Managua, 18 mar (EFE).- Nicaragua vive este miércoles una especie de rebelión “sanitaria” luego de que colegios privados, comercios, religiones, universidades y grupos sociales o políticos anunciaran medidas de “autocuidado” ante la pasividad del Gobierno para enfrentar la pandemia del coronavirus (COVID-19), cuya presencia no ha sido reportada en el país.
A pesar de que el Gobierno ha insistido en no tomar medidas de prevención de la pandemia, sino solamente de vigilancia, los nicaragüenses han decidido tomar sus propias medidas con base a las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Algunos de los colegios privados más conocidos de Nicaragua han pedido a sus alumnos quedarse en casa y recibir clases en línea, ante lo cual el Ministerio de Salud ha debido extender permisos, aunque mantiene inalterable el programa escolar para las escuelas públicas.
La Universidad Centroamericana (UCA) ya había anunciado que continuaría su educación por internet para proteger a sus estudiantes independientemente de lo que dispusiera el Gobierno.
Decisiones familiares
De igual forma, han aparecido grupos de padres de familias anunciando que no enviarán a las escuelas a sus hijos porque prefieren que los expulsen antes que arriesgar a ser contagiados con el coronavirus.
“Prácticamente no está tomando ninguna medida el Gobierno, aunque no tenemos datos de que haya coronavirus en Nicaragua, pero tampoco queremos que cuando lo sepamos haya miles. Una de las principales medidas que nosotros estamos tomando como familia es el aseo personal”, dijo a Efe el padre de familia Denis Antonio Campos.
En algunas zonas de Managua el tráfico ha podido observarse un poco menos pesado en los últimos dos días.
La gigante estadounidense Walmart, que tiene la red de supermercados más amplia de Nicaragua, decidió racionar los productos de limpieza y cuidado personal, así como modificar sus horarios para desinfectar sus establecimientos, con el objetivo de prevenir el COVID-19.
Cierran discotecas
Las discotecas y establecimientos familiares nocturnos también han decidido cerrar sus puertas ante una pandemia que los nicaragüenses creen inminente.
“Dada la difícil situación que enfrenta el mundo con la pandemia del COVID-19, y el inminente impacto que tendrá en nuestro país, THE LAB ha tomado la decisión de cesar operaciones hasta nuevo aviso. Para nosotros es sumamente importante la salud”, informó la discoteca en Managua.
“Aunque esta decisión nos duele y afecta financieramente, el bienestar de nuestros clientes, colaboradores y público en general es nuestra máxima prioridad”, justificó por su parte el patio familiar Green Market.
Religiones se suman
Las iglesias tomaron decisiones similares y en el caso de la católica el cardenal Leopoldo Brenes ha enviado un mensaje a sus fieles sobre la prioridad de cuidar su salud personal y cómo hacerlo.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua recomendó a sus fieles mayores de edad no participar físicamente en actividades litúrgicas, ordenó que los templos permanezcan debidamente desinfectados, recibir la hostia en las manos, no besar imágenes, y evitar aglomeraciones.
Algunos de los sacerdotes han solicitado no hacer contacto físico en el saludo de la paz, y varias diócesis anunciaron que duplicarán la cantidad de misas y suspenderán las procesiones, para evitar las multitudes.
La iglesia Hosanna anunció suspendió las actividades de más de 25 personas, e informó que los cultos serán transmitidos por televisión, a la vez que pidió que las ofrendas sean depositadas en su cuenta bancaria para evitar el COVID-19.
Médicos aportan
Ante la falta de información gubernamental sobre el COVID-19 algunos médicos han tomado la iniciativa de responder consultas gratuitas sobre la pandemia en redes sociales o medios de comunicación no oficialistas.
Mensajes sobre los síntomas del COVID-19, cómo lavarse las manos, acciones sobre cómo aislarse sin dejar de ser productivo, alimentos idóneos para consumir y por qué la pandemia se enfrenta con solidaridad, son intercambiados por los nicaragüenses de forma abundante en redes sociales.
Los movimientos opositores Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, y la Unidad Nacional Azul y Blanco, además de distribuir información sobre cómo prevenir el coronavirus, programaron para hoy un foro virtual con un epidemiólogo, que hablará del tema por Facebook Live desde Irlanda.
Dichos movimientos, así como otros partidos políticos, también decidieron cancelar o modificar sus actividades políticas, para evitar aglomeraciones.
La diáspora nicaragüense ha advertido a los compatriotas que huyen del régimen de Daniel Ortega, que Costa Rica y Honduras han cerrado sus fronteras, y que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) no está atendiendo solicitudes de asilo en estos momentos.
Ortega sin palabras
Hasta ahora Ortega no ha brindado ninguna alocución específicamente referida al tema del COVID-19. La última vez que se le vio ante las cámaras fue la semana pasada, durante una videoconferencia con sus homólogos de Centroamérica, aunque se desconoce si era transmitida en vivo o grabada.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) condenó el “proceder insensato del régimen Ortega Murillo, que en una muestra de prepotencia y desprecio a la vida de los nicaragüenses está impulsando medidas contrarias las adoptadas por países en que la pandemia está siendo controlada”.
La condena del Cenidh se debe a que el Gobierno de Nicaragua se limita a realizar controles en fronteras y vigilancia epidemiológica local, pero incumple otras medidas de la OMS, como la restricción de eventos públicos, cierre de fronteras, prohibición del ingreso de extranjeros, suspensión de clases y cuarentenas.
El Instituto Nicaragüense de Desarrollo (INDE) llamó “a las autoridades nacionales a implementar medidas que garanticen un manejo adecuado y humanitario ante el inminente avance del COVID-19”, ante la “inobservancia e incumplimiento por parte del Estado de Nicaragua a las medidas sanitarias establecidas en el reglamento internacional aprobado por la OMS”.
Divorcio social
Hasta ahora el Gobierno, a través de la esposa de Ortega, la vicepresidente Rosario Murillo, ha sostenido que “no ha establecido, ni establecerá, ningún tipo de cuarentena”, y que maneja la pandemia de forma “responsable”, tal como lo demuestra el que no haber reportado ningún caso de COVID-19 hasta ahora.
Esta no es la primera vez que la sociedad nicaragüense muestra rebeldía ante el régimen Ortega. En abril de 2018 miles de ciudadanos salieron a las calles y paralizaron el país en protesta por la muerte, arrestos o desapariciones, de cientos de personas durante manifestaciones antigubernamentales, lo que causó una crisis interna de la que el país todavía no se recupera.