El fútbol cubano debía estar en auge. Para esta fecha, la isla debía contar con estadios modernos, equipos formados, dotados y un historial de competencias lleno de glorias, luego de que la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) depositara ocho millones de dólares al régimen castrista. Sin embargo, el paradero de los recursos destinados al fomento de la disciplina es desconocido.
Un informe de la organización revela que el desembolso de los fondos ocurrió entre 2016 y 2022 y aunque el plan inicial era enviar 11 millones a la isla, finalmente solo se aprobó el 70,6 % de las peticiones de inversión.
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El dinero transferido al castrismo suponía la inversión de 2,5 millones de dólares en los equipos masculinos del país y 500.000 dólares a los femeninos; 1,6 millones de dólares a la reparación de infraestructuras; un millón de dólares más para el financiamiento de competencias; 400.000 dólares para la compra de equipos y 400.000 dólares más destinados al entrenamiento, mientras que 900.000 debían utilizarse para el pago de los directivos. De la misma forma, se dejaron 700.000 dólares para gastos operativos.
De todo ello, la FIFA sólo tiene conocimiento de la reparación de dos estadios y una cancha, la compra de un vehículo para el transporte de jugadores, el pago de cuatro competiciones y los estudios de dos entrenadores y un árbitro.
“El régimen de Cuba se ha tragado varias veces el dinero de la FIFA”, denunció el periodista Ariel Maceo en su cuenta de X. “Y peor, se burla de ella. El estadio Pedro Marrero recibió capital para su remodelación, y sigue igualito”.
¿Cómo es posible que no tengamos un estadio con alumbrado y tengamos que jugar partidos de local en un tercer país? ¿Cómo es posible que los jugadores no puedan cambiar los uniformes porque estos tienen que ser reutilizados? se pregunta el columnista de OnCuba, Alexánder Ramírez luego de conocer la suma desembolsillada por la FIFA.
Cómo bien se sabe el régimen cubano posa de víctima delante de todas las organizaciones, pero en la práctica, el régimen es el Ogro de las cavernas. Lo menciono porque la @fifacom_es le dio a Cuba 8 millones de dólares entre el 2016 y el 2022. A donde fue el dinero?
— Ariel Maceo Tellez (@arielmaceo86) December 28, 2023
Una afinidad sin disimulo
Quizá la FIFA está poco interesada en pedir cuentas al régimen cubano. El presidente de la organización, Gianni Infantino, tiene afinidad con sus líderes. Lo demostró al obsequiar una camiseta a Raúl Castro durante una visita relámpago en 2017 a La Habana.
“Me dijeron que el presidente (Raúl Castro) es un apasionado del deporte, sobre todo del fútbol y el béisbol. Le hemos enviado una camiseta con el número 9, que es el de los goleadores. Ya (Raúl) marcó muchos goles en su vida y ahora va a marcar muchos goles con todos nosotros para el desarrollo del fútbol en este país, que es un país importante no solo desde el punto de vista deportivo, sino también social”, comentó en aquel momento.
Infantino va por su tercer mandato al frente de la FIFA. Hasta el 2027 ocupará el alto cargo, desde el cual ha felicitado “al pueblo cubano por apoyar al mundial de Catar 2022”, pese a no haber tenido una selección en la justa.
Balompié con precariedades
Las calamidades del balompié cubano son innumerables. Van desde el traslado de los equipos en ómnibus Girón -el más precario-, la entrega de una merienda compuesta por vasos con sirope y un pan de bodega con mortadela de merienda, hasta escasez de uniformes, balones, spikes, medias y canilleras.
A esta desafortunada situación del fútbol se suman “canchas en pésimo estado, millonarias inversiones que nunca se ejecutan o que se ejecutan mal y a destiempo”, según el diario El Toque. Un ejemplo d ello es el caso del estadio «Camilo Cienfuegos» de Zulueta, en Villa Clara, cuyo proyecto de renovación terminó lejos del original.
Es una crisis profunda. La imagen de Fabián Gloor, uno de los legionarios de reciente inclusión que juega en Suiza, no pudo intercambiar su camiseta con sus pares rusos, porque «solo tenía una y debía cuidarla».
Gloor causó indignación y sorpresa, cuando las camisetas de la selección cubana de fútbol tienen el auspicio de la marca española Joma, para las competiciones nacionales e internacionales. El contrato está fresco. Se firmó en abril de este año.
Si la marca tiene presencia en más 120 países y lleva la vestimenta de otros equipos nacionales como Honduras, Ucrania y Rumanía, ¿por qué ninguno de los seleccionados tiene problemas para intercambiar camisetas? Pensar en Díaz-Canel es inevitable.
Fugas por crisis
Ahora, el fútbol cubano está en crisis, no sólo por las dudas del paradero de los recursos otorgados por la FIFA, sino por las fugas de sus talentos. En junio de este año, después del debut de los ‘isleños’ ante su similar de Guatemala en la Copa de Oro de Miami, cuatro futbolistas abandonaron la concentración del equipo.
Roberney Caballero, Neisser Sandó, Jassael Herrera, Denilson Milanés junto al portero de la selección Sandy Sánchez, desertaron en busca de mejores condiciones de vida.
Ninguno se presentó para el vuelo de Miami a Houston (sur de Estados Unidos), donde la selección cubana tenía agendado un segundo partido. La estampida repitió la historia de la Copa de Oro de 2019, cuando Alejandro Portal, Orlendiz Benítez, David Urgellés, Andy Banquero y el capitán y máxima figura del conjunto de fútbol cubano, Yordan Santa Cruz, rompieron la concentración sin avisar a ninguno de sus compañeros, mucho menos al cuerpo técnico.
Sin embargo, la cifra de jugadores que han utilizado el torneo para huir del comunismo asciende a 19 futbolistas desde la existencia de la competencia que data de 1985. El número seguirá creciendo, considerando que la obtención de una visa para viajar como deportista a Estados Unidos no siempre está garantizada. Tres atletas cubanas que debían representar a Cuba en la final de la Liga de Diamante 2023, con sede en la ciudad estadounidense de Eugene, no las lograron.