En la Noticia del Día analizamos los cambios que los altos mandos del socialismo cubano están haciendo a la constitución de ese país y que muestran una vez más el fracaso de ese modelo económico.
Este fin de semana el parlamento de la isla se dedicó a debatir el texto de la nueva Constitución, la noticia más importante es que se elimina el término ‘comunismo’ y se incluye el derecho a la propiedad privada. Recordemos que en la actual Carta Magna de Cuba, solo se reconoce la propiedad estatal y la cooperativa agropecuaria.
Otro de los cambios fundamentales tiene que ver con la inversión extranjera, en la nueva Constitución se refieren a esta como una “necesidad y un elemento importante del desarrollo”.
Además, se propone en el texto definir el matrimonio como la “unión entre dos personas”, lo que abriría la puerta a la legalización de las bodas homosexuales en las isla. Este tema ayudaría a borrar, en cierta medida, el recuerdo de la persecución a homosexuales que se llevó a cabo durante los primeros años de Fidel Castro en el poder.
Ante estos cambios algunos medios presentan la noticia como si la isla se hubiera vuelto capitalista. Lo cierto es que los asuntos fundamentales, acá planteados, y que componen la variación más importante a la constitución no son de fondo.
En el texto se sigue hablando de prohibir la “concentración de riqueza” y también se mantiene la idea de que “la empresa estatal es el sujeto principal de la economía como generador de la riqueza del país”.
En ese mismo sentido, el actual presidente, Miguel Díaz Canel, aseguró que “no hay ni habrá giros capitalistas”.
En la Noticia del día comentamos lo que estos cambios significan. Porque si bien Cuba, aún con estas modificaciones sigue siendo un país socialista, sí es claro que lo que ocurre muestra una vez más el fracaso del socialismo.
Fracaso que los altos mandos del país reconocen al intentar diminutos cambios que permitan mayor funcionamiento del mercado. Tienen claro que si no le bajan a su nivel de socialismo, los cubanos se van a morir de hambre, y también tienen claro que la salida apunta hacia la propiedad privada.
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