, mostró en sus redes sociales dicha carta con la firma de Superlano.
Todos contra María Corina Machado
Bajo este escenario no es descabellado afirmar que, en efecto, los candidatos “opositores” del statu quo prefieren entregar las primarias al chavismo antes que permitir que María Corina Machado se consolide como líder indiscutible para enfrentar a la dictadura en las urnas, ya que de esta manera buscarían debilitar su discurso para poder pescar en río revuelto. No hay que olvidar que además los partidos de Rosales, Superlano y Prosperi forman parte de la Internacional Socialista. ¿Se podrá sacar así el socialismo?