El chavista Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela decidió amenazar a quienes promuevan la abstención en las fraudulentas “elecciones” presidenciales de este domingo 20 de mayo.
La principal rectora del Poder Electoral advirtió a los venezolanos que quienes a través de cualquier medio llamen a no votar este domingo, podrán recibir sanciones entre las cuales está incluído el arresto.
“Queremos recordar una vez más que está prohibido por ley desestimular el voto”, dijo Tibisay Lucena, presidenta del CNE.
La rectora además advirtió que los medios de comunicación que difundan los llamados a no sufragar, también se exponen a sanciones.
Las supuestas elecciones presidenciales están plagadas de irregularidades tras recientes fraudes cometidos por el CNE en los “comicios” de la Asamblea Nacional Constituyente y en las regionales.
Justamente este lunes 14 de mayo, el Observatorio Electoral Venezolano emitió un informe en el que denunció que las elecciones de este domingo son ilegítimas, porque violan todas las garantías electorales establecidas en cualquier país democrático.
Dicho informe sostiene que se “ha violado la ley de procesos electorales al inhabilitar partidos políticos de la oposición y al aceptar actos ventajistas hacia un candidato en específico”. Además establece que el voto en Venezuela ha perdido legitimidad porque el sistema electoral es poco transparente y está administrado por instituciones que no son imparciales.
Mientras el CNE amenaza a los venezolanos con no llamar a la abstención, los países democráticos del mundo han anunciado que no reconocerán los resultados de las supuestas elecciones en Venezuela; lo que significa que a partir del próximo domingo 20 de mayo Nicolás Maduro quedará ilegitimado como mandatario a nivel internacional.
De hecho, todo indica que de efectuarse las fraudulentas elecciones en Venezuela, las 16 naciones del Grupo de Lima emitirán sanciones económicas contra los funcionarios corruptos y violadores de derechos humanos en Venezuela. La tarde de este lunes la coalición de países emitió un ultimátum para que el régimen de Maduro no continúe con el fraudulento proceso electoral.
A esto se suma que la oposición venezolana anunció que no participará en los fraudulentos comicios por la falta de legitimidad; la dirigencia opositora señaló que acudir a las urnas electorales sería avalar un proceso que inició fraudulento tras ser convocado por la chavista e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.
“Observación internacional” sin credibilidad
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Tibisay Lucena, que recientemente emprendió una gira para promocionar las fraudulentas elecciones en el país suramericano y captar “observadores internacionales”, no contó con el respaldo de reconocidos organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU), ni con representantes de gobiernos democráticos, por el contrario, los supuestos comicios en Venezuela solo tendrán acompañantes socialistas y de poca credibilidad.
Lucena, sin aclarar quiénes serán los “observadores”, solo dijo que en las próximas horas llegarán al país acompañantes internacionales, entre los cuales figuran delegados de organismos electorales, europarlamentarios a quienes no identificó, diputados latinoamericanos y académicos.
Según Eugenio Martínez, periodista espeialista en procesos electorales, este martes 15 de mayo se firmará un acuerdo de acompañamiento electoral entre el CNE y la Comisión Central Electoral de Rusia.
Mañana se firma el acuerdo de cooperación entre la Comisión Central Electoral de Rusia y el Consejo Nacional Electoral, como parte del proceso de acompañamiento electoral para el #20M
— Eugenio G. Martínez (@puzkas) May 15, 2018
Los acompañantes internacionales deberían ser objetivos e imparciales, pero Rusia, por ejemplo, es una nación que comparte con Nicaragua y Venezuela sus procesos electorales antidemocráticos.
No es causalidad que Vladimir Putin haya sido reelecto el pasado 18 de marzo con más del 70 % de los votos. Habría logrado la victoria con las mismas trampas electorales descubiertas en países como Venezuela, Nicaragua o Cuba.
Putin, así como pretende hacerlo Maduro, se presentó a unas elecciones con una oposición completamente anulada luego de que inhabilitara a sus potenciales contrincantes. Asimismo, abundaron las denuncias que afirman la manipulación de las cifras de participación para tratar de legitimar las elecciones presidenciales.
Se presume también que entre los eurodiputados que acompañarán las “elecciones” estarán los representantes del partido español Podemos, una coalición investigada por recibir financiamiento del régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Sin garantías electorales
Las pasadas elecciones regionales revelaron cómo el órgano electoral (CNE) lo que hace es “rebanar” votos opositores, no solo con la eliminación y reubicación de centros de votación, sino también con la manipulación de cifras como sucedió en el estado Bolívar.
A esto se suma cómo el CNE de Venezuela, de la mano con el Tribunal Supremo de Justicia, logró inhabilitar a los principales líderes opositores, aquéllos que consideran una amenaza y que podrían causarle una derrota electoral a Nicolás Maduro.
Otra medida fraudulenta se basa en que los organismos electorales optan por la eliminación, sin explicación, de miles de votantes del registro electoral. Además de la eliminación del uso de la tinta indeleble y el captahuellas, y el ventajismo constante y descarado por parte del oficialismo.
No se puede olvidar la desmotivación de los electores que no están de acuerdo con votar con un CNE que se inventó unas cifras cuando se eligió a los miembros de la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC), números que fueron desmentidos por Smartmatic, la empresa que estaba encargada de totalizar los votos.
Fue Smartmatic la que detectó millones de votos falsos en estos comicios y, por primera vez en la historia de Venezuela, confesó que hubo fraude. El CNE no pudo demostrar nunca cómo el chavismo obtuvo 8.000.000 de votos.
Esto sin contar con el amedrentamiento que existe por parte de grupos armados en el momento de las elecciones y la doble cedulación que permite ilícitamente el doble voto.