El giro de la Unión Europea frente al régimen de Nicolás Maduro es incomprensible y también drástico. A un año de concluir que no existían condiciones para unas elecciones parlamentarias “libres, justas y transparentes”, ahora con el mismo escenario político, anuncia que enviará una Misión de Observación Electoral (MOE) a Venezuela para seguir desde el terreno los comicios regionales del próximo 21 de noviembre.
En un comunicado, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, informó que la misión será de carácter técnica y asistirá por “invitación del Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, el mismo que designó la Asamblea Nacional chavista que derivó de la jornada del 6 de diciembre que la instancia internacional desconoció junto a Estados Unidos y Canadá.
La versión del jefe de la diplomacia comunitaria es que ahora habrá “un proceso electoral sin precedentes, con la concurrencia de la mayoría de las fuerzas políticas por primera vez en los últimos años, para elegir a más de 3000 representantes”.
Sin embargo, Notiamérica reveló que Borrell “negoció” con las autoridades venezolanas las condiciones y términos del despliegue de los observadores, que se convertirán en la primera delegación europea en monitorear las jornadas electorales en el país desde 2005.
El grupo de expertos realizará tareas de seguimiento técnico previo a la votación y observará los comicios de noviembre, además del proceso posterior. En otros casos, este tipo de misiones ha llegado a durar hasta tres y cuatro meses.
Delegación socialista
El convenio entre las partes también ha sido estratégico, considerando que la eurodiputada portuguesa miembro del Partido Socialista y del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas desde 2019, Isabel Santos, será quien liderará la misión en Venezuela.
Bajo su mando estará un primer equipo de 11 expertos electorales que arribará a Caracas en octubre. A este posteriormente, se unirán otros 62 observadores cerca de la fecha del proceso, donde además concurrirán 34 observadores de corto plazo, así como 20 observadores de corto plazo contratados localmente para reforzar la misión.
La metodología de observación electoral de la UE incluye la emisión de una declaración preliminar y una conferencia de prensa en Caracas después de las elecciones, mientras que el informe final, que incluirá un conjunto de recomendaciones para futuros procesos electorales, será presentado y compartido con las partes interesadas después.
Árbitro de fiesta
El CNE celebra. A través de su cuenta en Twitter, el organismo divulgó el acuerdo firmado con la Unión Europea donde se comprometen a garantizar “libertad de movimiento y de declaración y la posibilidad de hacer públicos los informes que resulten del proceso de observación”.
Un pacto que evidencia que las reuniones del encargado de negocios de la UE en Venezuela, Duccio Bandini y Pedro Calzadilla, presidente de la instancia en junio amansó a los detractores. De hecho, Borrell cree que la presencia hará una “contribución importante para apoyar una solución pacífica a la crisis y un camino hacia elecciones creíbles, inclusivas y transparentes como resultado”.
La administración de Joe Biden aún no se pronuncia sobre este acuerdo, que deja en el piso las advertencias del conglomerado sobre la falta de condiciones en Venezuela. Algo que se vociferó antes. Sin embargo, hoy luce “conforme” con la decisión de la Plataforma Unitaria de participar, aun cuando no hay avances en las conversaciones de México.
El Consejo Nacional Electoral y la Unión Europea suscribieron hoy el Acuerdo Administrativo sobre la Misión de Observación Electoral para las Elecciones Regionales y Municipales del 21 de noviembre, con el objetivo de regular las relaciones y responsabilidades entre ambas partes. pic.twitter.com/Uv0xDgjdao
— cneesvenezuela (@cneesvzla) September 29, 2021