
Aunque no ha dejado de estar latente, la crisis fronteriza nuevamente genera presiones públicas sobre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, pidió ayuda “urgente” al mandatario, ya que no es suficiente con habilitar hoteles, oficinas y canchas deportivas como albergues. Incluso el alcalde demócrata Eric Adams dijo que la migración masiva en el último año “va a destruir” la ciudad.
Si Nueva York está atravesando tal crisis, la situación es mucho más preocupante en los estados fronterizas. Por eso el gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtió que enviará “aún más autobuses” a otras ciudades si Biden no declina una decisión que podría empeorar la crisis.
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La medida obligaría a migrantes que llegan de forma irregular por la frontera sur a permanecer en Texas, rastreándolos con dispositivos de monitoreo GPS, de acuerdo con un reporte de Los Angeles Times. Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), sería menos engorroso deportarlos en caso de no pasar el proceso de asilo. “Esta estafa se intentó hace años y fue rechazada por un juez. Le enviaremos a Biden la misma justicia rápida y agregaremos aún más autobuses de migrantes a Washington DC”, escribió Abbott en la red social X, haciendo referencia a una política similar implementada durante la presidencia de Ronald Reagan.
Biden considers forcing migrant families to remain in Texas.
This scam was tried years ago & was shot down by a judge.
We will send Biden the same swift justice.
And, we will add even more buses of migrants to Washington D.C.https://t.co/732FdGZ8jB
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) September 8, 2023
Crisis desbordada
Casualidad o no, el DHS estaría manejando la posibilidad de mantener a los migrantes en Texas justo cuando Nueva York, Massachusetts o Chicago no se dan abasto y sus funcionarios demócratas deben admitir que la política frente a los cruces irregulares que tanto defendían, se volvió insostenible.
Tampoco han servido las medidas implementadas por Biden luego de que el Título 42, creado por el expresidente Donald Trump, quedara anulado. Ni la aplicación CBP One para solicitar una cita con las autoridades migratorias previo al cruce, ni la deportación inmediata de ciertas nacionalidades han sido útiles. Solamente por la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, han cruzado 331.213 migrantes irregulares en lo que va de año. La gran mayoría tiene como meta llegar a Estados Unidos.
Las voces republicanas continúan reclamando medidas efectivas sin que sus pedidos sean atendidos y las consecuencias se ven en las cifras oficiales. En julio hubo 183.503 cruces por fuera de la ley, más que los 144.566 de junio. Si se compara el periodo de enero a julio del año pasado (1.428.375), tampoco hay mucha diferencia con el año en curso (1.254.002). La política migratoria de la Administración Biden sigue siendo un fracaso.
En el caso de Nueva York, el alcalde Eric Adams parece ganarse más detractores de ambos bandos con el pasar de los días. Por un lado, están los neoyorquinos que rechazan los refugios instalados en áreas de esparcimiento y en canchas deportivas. Por el otro, están quienes ahora lo tildan de “xenófobo” por decir que los migrantes “van a destruir la ciudad”. El funcionario está haciendo malabares para recibir a las 3000 personas en promedio que llegan a la semana, lo que generará un déficit de 12.000 millones de dólares para la ciudad, dicho por él mismo.