English Sindicatos de Puerto Rico han salido a la calle durante las últimas semanas a manifestar contra los cambios propuestos por la actual administración. Estuvieron protestando casi tanto como lo hicieron cuando la anterior gestión sugirió sus propios cambios.
Las modificaciones que vendrían, aunque imperfectas, son necesarias para restaurar el orden fiscal de la isla y con suerte evitar un default. Sin embargo, incluso con estos cambios, el default podría ocurrir.
Los sindicatos utilizan las huelgas para presionar a los políticos. Crean un aura de incomodidad para el resto de la gente, y así obligan a los líderes a ceder ante sus demandas. Suele funcionar. De hecho, funciona tan bien que desde hace un largo tiempo los políticos lanzaron la cordura fiscal por la ventana para mantener a los sindicatos contentos.
Los sindicatos, incluso en detrimento propio, han demostrado escaso interés en comprender cómo verdaderamente funcionan los negocios. Colaboraron con la destrucción de la industria estadounidense y fueron directamente responsables del cierre de Eastern Airlines y Twinkie (aunque Twinkie resurgió, pero sin sindicatos).
Pienso que ha llegado el momento para que los propietarios de comercios se defiendan. Es la hora de que Atlas se rebele.
Estoy haciendo un llamado a los propietarios de empresas, grandes y pequeñas, a lo ancho de Puerto Rico, para que cierren sus puertas por 24 horas el próximo 2 de septiembre. La fecha es conocida como el Día de la Rebelión de Atlas, en homenaje a la fecha que es mencionada reiteradas veces en el libro de Ayn Rand, La Rebelión de Atlas.
En el libro, uno por uno, los hombres de la industria, los hombres que influyen y movilizan el mundo, simplemente desaparecen. Renuncian, cierran sus negocios, y se van, llevando a la economía, ya destruida por el exceso de regulaciones y la locura de los sindicatos, a un desorden aún más grande.
La huelga del 2 de septiembre estará enfocada en privarle al gobierno la recaudación fiscal de ese día y en enviarle un mensaje a los empleados: los tiempos han cambiado y los sindicatos deben ser controlados. Los empleados de negocios que no planifican cerrar también pueden participar reportándose enfermos, yéndose de vacaciones, o simplemente diciéndole a sus jefes que estarán de huelga ese día. Esta huelga es para aquellos que creen en una economía de mercado, en la libertad, y que entienden que el gobierno se nos ha ido de las manos.
Los empresarios que se sumen a la huelga deberían decirle a sus empleados el motivo exacto por el cual están cerrando por el día. Contarles acerca del exceso regulatorio; contarles que Puerto Rico tiene demasiadas leyes e impuestos; contarles cómo los sindicatos y sus tácticas le han otorgado a sus integrantes privilegios a expensas del resto de la sociedad; y contarles que si algo no cambia pronto, todos los negocios — y en consecuencia, todos los trabajos y la recaudación fiscal — se desvanecerán.
No le pague a sus empleados ese día.
Este es el día en que los propietarios de comercios pueden elegir enviarle un mensaje claro al gobierno: ya es suficiente. También le pido a los operadores comerciales que están planeando cerrar, porque no pueden seguir bajo la ley, que aguarden hasta el 2 de septiembre para hacerlo. Coloque un letrero en la puerta de su comercio o negocio explicando por qué debió cerrar.
Esto no es solo para pequeñas empresas. Les estoy pidiendo a los bancos, firmas de inversión, a las grandes fábricas, a las empresas de exportación y transporte, e incluso a las de Internet a cerrar por 24 horas.
No está limitado a Puerto Rico. Le pido a empresarios de América Latina y Estados Unidos a hacer lo mismo.Vayan a la huelga contra la tiranía civil del gobierno.
Si esta huelga de un día resulta un fracaso, entonces otra huelga de una semana debería organizarse para el próximo 10 de octubre, la fecha en la que fue publicado originalmente el libro de Ayn Rand. Si eso fracasa en obtener la atención del gobierno, entonces otra huelga para el 5 de noviembre puede que sea necesaria.
Si nada sucede, deberíamos continuar respetando el 2 de septiembre de cada año como un recordatorio constante a aquellos que están en el poder, sin empresas no hay economía. Si no tomamos ninguna medida, no tenemos lugar para quejarnos cuando el gobierno ignora nuestra causa. Aquellos interesados en unirse o brindar sus muestras de apoyo a la huelga pueden sumarse al grupo de Facebook para mayor información.