EnglishHoy desperté pensando dónde estaremos de aquí a un año, dónde estaremos mi familia y yo, qué estará sucediendo con las ZEDE y qué pasará en Honduras. Para nosotros como familia, 2013 estuvo enfocado en llegar a Honduras, conseguir un trabajo adecuado, hacer contactos y generar ingresos. Como sabrán los lectores regulares del blog, esta movida fue exitosa. Llegué hace dos meses y con el año terminando puede decirse que estamos bien instalados y con una idea más concreta acerca del espacio y la cultura que nos rodea.
Actualmente el foco está en hacer todo lo posible para lograr que los proyectos de ZEDE se realicen. Por más hermoso que sea el país o amable su gente, estamos aquí por las perspectivas interesantes que trae la concreción de estas zonas LEAP. Si no sucede, este año y el anterior habrán sido un desperdicio. Por lo tanto, la meta para este año es usar los recursos disponibles — sobretodo tiempo e ideas — para asistir a la gente que harán de ZEDE una realidad.
Algo fantástico que tiene el proyecto es que no se trata de un juego suma cero. Dado que estas ideas de zonas autónomas y gobernanza competitiva están a la vanguardia de la innovación mundial en la actualidad, nadie está compitiendo por un recurso existente. No tratamos de expulsar a nadie del mercado; estamos creando un nuevo mercado. El valor radica en el cambio de paradigma.
Es así que 2014 se perfila como un año de creación. Si de aquí a doce meses encontramos ZEDE ya establecidas creando trabajos y mejorando la calidad de vida de las personas, la satisfacción será inmensa para todos los involucrados. Por otra parte, si el proyecto se estanca por falta de voluntades o recursos, la frustración igualmente será inmensa.
Dicha frustración no nos afectará solamente a nosotros. Si lees el blog, probablemente también quieras que esto suceda. Hay muchas razones; algunas personas vislumbran la oportunidad de vivir en un lugar que ofrezca un mayor grado de libertades personales, otros quieren ver desarrollo, alivio de la pobreza o experimentar un escape a la violencia. Algunas personas buscan hacer negocios o ven oportunidades de carrera, y muchas más, como nosotros, queremos ver una combinación de todas estas cosas.
¿Puede un individuo o una familia pequeña realmente hacer una diferencia? ¿Podemos ser nosotros, los soñadores de estas ciudades, quienes realmente tiren para adelante la cuestión? La respuesta, claramente, es un sí. La historia se encuentra salpicada de historias de individuos y grupos pequeños que han sido notables en el contexto de grandes cambios.
Podrás leer esto y pensar “sí, quiero que esto suceda pero ¿qué es lo que puedo hacer en concreto?”. Pensando en nuevas estrategias, uno debe recordar que esta idea fue creada por hondureños para hondureños, con metas específicas: son zonas de empleo y crecimiento económico. Si puedes demostrar a los políticos que están a favor de las ZEDE, cómo tus intenciones y contribuciones pueden ayudar a realizar estas metas, estarías dándoles impulso para que puedan hacer de estas zonas una realidad. Las zonas LEAP necesitarán de todo: restaurantes, estaciones de servicio, desarrolladores de software, innovadores y emprendedores de todo tipo — incluso individuos curiosos que traigan dólares de turismo.
Si la gente, tanto hondureños como extranjeros, puede mostrar cómo las ZEDE agregan valor en Honduras, sea a partir de dinero, habilidades o ideas, entonces estas ZEDE van a estar un paso más cerca de poder realizarse. Al fin y al cabo, el valor de la inversión es el mismo sea que esté dividido entre cien individuos entusiastas o que consista en un gran desarrollador (aunque podríamos tener ambas situaciones). Un grueso plan de negocio, cartas de intención o incluso planes de pensiones pueden generar un gran impacto al llegar hasta las oficinas gubernamentales en Tegucigalpa.
Los años de soñar han terminado; este es el año para la acción. De lo contrario, estos sueños corren el riesgo de diluirse.
Este artículo fue escrito por Graham Brown y publicado originalmente en GrahamPBrown.com. Se reproduce con permiso del autor.
Traducido por: Melisa Slep.