EnglishLos carteles de la industria se ven en aprietos cuando enfrentan temas de relaciones públicas. Existen para inflar los precios y restringir la oferta, son la cereza del pastel cuando se trata de gestión superflua, y hacen valer su condición de monopolios usando las armas del gobierno. Pero ninguno de estos motivos parasitarios los ayuda a ganar seguidores.
A cambio, tienen que hacer algo para justificar su existencia y su protección jurídica. Se fabrican un barniz de legitimidad, y esperan que suficientes personas se lo crean, para que permitan que el dinero fácil continúe fluyendo, a expensas de los consumidores.
La Federación de Productores de Jarabe de Maple de Quebec ha estado jugando este juego y expandiendo su dominio durante muchos años, desde 1966. Se las han arreglado para adular a los que controlan la provincia económicamente más oprimida de Canadá y conseguir un monopolio de la producción, distribución y ventas — el “control total del mercado”, en palabras de un abogado disidente.
Definitivamente cuentan un hermoso cuento, pero las grietas están comenzando a aparecer, y la verdad se está filtrando.
La versión oficial es que la federación “se ha creado para apoyar los intereses de los 10,000 productores de jarabe de maple que hay en toda la provincia de Quebec”, quienes dominan el mercado mundial. Eso es peculiar, ya que algunos productores no quieren saber nada de ellos, y cualquier incentivo para unirse se desvanece cuando la afiliación es obligatoria.
La necesidad de “precios justos” es el estribillo familiar que utilizan, pero una frase tan vacía debe ser una señal de alerta inmediata. Esta esconde las distorsiones del mercado que no ayudan ni al consumidor ni al productor. De hecho, los productores sin escrúpulos están desafiando la ley y venden fuera de la provincia a precios más bajos.
Esto plantea la pregunta: ¿por qué alguien vendería por menos precio? Tal vez es porque el régimen de la industria ha asignado cuotas y no paga por la producción que exceda las cantidades estipuladas. No queremos que los consumidores disfruten de jarabe de maple más asequible ahora, ¿verdad?
Los “excedentes” deben ir a dos depósitos en el sureste de Quebec, que en este momento tienen acumulados decenas de millones de kilos del producto. Pero eso sólo deja a los productores en espera, y expone a los funcionarios que demostraron su imprudencia cuando permitieron que se les robaran US$18 millones en jarabe de maple en 2012.
Pero aún hay más. Dejando de lado cualquier tipo de cortesía sindical, los funcionarios de la federación se han vuelto tan agresivos y paranoicos que “pican” a sus miembros con falsas ofertas en el mercado negro para atraparlos. También se toman la libertad de revisarles sus estados de cuenta bancarios y sus facturas de servicios públicos.
Las fuerzas competitivas promulgan la destrucción creativa de los jugadores obsoletos, y la federación inevitablemente recibirá la justicia del mercado
El último intento de la federación para racionalizar sus numerosas demandas contra los productores desafiantes es que todos deben pagar por su tan esencial investigación (PDF).
Si cualquier persona que produce jarabe de maple le debe algo a este grupo, ya sea que hayan buscado la investigación o no, ¿por qué detenerse en Quebec? ¿Por qué no buscar a todos los que están en Estados Unidos y en otras partes de Canadá?
Al parecer, los tentáculos del cártel luchan para llegar más allá de Quebec, y eso puede cambiar las cosas para mejor. Sus días de de captación de rentas están por llegar a su fin, puesto que las acciones que han emprendido los productores insatisfechos van absolutamente en contra de la famosa historia de la federación. Afortunadamente, eso es lo que está pasando con la competencia externa.
Sus esfuerzos para inflar los precios y acaparar suministros han estimulado la producción en otros lugares, sobre todo del sur de la frontera. En los últimos años, la cuota del mercado mundial de Quebec ha caído, de 80% en la década de 2000, a 71% en la actualidad.
Las fuerzas competitivas promulgan la destrucción creativa de los jugadores obsoletos, y la federación inevitablemente recibirá la justicia del mercado.