EnglishLorenzo Mendoza es un caballero. Criado en una familia muy unida, y educado en las mejores instituciones mundiales y venezolanas, recibió años de entrenamiento en compañías que cotizan en bolsas de Estados Unidos y Europa, todo esto, en preparación para lo que hace hoy: Dirigir la que es, quizás, la más grande y diversa empresa familiar instalada en Venezuela.
No es frecuente que uno se encuentre a una persona de esta posición y que sus maneras sean humildes y sensibles ante las necesidades de los otros. Lorenzo merece respeto no solo por su posición, sino, más bien, por la forma como trata a quienes están alrededor de él.

El Gobierno venezolano está determinado a convertir a su país en un satélite de la Cuba comunista, lo cual no solo es diametralmente opuesto a lo que desea la inmensa mayoría de la población; también, y esto no es menos importante, contraviene la Constitución del país.
No hay duda de que el Gobierno conspira contra el sector privado y contra el concepto de libertad económica: cualquier cosa que no esté completamente controlada por el Gobierno se convierte en un problema. El mero tamaño e importancia del grupo de compañías de Mendoza es claramente una piedra en el zapato del Gobierno, el cual compite deslealmente, con su poder económico y su muy primitiva visión de régimen dictatorial.
Ser Lorenzo Mendoza en la Venezuela de hoy apareja un enorme costo; pero aún a la luz de estas dificultades, y teniendo la oportunidad de estar en cualquier otra parte, Lorenzo y su familia permanecen en Venezuela, dando un ejemplo enorgullecedor de liderazgo empresarial y de compromiso personal con un futuro más brillante.
En un encuentro reciente con un grupo de los más de 30 mil empleados de Empresas Polar, a Lorenzo se le preguntó por qué permanecía en una Venezuela que vive la realidad actual. Su respuesta fue grabada por una persona de la audiencia, subida a Internet y desde entonces se volvió viral: Está comprometido a quedarse en el país, junto con todos sus conciudadanos que no tienen la oportunidad de escapar a ninguna otra parte. ¡Chapeau!
Cuando concluya esta pesadilla, y todo apunta a que esto ocurrirá más pronto que tarde, vamos a necesitar a Lorenzo, y a un gran número de otras personas que están decididas a formar parte de la transformación de esta área de desastre en una nación moderna y en desarrollo, con oportunidades para todos. El reto principal será elevar sensiblemente los estándares educativos y la calidad de vida del venezolano promedio.
Traducido por Pedro García Otero.