Lima, 22 feb (EFE).- El primer ministro peruano, Alberto Otárola, confirmó este jueves que el Gobierno aspira a replicar en su país el modelo de las cárceles de El Salvador, cuya infraestructura calificó de “adecuada, moderna y eficiente”, pese a las denuncias de organizaciones de derechos humanos contra la política de seguridad del presidente Nayib Bukele.
“La logística carcelaria en este país (…) se ha convertido en una infraestructura adecuada, moderna y eficiente para que acudan, sobre todo, los presos más violentos y los más peligrosos”, explicó Otárola en una rueda de prensa.
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Al respecto, detalló que el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana, ha acudido al país centroamericano para conocer de primera mano esa política y también para “tener reuniones conjuntas con el sector justicia de El Salvador acerca de la viabilidad de estas cárceles” que desean “implementar en el Perú”.
“Ojalá podamos implementar (estas cárceles), aquí en el Perú”, dijo el jefe de Gabinete, antes de asegurar que el país andino sufre “una sobrepoblación carcelaria”.
En Perú, según los datos que ofreció, hay casi 100.000 presos, la mitad de los cuales no tiene sentencia.
“Nos preocupa mucho aquellos presos por delitos violentos que podrían seguir desde la prisión dirigiendo mensajes y organizaciones criminales para la extorsión”, concluyó.
De acuerdo con los datos oficiales, desde marzo de 2022 más de 75.100 personas han sido detenidas en El Salvador, acusadas de ser pandilleros o colaboradores, de las que más de 7.000 personas habrían salido en libertad condicional.
Entre las cárceles de El Salvador se ha hecho especialmente célebre la denominada Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una cárcel inaugurada el 31 de enero de 2022 para albergar a 40.000 pandilleros condenados o detenidos en el contexto de la polémica medida del régimen de excepción.
Dicho régimen fue implementado por el Gobierno del presidente Nayib Bukele para combatir a estas bandas.
La cárcel opera al 30 % de su capacidad y no registra muertes en su interior, de acuerdo con información brindada por las autoridades del centro penitenciario en octubre de 2023.
A la fecha se desconoce el número total de pandilleros que se encuentran en la cárcel.
El Cecot está en la localidad central de Tecoluca, a más de 75 kilómetros de la capital San Salvador, y es un laberinto de concreto, hierro, asfalto y acero que custodian guardias penitenciarios y soldados desde torres con más de 15 metros de altura.
La organización Amnistía Internacional (AI) expresó, unos días después de la inauguración de la cárcel, su preocupación y alertó de la continuidad de violaciones a derechos humanos en El Salvador.
El recinto penitenciario, que acarreó críticas de la oposición y de entes nacionales e internacionales de DD. HH., fue construido en el contexto del régimen de excepción, que suspende garantías constitucionales y que se ha convertido en la principal acción del Gobierno de Bukele contra las maras.