Laboratorios estadounidenses podrán seguir experimentando con la creación de híbridos entre humanos y animales conocidos como “quimeras”, una práctica que roza la ficción al peor estilo de Hollywood. Una enmienda republicana, que buscaba criminalizar esta práctica, fue rechazada por los demócratas en el Senado.
La votación quedó 49 votos a favor (47 demócratas y los independientes de izquierda Bernie Sanders y Angus King) frente a 48 en contra. Desde el bando republicano lo catalogan como éticamente impensable por plantear serios conflictos éticos y pragmáticos.
La práctica puede no ser tan conocida pero existe, y los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés) están en deuda con el tema. Por ello, 32 congresistas enviaron una carta a su director, Chris Smith, expresando su preocupación por la investigación de quimeras humano-animal. También consultaron qué planea hacer el organismo al respecto.
48-49: Senate defeats Braun (R-IN) amendment to prohibit certain types of human-animal chimeras. 60 votes were needed for passage. pic.twitter.com/of3m3gLjSm
— Craig Caplan (@CraigCaplan) May 27, 2021
“La vida humana es distinta y sagrada, y la investigación que crea un híbrido animal-humano o transfiere un embrión humano al útero de un animal o viceversa debería estar completamente prohibida, y participar en experimentos tan poco éticos debería ser un crimen”, argumentó el senador y copatrocinador de la enmienda, Mike Braun.
Embriones quiméricos in vitro
La Endless Frontier Act planteaba multas por hasta un millón de dólares y máximo 10 años de prisión para quienes practiquen los experimentos que han recibido el rechazo de grupos como la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU., Family Research Council, National Right to Life e incluso PETA, por considerarla otro tipo de tortura animal al infligir sufrimiento a seres vivos.
La perturbadora práctica consiste en inyectar células madre humanas en embriones no humanos, por lo general de primates. La Sociedad Internacional para la Investigación de Células Madre (ISSCR, en inglés) publicó hace pocos días un documento referido a la investigación quimérica. Allí detalla que “no está permitido” transferir embriones quiméricos humano-animal a un útero humano o de simio, ni “criar” quimeras humano-animal “donde puede haber células germinales humana”.
Pero el documento sí permite el cultivo in vitro, la cual “debe realizarse durante el tiempo mínimo necesario para lograr el objetivo científico”. Los científicos que la defienden dicen que “contribuye” a la medicina regenerativa y al cultivo de órganos humanos en otras especies.
¿Humano o animal?
La sociedad civil se ha plantado frente a esto. De hecho existe una recolección de firmas en línea para detenerlo. La propuesta cita el Código de EE. UU. que protege a cualquier bebé humano nacido vivo como persona. Mientras que la fetología define a una persona humana desde que las células se fusionan en la concepción al comenzar el proceso de desarrollo en el útero.
“Debemos preguntarnos si los embriones de quimera con los humanos en desarrollo, los tejidos se consideran humanos o no”, planeta el sitio web. Un tema válido de análisis.
Recientemente circuló la noticia de que científicos de China y EE. UU. inyectaron células madre humanas en embriones de primates y los pudieron cultivar por 20 días. Un período considerado amplio entre los especialistas. En 2019 se había hecho lo mismo con 132 embriones de mono inyectados con células humanas.
Una nota de The Federalist señala que en la actualidad, la investigación de quimeras humano-animal todavía tiene prohibido recibir fondos federales, pero avanza con una regulación limitada en laboratorios universitarios y privados.
Además, existe el dilema de qué raza sería el producto de las investigaciones ¿humanos o animales?. El cuestionamiento fue alertado en 2016 por la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. No sin antes exponer otro problema ético, el de explotar embriones humanos “como fábricas de células para investigación”.