¿Se imagina que por 12 horas, una vez al año todos los crímenes fueran legales, incluyendo el asesinato, para poder “depurar” un país? Esta es la teoría que plantea la saga “The Purge”, o “La Expiación” en español, cuando exhibe a Estados Unidos como un país que encontró la paz para su sociedad liberando a sus ciudadanos cada 21 de marzo para que asesinaran libremente, pero con especial enfoque en indigentes.
Este 4 de julio se estrenó “The Purge: Election Year“que es la tercera entrega de esta saga y que agrega el tema político a la ya compleja trama. Es el año de las elecciones en Estados Unidos y la senadora Charlie Roan, quien 15 años atrás fue la única sobreviviente de su familia una noche de “depuración, se disputa la presidencia del país con el pastor Edwinge Owens, quien defiende el estatus quo.
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El guión de esta película fue escrito por James DeMonaco hace 2 años, pero las críticas no han pasado por alto el enorme parecido que la trama tiene con la actual realidad del país norteamericano, donde el candidato republicano Donald Trump propone también una depuración de inmigrantes vía deportación, y la candidata demócrata Hillary Clinton apuesta por mostrarse a favor de estos.
En esta tercera parte se nota, aún más que en las anteriores, la fuerza de la supremacía blanca que predomina en esta práctica, con comandos claramente identificados con insignias nazis así como la raza negra e indigentes siendo el blanco específico de esa noche de terror.
Es interesante como a lo largo de la saga se observa como incrementa el interés en la erradicación, hasta que en esta tercera entrega ya se incluye el turismo donde extranjeros llegan a Estados Unidos para participar de la noche donde todas las garantías ciudadanas se suspenden. En este caso hace ver como la xenofobia se ha expandido y cambiando de nombre según sea el país donde se hable de ella; en Estados Unidos se enfoca hacia los latinoamericanos y en Europa hacia los desplazados en Medio Oriente.
Al verla no pude dejar de pensar que esta película era una hipérbole de la propuesta de Trump, que con algo tan descabellado como un muro fronterizo y la deportación de decenas de millones de inmigrantes pretende “Hacer grande a América de nuevo” lo cuál también se parece al lema nacionalista que utilizan en la puesta cinematográfica.
Así que en este momento “The Purge” ya no me parece una total ficción, ya que la realidad le está alcanzando de la mano del candidato republicano, que no solo ha propuesto las medidas mencionadas anteriormente, además su discurso tiene un fuerte componente discriminatorio y de odio que se ha puesto en evidencia en sus simpatizantes, quienes han tenido muestras de racismo hacia los que Trump promete “erradicar” al llegar a la Presidencia.
Esta es una propuesta fílmica mucho más humana, mostrando el lado compasivo de la oposición y el lado más grotesco de quienes realmente creen que esta es una medida para seguir dignificando a su nación y devolverle el espíritu que sus fundadores soñaron.
Con un contenido violento muy explícito, esta película llama a la reflexión sobre el extremismo en el que la sociedad actual ha caído, y los alcances que puede llegar a tener si no se tiene un espíritu conciliador y franco, que más que erradicar procure integrar.
Sin duda ha sido una de las mejores sagas que he visto en los últimos años, que en todo sentido fue de menos a más, y que deja de ser una película sangrienta sin sentido, para poner en perspectiva lo que muy a la ligera se trata desde grandes convenciones y es aplaudido por grandes masas al calor de la euforia política.