Ayer, lunes 1 de abril, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Nicolás Maduro, Maikel Moreno, ordenó el allanamiento de la inmunidad parlamentaria de Juan Guaidó tras señalar que el opositor violó la prohibición de salida del país que le fue impuesta el 29 de enero por esa instancia chavista. De este modo, según dijo el cómplice de Maduro, se da luz verde al enjuiciamiento de Guaidó y se abre la puerta a su posible detención.
El verdadero presidente de Venezuela, respondió: “No hay ningún tipo de inhabilitación, porque no tienen ninguna competencia para hacerlo, vamos a seguir en la lucha de la Operación Libertad”.
Y es que solo la Asamblea Nacional tiene la facultad constitucional de allanar inmunidad parlamentaria a sus diputados y solo cumpliendo estrictamente el procedimiento establecido en la Constitución. Pero en medio de los inventos de la tiranía, lo que ha dicho el TSJ usurpador es que después de que la Asamblea Constituyente, impuesta por Maduro, aprobara la decisión del Tribunal Supremo, quedó libre el camino para la captura de Guaidó.
Hay que recordar las advertencias de EE. UU. al respecto de una posible detención de Guaidó. A finales de enero, después de que el fiscal de Maduro, Tarek Saab, anunciara “investigaciones” contra Guaidó porque supuestamente las acciones del líder opositor llevaron a un desorden social y produjeron sanciones económicas contra la tiranía, John Bolton, advirtió que “cualquier acto de violencia e intimidación contra el líder democrático de Venezuela, Juan Guaidó, o la propia Asamblea Nacional representaría un grave ataque contra el Estado de derecho y recibirá una respuesta significativa”
Luego, a finales de febrero, también se hizo famosa la declaración de un alto funcionario de la administración Trump, que en condición de anonimato dijo: “francamente creo que sería la peor decisión y a lo mejor una de las últimas decisiones que tomaría Nicolás Maduro”, refiriéndose a la posibilidad de que Maduro encarcelara o atacara físicamente a Guaidó.
Aseguró también que si el presidente encargado, Juan Guaidó, y su gente ven comprometidos su integridad física, EE. UU. intervendrá militarmente. El funcionario además afirmó que si bien Estados Unidos aprueba la postura de no intervención que tomaron en ese momento los 13 países del Grupo de Lima, el país cuenta con autonomía y no adscribe la inacción militar.
Hay dos grandes preguntas. ¿Maduro se atreverá a hacer algo contra Guaidó? Es posible que el tirano solo quiera asustar al presidente para que ni siquiera intente seguir adelante. Pero también existe la posibilidad de que ante la posición cada vez más pasiva de Estados Unidos, las amenazas no cumplidas de Guaidó y la falta de reacción con la que se ha encontrado Maduro cada vez que ha pasado la línea roja, decida aventurarse a capturar al presidente. Si nadie responde, habrá ganado una gran batalla.
De otro lado cabe preguntarse: ¿Si Maduro decide capturar a Guaidó, EE.UU. intervendrá en Venezuela? La respuesta a esta pregunta tal vez esté en la Asamblea Nacional. Si ante una eventual captura del presidente, la AN no decide solicitar intervención militar de manera clara y fuerte, y no tiene un plan para recuperar a Venezuela después de que entre la ayuda militar internacional, es probable que el Gobierno Trump no haga nada. Después de todo, ni siquiera el mismo Guaidó ha sido capaz de pedir a EE. UU. que de ser secuestrado intervengan.
Es lamentable, pero Maduro va pisando lineas rojas a ver hasta dónde puede llegar y parece que la próxima es encarcelar a Guaidó. Cada vez hace algo peor, y al ver que no recibe ninguna reacción contundente, avanza.