La contienda electoral en Estados Unidos luce tensa. En la Avenida Pensilvania del noreste de Washington D.C. esperan disturbios mañana. Ya las autoridades federales despliegan medidas para resguardar la zona que incluye entre sus edificaciones a la Casa Blanca.
Alrededor de la infraestructura se instala un cerco no escalable para proteger los 21 metros cuadrados de alto, 50 de ancho y los cuatro pisos que albergará al nuevo presidente de la nación norteamericana.
La reseña de Washington Examiner informa que el Gobierno de Donald Trump se prepara para la posibilidad de disturbios luego de las elecciones.
La medida es una decisión del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, la Oficina de Gestión de Personal, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, las diversas agencias de inteligencia y el ejército que desde enero hasta la fecha suman 60 reuniones.
El medio apunta que 250 miembros de la Guardia Nacional se pusieron en espera en caso de que haya protestas en el centro.
Medida con precedentes
El uso de perímetros se implementó desde junio, tras la muerte por asfixia del afroamericano George Floyd en manos de la policía.
Hace cuatro meses comenzó con una valla de más de dos metros de altura al norte de la residencia presidencial para cerrar al público el parque de Lafayette, epicentro de las protestas en la capital estadounidense.
La verja está reforzada por bloques de hormigón en el interior pero no se ha quedado allí.
La barrera en ocasiones se amplía para incluir el parque de la Elipse, al sur de la Casa Blanca, donde tradicionalmente se coloca el árbol de Navidad.
Una obligación por el resultado
“Si no hay un ganador, verá importantes despliegues de oficiales en todos los niveles en la capital”, dijo Patrick Burke, director ejecutivo de Washington, D.C., Police Foundation.
“Los oficiales recibirán cancelaciones de días libres, extensiones de turnos y despliegues completos de oficiales en toda la ciudad”.
A tan solo un día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos las ciudades claves del país se blindan ante los posibles estallidos de violencia al conocerse los resultados. Algunos negocios en Los Ángeles y Beverly Hills, cerraron con paneles de madera sus comercios para protegerse contra destrozos y saqueos destaca la Red de Televisión Española (RTVE).
La imagen de las calles es muestra de la agitación de este año ante el duelo en las urnas entre el presidente Donald Trump, que opta a la reelección por el Partido Republicano, y Joe Biden, candidato del Partido Demócrata, el malestar social por los encierros relacionados con el COVID-19, las muertes o tiroteos de estadounidenses afroamericanos a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, y la confirmación por parte del presidente de la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema.
Polarización afecta
El país está polarizado y puede inflamar la tensión en la noche electoral. En primer lugar, el recuento puede ser muy lento por la enorme cantidad de voto por correo, que se ha fomentado para evitar aglomeraciones en plena pandemia de coronavirus.
Más de 90 millones de estadounidenses ya han votado en todo el país, señala el medio español.
Por otro lado, preocupan las denuncias al proceso. Ya se han presentado más de 300 sobre los plazos y las reglas de votación. Muchas de ellas están ya en manos de los tribunales.