EnglishBajo el lema “Desarrollo con inclusión social” comienza hoy en Asunción, Paraguay, la 44ta Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). El tema más candente y que genera mayor preocupación entre la población paraguaya —y que divide a los países miembros— es la resolución que condena la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. Tanto, que anoche surgieron enfrentamientos violentos fuera de la sede donde se desarrolla desde esta mañana el evento oficial.
La cita, que durará hasta el jueves, cuenta con la presencia de 1.500 diplomáticos, cancilleres, periodistas, líderes de organizaciones sociales y empresarios de todo el continente. Entre los invitados asistirán dos embajadores y 29 ministros de Relaciones Exteriores, además de los representantes de los 69 países invitados en calidad de observadores.
El polémico documento, llamado “Proyecto de Resolución Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género”, que será votado en esta Asamblea, busca eliminar las barreras de participación en la vida política para esta parte de la población.
Esta propuesta tiene el apoyo de Brasil, y está copatrocinado por Argentina, Colombia, Estados Unidos y Uruguay, pero es rechazada fuertemente por Paraguay, el país anfitrión.
Eladio Loizaga, canciller paraguayo, había adelantado el viernes pasado que su país no va a acompañar la resolución, “no se suma al consenso”, dijo. Aseguró que el tema requiere de un debate nacional previo y añadió que “la Constitución Nacional contiene principios claros sobre la familia y lo que es el matrimonio”.
La propuesta está bajo revisión de la OEA desde el 2008 y recién este mes será sometida a votación. Las cláusulas del documento instan a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a preparar un informe sobre las leyes actuales en los países miembros que violan derechos humanos, con la finalidad de promover una guía para desincentivar la penalización de la homosexualidad.
Movimientos ciudadanos se pronuncian
Por su parte, la agrupación paraguaya SomosGay hizo público a través de un comunicado su enojo hacia el rechazo de esta iniciativa, que tiene como favorable para instar a los gobiernos a que adopten medidas antidiscriminatorias contra homosexuales y transexuales.
Además, invitaron a participar ayer a las 19:00 en una manifestación pacífica frente a la sede de la Asamblea. Anoche denunciaron, a través de las redes sociales, acosos y violencia policial en contra de los activistas presentes.
Simón Cazal, el director de la organización, reflexionó sobre este hecho: “El Gobierno Nacional de Paraguay, al posicionarse en contra de este instrumento, no solo promueve la intolerancia y la discriminación, sino además atenta contra la dignidad y el respeto a la condición humana de todas las personas del país”.
En contrapartida, 25 mil activistas —según datos de sus organizadores— de movimientos sociales y religiosos pro vida y a favor de la familia, se reunieron también el lunes frente a la Asamblea para pedir que Paraguay rechace la resolución.
“Esta noche es una noche de mucha bendición porque oramos para que el país sea una de las pocas naciones que no implementará esta norma del falso derecho, de la libertad y de discriminación”, expresó el Arzobispo de Asunción, monseñor Pastor Cuquejo.
Entre los otros temas que serán abordados en el plenario está la cuestión de Malvinas (agendada para mañana), donde se prevé que los miembros firmen una nueva resolución de apoyo a Argentina y expresen conjuntamente un pedido al Reino Unido para que se siente a negociar la soberanía.
El “Desarrollo con inclusión social” será el tema emblema de la Asamblea, ya que fue propuesto por el país anfitrión. También se dará a conocer la llamada “Declaración de Asunción”, previamente consensuada en el Consejo permanente de la OEA en Washington, que tiene como objetivo promover el progreso económico y social en América Latina.
Albert Ramdin, secretario general adjunto de la OEA, se reunión ayer con el presidente de Paraguay y explicó que esta declaración busca “profundizar el desarrollo económico con equidad” y que refleja preocupaciones comunes de la región.
Entre los puntos candentes en el escenario político internacional que serán tratados en la agenda del plenario, están el debate por la situación actual de Venezuela y el pedido de los miembros de la Unión de Países Suramericanos (UNASUR) de desplazar a Washington como sede de la CIDH. UNASUR respalda esta solicitud con el argumento de que Estados Unidos no ratificó la Convención Americana de Derechos Humanos (conocida como el Pacto de San José de Costa Rica).
La Organización de los Estados Americanos es hoy el órgano internacional más antiguo del mundo (fundado en 1889) y fue concebido para mantener entre sus Estados Miembros “un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”. La OEA reúne a los 35 Estados independientes del continente americano, salvo Cuba, que a pesar de ser libre de participar en las reuniones desde 2009 —cuando se levantó su expulsión del organismo— no lo ha hecho.