EnglishLa presidenta argentina Cristina Kirchner aprovechó la celebración de la Revolución de Mayo para convocar frente a su lugar de trabajo otro jolgorio financiado por los contribuyentes para elevar su figura, y la de Néstor Kirchner, el difunto expresidente, al nivel de “fundadores de la patria”. En realidad, el festejo era otro. El 25 de mayo de 2003 asumió Néstor Kirchner, y la historiografía kirchnerista marca ese día como una refundación del país. “Hemos construido otra vez la Patria”, dijo, sin medias tintas, durante el discurso.
La mejor descripción del evento del lunes en la histórica Plaza de Mayo, en Buenos Aires, la hicieron en Telesur, la cadena propiedad del Gobierno de Venezuela, de la cual el Gobierno argentino es uno de los socios:
Telesur entendió mejor que nadie el festejo de hoy en la Plaza. Del #25deMayoDe1810 ni se habló pic.twitter.com/Bvn8DINVzj
— María (@mariainverni) May 26, 2015
El festival partidario montado en la Plaza de Mayo incluyó —al igual que en otras ocasiones— números musicales, y las indispensables apariciones de Cristina Kirchner, en las que se la puede ver bailando diferentes ritmos. La movilización de masas no obedecía a una celebración patriótica, si no al intento de permanecer en el centro de la escena hasta el último momento.
Kirchner sabe que los presidentes suelen debilitarse una vez fuera del poder, y por eso ni siquiera se inclina por alguno de los dos aspirantes a sucederla dentro del peronismo. Como en la película Titanic, la mandataria argentina busca aferrarse a la Casa Rosada, donde logró centralizar gran parte del poder político, hasta último momento.
Ella cree que si uno de los dos candidatos de su Frente para la Victoria —la facción del peronismo que lidera— accede a la presidencia y hace una buena gestión, o un opositor una gestión olvidable, tendrá posibilidades de reasumir en 2019. Mientras tanto, Kirchner probablemente deba brindar explicaciones ante la Justicia, y para evitarlo planea recurrir a la inmunidad parlamentaria, de la misma forma que lo hizo el expresidente Carlos Menem, a quien ella tanto critica.
En 2015 el nombre Kirchner figurará en las boletas. Ya sea como candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires o representante en el Parlasur, un cargo que recién asumiría en 2019 aunque le otorgaría visibilidad nacional debido a que su nombre estará en boletas de todo el país. Pero antes de las elecciones tiene un trabajo más arduo que hacer.
Los inicios de la celebración de mayo ocurrieron el pasado jueves 21 de mayo con la reinauguración del antiguo Palacio de Correos, renombrado Centro Cultural Nestor Kirchner, otra demostración del intento de construir un mito. El costo final excedió en cinco veces el presupuesto, quizás en un intento de consagrar la vinculación familiar con la corrupción. Y los tres pianos adquiridos por US$530.000 son un símbolo de la opulencia irresponsable.
El Gobierno de Cristina Kirchner se retira dejando un legado autoritario, con una política de mano dura sobre las decisiones individuales, y la corporativización de la vida privada. Su salida del Gobierno no desentona.