Por: Odelín Alfonso Torna y Julio C.A.
Brigadas con chalecos fosforescentes surcan las calles de La Habana en las últimas semanas, desbloqueando alcantarillas y fosas. Luminarias, depósitos para basura y señalizaciones de tránsito surgen en los lugares en los que nunca se habían visto antes. Otras brigadas trabajaron contra reloj para pintar las fachadas de las casas que bordean las avenidas centrales de la capital, mientras que el Latinoamericano, el estadio insignia de la pelota cubana, fue también cuidadosamente remodelado.
El régimen ha hecho meticulosos preparativos para la visita de Barack Obama y su esposa Michelle, del 20 al 22 de marzo; la primera visita oficial de un presidente de Estados Unidos desde 1928.
No todos los locales, sin embargo, han quedado impresionados.
“Esta es otra pantomima más”, dijo Néstor Torres, un albañil de 39 años de edad y cuentapropista, uno de los empresarios privados a pequeña escala que surgen cada vez más en Cuba. Observó numerosas visitas anteriores por los dignatarios que habían conducido a mejoras cosméticas a corto plazo, pero ningún cambio duradero.
“Ya lo vivimos con los papas Juan Pablo II, Benedicto y Francisco; también cuando [en 2009] Olga Tañón y Juanes anunciaron el concierto Paz Sin Fronteras en la Plaza de la Revolución. Mientras estén estos viejos [Fidel y Raúl] en el poder, aunque baje el mismo Jesús Cristo, no se va arreglar este país”, dijo Torres.
Mientras estén estos viejos Fidel y Raúl en el poder, aunque baje el mismo Jesús Cristo, no se va arreglar este país.
Los residentes se enfurecieron aún más porque los inspectores de saneamiento imponen multas a los que tiran basura o no mantienen en buen estado sus propiedades. A principios de marzo, por ejemplo, 60 residentes fueron multados por fugas de agua dentro de sus casas en el barrio de San Francisco de Paula de la capital habanera.
Obama tiene previsto visitar el barrio para recorrer el Museo Ernest Hemingway.
Sin advertencia previa, las autoridades pidieron la cédula de identidad y aplicaron multas que oscilaban entre los 30 y 300 pesos (entre USD $1,5 y $11). El salario promedio mensual en Cuba es de US$23.
“Ojalá Obama se acerque a mí para decirle que fuimos multados por salideros dentro de las casas”, se quejó Elisa Contino, una cubana de 57 años.
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“¿Y los salideros de las calles qué? ¿Quién le pone multas al Gobierno? Todo esto es porque viene Obama al Museo de Hemingway; ahora quieren tener el barrio más limpio que nunca. Cuando vino Kerry [secretario de Estado norteamericano] al museo, taparon todos los salideros de la calle Buena Suerte y después todo siguió igual o peor”, aseguró la vecina del barrio.
Muchos ciudadanos quieren que las cuestiones de derechos humanos jueguen un papel central en las reuniones entre Obama y Castro. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn), tolerada por el Gobierno, ha informado de al menos 2.555 detenciones por motivos políticos, a corto plazo, en lo que va de año.
Le diría a Obama que si quiere conocer la realidad del pueblo, camine el pueblo, entreviste al pueblo, no permitas que te hagan visitas dirigidas.
Una estudiante del bachillerato Kim II Sung de La Habana, que pidió no ser identificada, dijo que “sería un paso de avance sí se le diera la oportunidad no sólo de intercambiar con el Gobierno, sino también de reunirse con organizaciones de la sociedad civil, y también si dejaran a la oposición hablar, quienes en realidad saben más de los problemas existentes”.
Tamara Rodríguez Quesada, activista de las Damas de Blanco, estuvo de acuerdo. “No creo que esa visita nos traiga expectativas de ninguna índole”, dijo. “Le diría a Obama que si quiere conocer la realidad del pueblo, camine el pueblo, entreviste al pueblo, no permitas que te hagan visitas dirigidas. Comprende al pueblo, al verdadero pueblo de Cuba, el que no tiene una red de Internet”, dijo la activista.
Odelín Alfonso Torna y Julio C.A. son periodistas en La Habana. Los dos han participado en entrenamientos periodísticos del Institute for War & Peace Reporting. Este artículo fue publicado originalmente en IWPR.