English La última gran tendencia en la estupidez socialista es la idea del “ingreso básico garantizado“. Así es como se supone que funcione: el gobierno le paga a todos los ciudadanos una asignación mensual básica, independientemente de si trabajan o no. El dinero para pagar por este sistema se recauda a través de impuestos.
En Suiza se está debatiendo esta propuesta que será sujeta a referéndum por realizarse este año, que podrá otorgar a cada ciudadano adulto alrededor de US$2.800 por mes.* De nuevo, esta propuesta tendrá que ser financiada por los contribuyentes. El ingreso básico garantizado es la forma más paternalista de socialismo que se pueda concebir.
Y además, si llegara a implementarse, no duraría mucho tiempo.
Los gobiernos rara vez escriben las leyes basándose en la naturaleza humana. Las mayoría de las leyes son promulgadas por sólo un puñado de razones, y por desgracia, casi todas son malas. Una de las razones es la agenda política. La otra es cuando se compra indirectamente a los legisladores a través del financiamiento de campañas electorales; y la tercera razón es la naturaleza reactiva de la política: se produce un evento, y el gobierno simplemente responde.
Por ejemplo, en Puerto Rico, la entonces alcalde de San Juan, Sila Calderón, pidió a su ayuntamiento prohibir el puentismo dentro de los límites de la ciudad después de que solo un incidente resultara en la muerte de una persona. Cientos, si no miles de personas, habían hecho saltos de puentismo durante los carnavales en San Juan antes de este suceso, y nunca nadie había muerto en el intento. Sin embargo, para hacer ver como si su gobierno estuviese haciendo algo al respecto, Caderón inmediatamente prohibió la práctica, castigando de esta manera a todo el mundo por un solo accidente. Es un ejemplo perfecto de una ley reaccionaria, pero ya estoy divagando.
El ingreso básico garantizado cae en la categoría de la legislación basada en la agenda política. Tiene como intención final implementar el socialismo. Si pudieses hacer unos cuantos miles de dólares al mes sin tener que trabajar, suponiendo que fueses una persona sana, ¿qué harías? Tal vez muchos de los lectores de este blog optarían por trabajar de todas maneras. Sin embargo, no es ni sería el caso en la comunidad en general.

La naturaleza humana entraría en juego rápidamente, y cada vez más gente optaría por no trabajar y simplemente vivir del sistema. Esto está sucediendo ahora mismo en Estados Unidos: Segmentos enteros de la población viven de la gran cantidad de programas sociales del gobierno. Y aunque se han gastado millones de millones de dólares en estos programas, los Estados Unidos no ha logrado reducir significativamente la pobreza. Al contrario, los números sólo parecen seguir creciendo.
Así que si cada vez trabajan menos personas a medida que pasa el tiempo, los ingresos fiscales disminuyen cada vez más, por lo que se hace cada vez más difícil pagar la renta garantizada. Este proceso crearía dependencia masiva en una escala jamás vista en los tiempos modernos. Eventualmente tendrían que incrementarse los impuestos para compensar el déficit en los ingresos del gobierno, ya que la reducción del gasto público —o la llamada “austeridad”— es una opción poco popular, especialmente dentro de la clase dependiente, y siempre es la última en considerarse.
Y los que todavía trabajasen, se quedarían con una menor parte de su dinero, a medida que aumentan las tasas impositivas para pagarles a los que no trabajan. Con el tiempo, seguramente muchos se sentirán tan frustrados por esto, que también optarán por no trabajar, lo cual disminuiría aún más el tamaño de la base tributaria y los ingresos fiscales.
Es difícil decirlo mejor que la ex primer ministro británica Margaret Thatcher: “El problema con el socialismo, es que más tarde o más temprano a uno se le acaba el dinero de los demás”. De ahí en adelante lo que queda es enfrentarse a una crisis ineludible. Nadie quiere trabajar, todo el mundo es dependiente, y no existen medios políticos para arreglar la situación. A no ser que de repente se implemente “un giro de 180 grados” y se decida que todo el mundo tiene que trabajar, y que hay que implementar controles para asegurarnos de que los ingresos fluyan hacia la gente en lugar de las empresas. Y ahí es cuando nos llega el momento de felicitar a los camaradas, porque habremos llegado al comunismo.
Es extremadamente importante que aquellos de nosotros que vemos lo que está sucediendo lo denunciemos, y desafiemos a los que proponen tal locura directamenthtmle. Si no lo hacemos, vamos a perder esta lucha, y acabaremos viviendo bajo Estados terroristas al estilo soviético.
Nota del Editor: hemos corregido un error en relación a referéndum suizo sobre la materia. Al contrario a lo que se sostiene en el artículo original, el referéndum aún no se ha realizado.