Soy argentina y les puedo decir, venezolanos, que sí se puede. Sí se puede salir adelante, sí se puede vivir en libertad, sí se puede vivir en democracia. Lo digo porque los argentinos hemos logrado salir, hace 19 meses, de uno de los períodos más oscuros de nuestra historia política, económica y social. Los argentinos hemos optado por el cambio, hemos elegido ser libres de ese populismo kirchnerista que otrora nos golpeó y que fue cómplice de las violaciones a los derechos humanos que Hugo Chávez y Nicolás Maduro cometían contra ustedes. La lucha contra estos regímenes es titánica, pero sabemos que se puede lograr. Sabemos que lo pueden lograr.
Van más de 100 días que el pueblo venezolano pisa fuerte en las calles de Venezuela. Van más de 100 días que el pueblo de Venezuela tiene claro que el momento es ahora o nunca, que ha llegado el fin del régimen de Nicolás Maduro, quien luego de reprimir y asesinar a jóvenes mediante sus sumisas Fuerzas Armadas y Guardia Nacional Bolivariana, cómplices del negocio-narco y adoctrinados por el G2 cubano, propuso un proceso ilegal para reformar la Constitución Nacional, en tanto que a partir de la propuesta Asamblea Nacional Constituyente, Maduro busca convertir a las ruinas que quedan de Venezuela en la nada misma, declarándola como un Estado comunista.
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No obstante, es emocionante ver a un pueblo que no se rinde, que no baja los brazos y que no se conforma con migajas. Es emocionante ver la valentía de un pueblo, de unos jóvenes y unos adultos que acompañan en las calles, sitio que se ha convertido en un cruel, sangriento e injusto campo de batalla, donde el pueblo es asesinado.
Es emocionante ver que finalmente la dictadura chavista ya no cuenta con los adeptos en el poder que otrora respaldaban las atrocidades de Chávez o de Maduro, muchos de ellos están donde deben estar por los crímenes que han cometido contra sus pueblos y sus naciones: en prisión, y otros pronto lo estarán.
Me preguntaba de dónde sacan fuerzas los venezolanos. Cómo hacen para tener la valentía de no rendirse, de seguir luchando con un espíritu libertador. Tienen cientos de razones para seguir, la primera es recuperar la libertad en la tierra que los vio nacer.
Hoy es el momento de que los venezolanos voten por lo que podría llamarse el paso cercano a la recta final de esta dura y ardua batalla en la que muchos han dejado sus vidas. Hoy ha llegado el momento de que los venezolanos en sus tierras y a lo largo del mundo digan en este legal proceso de consulta popular que SÍ “rechazan y desconocen la realización de una constituyente propuesta por el dictador Maduro sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela”; que SÍ “demandan a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público a obedecer y defender la Constitución y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional“, y, finalmente, que SÍ “aprueban que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución y a la realización de elecciones libres y transparentes, así como a la conformación de un Gobierno de Unión Nacional para restituir el orden constitucional”.
En palabras más simples, el pueblo venezolano tiene la opción de sacarse a la dictadura de encima de una buena vez y de dar el empujón final y las fuerzas necesarias para que la Asamblea Nacional cumpla con su deber. En palabras mucho más simples todavía, el pueblo venezolano tiene la oportunidad de ser libre.
Pero además, los venezolanos hoy están votando por muchas cosas más, que si bien no están plasmadas en ningún papel, sí se encuentran plasmadas en sus corazones como un inmenso y latente deseo. De este modo, los venezolanos:
- Están votando por honrar a los que han caído dando sus vidas en esta lucha.
- Están votando en nombre de los más de 430 presos políticos que hoy están silenciados.
- Están votando por la libertad de Leopoldo López y Antonio Ledezma, quienes están injustamente presos en sus hogares y con un brazalete electrónico en sus tobillos.
- Están votando para levantar un grito por las violaciones, abusos y golpizas que el régimen sádico chavista ha dado a los jóvenes en las calles y en las prisiones.
- Están votando para que esos 8 de cada 10 venezolanos que viven bajo niveles de pobreza y no tienen para comer, puedan superarse y salir de esa injusta situación provocada directamente por el régimen chavista.
- Están votando para que todos los canales de televisión y emisoras de radio que están censuradas puedan nuevamente encender el botón de “en vivo” y transmitir noticias con libertad y pluralidad.
- Están votando para que se acabe el terror que viven y padecen aquellas madres venezolanas al ver a sus hijos poner el pecho en las calles y haciendo frente a una de las dictaduras más atroces que ha visto nuestra América Latina.
- Están votando para que todos los enfermos que están muriendo y agonizando de dolor por la falta de medicinas —provocada también directamente por el régimen chavista— puedan nuevamente tratarse, medicarse, curarse y vivir una vida digna con un futuro en libertad.
- Están votando por los más de 11.000 recién nacidos que no pudieron crecer y tener un futuro en su tierra, y que murieron en 2016 por falta de medicinas, atención, comida, electricidad y sanidad en los hospitales venezolanos, todo provocado por el régimen.
- Están votando para que el territorio venezolano deje de ser un terreno de establecimiento de guerrilleros de las FARC que hacen sus negocios dentro del narcoejército de la narcodictadura de Maduro, y se convierta finalmente en un territorio al que regresen tantos jóvenes que tristemente han tenido que abandonar sus tierras en busca de un futuro mejor.
- Están votando para liberarse de Cuba y así empezar a gobernarse por sí mismos, por el mismo pueblo, por la libertad y la democracia.
- Están votando para que se acabe el dolor.
- Están votando para tener un futuro.
No soy venezolana, como remarqué al comienzo, soy argentina y no voto, pero sepan que los argentinos que defendemos la transparencia, la pluralidad, el Estado de derecho, la libertad y la democracia, estamos con ustedes, nos solidarizamos y los acompañamos. Por mi parte, estaré presente en alguno de los centros de votación de la Ciudad de Buenos Aires.
Venezolanos, recuerden, sí se puede, así que ahora: ¡a votar!