Los amigos también traicionan. Así podría titularse o resumirse la estocada letal que China ejerció con competencia desleal, que se conoce como dumping, contra la Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH) de Chile, hasta provocar la suspensión indefinida de sus operaciones en el mercado del acero.
En tan solo tres meses, la planta industrial austral cerrará sus puertas debido a la distorsión que el gigante asiático ha causado en el mercado local, al ofrecer productos que combinan hierro y carbono a precios hasta un 40 % más bajos.
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La larga “amistad” entre las naciones no importó al régimen comunista de Xi Jinping, tampoco el Tratado de Libre Comercio, ni el Acuerdo complementario de servicio que ambas naciones mantienen desde hace dos décadas. China hundió a Huachipato, causándole pérdidas diarias de un millón de dólares, según publica BioBío.
Sin futuro
Ahora, la compañía sólo podrá mantener negocios no siderúrgicos, como el desarrollo de actividades portuarias y logísticas. Nada más.
“El ecosistema funcionaba razonablemente bien hasta que China, que no tenía una industria productiva de acero, empezó a fabricarlo y pasó de ser un gran importador a un gran exportador mundial”, declaró Álvaro Ananías, presidente de la Cámara de la Producción y del Comercio de la región de Bío Bío.
Es cierto. Si bien China exportaba 80500 toneladas de acero a Latinoamérica hace dos décadas, ahora la cifra ronda 10 millones de toneladas anuales, pese a las dudas de su calidad.
Los atractivos costos del acero chino tienen una dosis de riesgo ante la falta de fichas técnicas que especifiquen los ensayos realizados a los materiales, las normas, valores, rangos, especialmente del azufre y el fósforo, que sumados no deben superar el 0.045%.
Varios proyectos, entre ellos, los cuatro puentes sobre el el río Mangawara en Nueva Zelanda, los puentes peatonales de Vietnan y de Australia dan cuenta de que los tubos estructurales incumplen los valores de resistencia a la tracción exigidos.
De hecho, el Instituto Filipino de Siderurgia (PISI por sus iniciales en inglés) alertó sobre la existencia de aceros subestándares de siderúrgicas chinas ilegales, situadas en provincia de Jiangsu. “Estas acerías ilegales usan hornos de inducción y producen aceros para barras de refuerzo de hormigón de baja calidad, mucho del cual es exportado. El proceso puede ser insuficiente para purificar adecuadamente el metal, dejando como resultado un acero subestándar”, señaló el ente en un documento.
Competencia desleal con evidencia
China presionó a Huachipato con medidas comerciales oscuras, así lo descubrió una investigación de la Comisión Antidistorsiones del ministerio de Economía de Chile tras acoger una solicitud de análisis del mercado del acero importado. Hay “evidencia suficiente para sostener la existencia de dumping” concluyeron las pesquisas que recomendaron aplicar sobretasas arancelarias provisorias, del 15,3% en promedio para evitar más daño.
La decisión llega tarde. “Más allá del porcentaje de la sobretasa arancelaria, las medidas adoptadas son insuficientes para revertir el impacto de la competencia desleal” dijo César Garrido, gerente general de Siderúrgica Huachipato.
Tiene razón. El cese de las operaciones Huachipato, filial de la Compañía del Acero del Pacífico (CAP), ubicada en la ciudad portuaria de Talcahuano, 500 kilómetros al sur de Santiago de Chile, ocasionará 20 mil deempleados directos e indirectos.
En ese sentido, otras empresas temen el impacto de la competencia desleal china en sus puertas. Molycop, fabricante de capitales norteamericano de bolas de molienda en Chile, insumo fundamental para la minería, emitió un comunicado donde señala que Huachipato era su principal proveedor. Ahora tendrá que recurrir a otros y enfrentar “los costos para el país en materia del encadenamiento productivo”.
Dominio chino
Las proyecciones de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), estiman que China dominará el mercado mundial del acero que crecerá 2,5% anualmente, en promedio, hasta llegar a 1,12 billones de dólares en 2028.
Alejandro Wagner, director ejecutivo de esta organización que agrupa a las 60 empresas latinoamericanas productoras del 95% del acero fabricado en la región, reconoce que Pekín seguirá ejerciendo presión sobre la industria.
Cree que Xi no está dispuesto a bajar su producción luego de reportar un aumento de 693%, tras pasar de producir el 15% del acero del mundo en el año 2000 al 54% en 2023. Al mandatario del régimen comunista no lo detienen las 66 resoluciones antidumping vigentes desde hace dos años en la región de las cuales, 43 son contra China. México, Brasil y Argentina están entre los países que protegen sus mercados.