El estado de California posiblemente sea la mayor vitrina de la agenda progresista de Estados Unidos. De allí salen iniciativas como la promoción de libros sobre transexualidad en preescolares e incluso se libran batallas entre autoridades estatales y juntas de padres, cuando los primeros intentan inmiscuirse en la educación familiar.
Lo cierto es que a medida que pasa el tiempo, el impacto de dicha agenda se magnifica para tocar todos los sectores de la sociedad y aplicar imposiciones ideológicas. Esta vez, las jugueterías de California estarán obligadas, a partir de enero de 2024, a habilitar secciones neutrales, es decir, sin clasificar la mercancía entre femenino y masculino. Si no lo hacen serán multados.
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La medida aplicará para grandes almacenes de venta minorista, que tengan 500 o más empleados y que comercialicen “artículos o juguetes de puericultura”. El término se refiere a aquellos diseñados “para facilitar el sueño, la alimentación, la relajación o ayudar a los niños con la succión o la dentición”. Otro aspecto de la nueva norma es que el rango de edad de los “niños” a los que se refiere la legislación es de 12 años o menos.
Las desatinadas prioridades de Newsom
Gavin Newsom, el gobernador progresista, promulgó esta ley a finales de 2021 para que entrara en vigencia en enero de 2024 en las jugueterías de California. Así convirtió al estado en el primero en tener una legislación de este tipo. Newsom viene allanando el terreno para una posible candidatura que sustituya a Joe Biden por el Partido Demócrata, y cada una de sus iniciativas adelantan lo que podría ocurrir en el hipotético caso de que llegue a la Casa Blanca como presidente del país.
Ahora, apartando esa probabilidad, Newsom se ha dedicado a rendir pleitesía a grupos progresistas que usan el discurso de la ideología de género para hacer proselitismo y pasar por encima del derecho constitucional de los padres a dirigir la crianza de sus hijos en California. Los críticos de la agenda woke explican que el problema no es la orientación sexual o de género de estas personas, sino la redefinición forzada de la biología, las imposiciones dentro de la educación infantil o la experimentación médica con niños que cambian de género.
Pero se libra esa pugna ideológica, el estado demócrata padece una enorme crisis de drogas. Nada más en 2021 hubo casi 6000 muertes por sobredosis relacionadas con opioides en California, de acuerdo con cifras oficiales. Este año, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) difundió un estudio donde clasificó a este territorio como uno de los que tienen las tasas más altas de muertes por sobredosis de fentanilo. Si eso no es suficiente, también abundan los campamentos de personas sin hogar. A su vez, el hecho de que Newsom haya dejado las calles pulcras, para la visita que hizo hace poco el dictador chino Xi Jinping, demostró que este último tema responde más a la poca voluntad política que a una crisis sin solución.
Multa por infracción posterior
Colectivos LGBTQ dicen que los métodos de marketing que utilizan tonos rosados y azules “presionan a los niños para que se ajusten a los estereotipos de género”, reporta Associated Press.
Bajo esa premisa y con la obediencia de Newsom, los minoristas deberán habilitar estantes de “género neutro” o en caso contrario deberán pagar multas de 250 dólares por la primera infracción, sumado a otra multa de 500 dólares por cualquier infracción posterior.
Estados Unidos viene de presenciar el resultado de consumidores molestos por la agenda ideológica de raza y de género. El boicot a la cerveza Bud Light fue uno de estos episodios y las críticas contra Target fue otro. En este último también se comercializaron productos satánicos de un diseñador llamado Abprallen, denominado a sí mismo como “hombre trans gay” y defensor de frases como “Satanás respeta los pronombres”. No obstante, programas como los de Newsom parecen seguir presionando a la sociedad estadounidense.