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«Investigada». Así aparece Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en dos resoluciones tramitadas por el juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, bajo la dirección del magistrado Juan Carlos Peinado. Los documentos a los cuales accedió OkDiario confirman las indagaciones que han hecho temblar al Ejecutivo, al punto de considerar su dimisión.
El presidente del Gobierno español tendrá que dar explicaciones respecto a un tema por el que también dinamitó injustificadamente relaciones bilaterales. Además, esto demuestra que no hay intención de la justicia por archivar el caso. Por el contrario, el juez citó a seis testigos para los próximos 6 y 7 de junio para que aporten información sobre los presuntos delitos de «corrupción en el sector privado y tráfico de influencias» que pesan sobre la esposa de Sánchez.
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El presidente socialista dice sentirse ofendido por palabras de su homólogo argentino Javier Milei, quien llamó “corrupta” a su esposa, pero que la justicia determine que sí hay razones para investigar a Begoña Gómez, sugieren que el mandatario libertario tendría razón. Sin embargo, desde La Moncloa se inclinaron por cortar relaciones diplomáticas argumentando una supuesta ofensa que los voceros del PSOE tampoco pueden justificar.
Pedro Sánchez en ridículo
Así como funcionarios del mandatario español hicieron silencio ante preguntas de la prensa relacionadas con la hipocresía que se maneja desde el Gobierno, es posible que esta conducta de evasión empeore por la decisión del juzgado ubicado en Madrid.
Uno de los citados es nada menos que Carlos Barrabés, un empresario considerado experto en innovación digital y dueño de empresas dedicadas al ramo, quien se reunió con Sánchez en el año 2020 gracias a gestiones de Gómez, con el fin de gestionar fondos que la Unión Europea había transferido al país para ayudar en la recuperación económica por la pandemia de coronavirus. Sin embargo, su nombre es solo uno en la lista de testigos que podrían complicar aún más la posición de Sánchez.
Lo cierto es que el socialista está en un terreno frágil y también ha quedado en ridículo, por provocar tensiones diplomáticas, a pesar de que previo a las palabras del presidente argentino, sus funcionarios llamaron “fascista”, “drogadicto” y “negacionista” al mandatario libertario. Cuando recibió una respuesta, aparentaron en La Moncloa una supuesta indignación a la que se unieron mandatarios izquierdistas como Gustavo Petro, desde Colombia.
Este es solo el comienzo de un largo camino legal. Por ahora, los testigos darán señales a la justicia del camino a seguir por la acusación que inicialmente elevó el sindicato Manos Limpias, tras investigaciones periodísticas que desnudan los presuntos vínculos de Gómez con empresarios que se postulaban a licitaciones públicas y se veían beneficiados con fondos asignados desde el Estado.
