
El caso de las fosas comunes de Tetelcingo ha estremecido a México, ya que en ellas 150 cadáveres fueron enterrados en un terreno irregular operado por la Fiscalía del estado de Morelos. Las decenas de cuerpos ahí inhumados se encontraban en investigaciones cuando las autoridades correspondientes decidieron enterrarlos y dejar en la impunidad a sus victimarios. Las fosas de Tetelcingo son un capítulo más de negligencia y horror en la historia reciente de México.
- Lea más: Según la CIDH, México vive una crisis de derechos humanos
- Lea más: Violencia es la principal causa de desplazamiento forzoso en México
Las fosas del Gobierno
- El 24 de mayo del 2014 el comerciante y vendedor ambulante Oliver Wenceslao Navarrete Hernández fue secuestrado por siete hombres armados en el municipio de Cuautla, Morelos a 40 minutos de la Ciudad de México. Unos días después, su cadáver fue encontrado en en una barranca.
- El cadáver de Oliver Navarrete fue llevado al Servicio Médico Forense de Morelos, donde sus familiares lo identificaron. La familia pidió llevárselo para darle sepultura, sin embargo las autoridades pidieron que se quedara para seguir las investigaciones y llevar el caso al juzgado.
- La madre de Oliver Navarrete, María Hernández, preguntaba constantemente por el caso de su hijo, hasta que el 5 de diciembre el subprocurador de Morelos le informó que su hijo había sido enterrado en la fosa común.
- La familia de Oliver pidió la exhumación del cadáver del comerciante. Pronto descubrieron que en la fosa estaban lo restos entre 115 y 150 personas más.
- Dicha fosa no estaba registrada ante las instituciones a las que debería estar suscrita para operar (Ayuntamiento de Cuautla, dirección general de Panteones, Protección Civil, Registro Civil, etc). Se trataba de un terreno particular, operado por la Fiscalía General de Morelos como una fosa clandestina.
- Las fosas clandestinas son el posible destino de las más de 27.000 personas desaparecidas de 2007 a 2016. El número de fosas en el país es desconocido, tan sólo en el municipio de Iguala – último lugar donde fueron vistos los 43 estudiantes de Ayotzinapa- encontraron 63 fosas.
- Javier Pérez Durón, fiscal de Morelos, aclaró que la fosa de Tetelcingo no se trata de una fosa clandestina. Según Pérez Durón, si bien no tiene todos los permisos “la Fiscalía no tiene fosas clandestinas, ni el gobernador, ni el gobierno del estado”.
- Más de 23 organizaciones de familiares de desaparecidos de otros estados pidieron acceso a las fosas para buscar a sus seres queridos.
- María Hernández; el poeta Javier Sicilia, del Movimiento de la Paz, y el rector de la universidad de Morelos Alejandro Vera, encabezaron la exhumación de los cadáveres hallados en la fosa, que estaba prevista para comenzar a las 6:00 am de este lunes, pero que fue retrasada hasta después del mediodía por no contar con los protocolos necesarios.
- Testigos del acto señalan que las autoridades no se ponían de acuerdo, pues pretendían sacar los cadáveres con retroexcavadoras, además de que la Procuraduría quería evitar que los familiares vieran el proceso. Los familiares protestaron por la ausencia del gobernador Graco Ramírez, del fiscal y del procurador del estado. El único que llegó fue el fiscal Javier Pérez Durón.
El pasado domingo, los integrantes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) comenzaron las labores de logística para la exhumación de más de 100 cadáveres y este lunes comenzaron ya los trabajos con los que además serán identificados. Esto sólo ha sido posible a través de la presión mediática que ha obtenido el caso, y que seguramente pondrá en el ojo del mundo los ya cuestionados derechos humanos en México.