Ante la marea de críticas y los continuos señalamientos por espionaje, a la directiva de la aplicación china TikTok no le quedó otra que contratar a una empresa de consultoría política y asuntos públicos para que mejore su imagen dentro de Estados Unidos y la salve de quedar prohibida en todo el país. Se llama SKDK y casualmente el actual presidente Joe Biden es uno de sus clientes.
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El papel de esta empresa es prestar asesoría en temas comunicacionales. Y es que TikTok está en el ojo del huracán por servir al régimen chino, robar datos de usuarios e influir en el público más joven al punto de tener el potencial de transformarse en una “súper arma”. Tal como han advertido analistas “sin prisa pero sin pausa, podría convertir a la juventud occidental -su futuro- en ‘yonquis’ de la dopamina perpetuamente distraídos”.
El coctel de investigaciones por las dobles intenciones de la aplicación china, junto con el hecho de que en enero pasado legisladores presentaran un proyecto de ley para prohibir su funcionamiento en EE. UU. avizora un futuro oscuro para la plataforma. No obstante, que contraten a una empresa relacionada con el presidente demócrata no hace más que despertar suspicacias. Son bien conocidos los nexos que hay entre Biden y empresas chinas debido a negocios de su hijo Hunter.
Adentro de la Casa Blanca
De acuerdo con la información que difundió Político, SKDK “es vista como la firma demócrata mejor conectada en Washington con exempleados de alto nivel en puestos en la Administración Biden”.
La estratega en política, Anita Dunn, es una de sus fundadoras y adicionalmente, desde mayo de 2022 es la asesora principal del mandatario demócrata. Según un artículo publicado en noviembre pasado por The New York Times, estaría detrás de la planificación para la campaña de reelección de 2024 de Biden, una candidatura aún no confirmada y la cual tiene varios obstáculos en el medio.
Pero no es la única persona que conecta a Biden con China por medio de SKDK. El portal estadounidense también señala que “otros exempleados” de la firma “incluyen a los subdirectores de comunicaciones de la Casa Blanca, Kate Berner y Herbie Ziskend; la subsecretaria de prensa del Pentágono, Sabrina Singh, y el secretario de prensa del Departamento del Interior, Tyler Cherry”.
Como resultado se forma una triangulación entre una empresa china sobre la que pesan fuertes acusaciones de espionaje, la imagen que esta quiere limpiar en EE. UU. y un presidente que ha sido especialmente flexible frente a Xi Jinping, incluso cuando anuló la orden de su antecesor Donald Trump para que ByteDance, la compañía matriz, traspasara sus operaciones a manos estadounidenses.
El cabildeo de ByteDance
Pero contratar a SKDK no ha sido el único intento de TikTok para evitar su expulsión de EE. UU. también ha gastado “más de 13,4 millones de dólares en cabildeo desde que informó por primera vez pagos a cabilderos federales en 2019”, según un análisis reciente de OpenSecrets.
Solo el año pasado, ByteDance fue la cuarta empresa de Internet más grande en cabildeo federal, solo superada por Amazon.com y las empresas matrices de Google y Facebook, agregó el reporte. Pero los esfuerzos son insuficientes. Cada vez más estados prohíben su uso en dispositivos oficiales como Virginia, Texas, Tennessee o Alabama.
Son muchos los nombres de funcionarios dentro del Capitolio que forman parte del cabildeo. A pesar de ello, será difícil borrar antecedentes más que cuestionables como los datos de usuarios estadounidenses a los que accedieron empleados de la aplicación desde China. El propio régimen de Xi Jinping tuvo que admitirlo.