El candidato demócrata, Joe Biden, sorprende una vez más con un discurso que busca congraciarse con el “progresismo” propio de la izquierda. Su estrategia se centró en respaldar la transición de género, en caso de plantearse en niños de ocho años.
Las declaraciones hechas en medio de su “town hall“, televisado por la cadena ABC, desataron sentimientos encontrados. Hay quienes lo aplauden y hay quienes lo repudian. Joe Biden aprobó la opción de dar una respuesta médica a infantes que puedan sufrir de disforia de género. Se trata de un término usado para designar la inconformidad que siente un niño con su sexo.
Biden considera la transición de género como una respuesta prácticamente innata a la disforia de género, algo que todavía se encuentra bajo estudio.
“La idea de que un niño de 8 o 10 años decida, ya sabes, diga: ‘quiero ser transgénero, eso es lo que creo que me gustaría ser. Eso haría mi vida mucho más fácil’. Esto debería tener cero discriminación”, dijo Biden al ser consultado sobre el tema en Filadelfia.
Joe Biden—who people tell us is not a radical—thinks 8 year olds should be able to be trans. This is complete far-left ideological insanity. pic.twitter.com/yveMveSuMx
— David Reaboi (@davereaboi) October 16, 2020
Lo que ignora Biden sobre la disforia de género
Peter Sprigg, investigador principal de estudios de políticas en Family Research Council Action explicó este comportamiento en niños, según publica Cision PR Newswire. Al respecto, el experto indicó que “la respuesta de Joe Biden en el ayuntamiento ignora los estudios que han demostrado que, cuando se les deja solos, la mayoría de los niños con tales condiciones las superan y no se identifican como adultos ‘transgénero'”.
Sprigg alude que tales condiciones e identidades son cada vez más aceptadas y afirmadas activamente, no solo a través de la ‘transición social’ (cambiando la expresión pública de la identidad de género), sino también mediante intervenciones fisiológicas radicales.
Estos incluyen el uso de medicamentos para bloquear la pubertad normal, hormonas de sexo cruzado y cirugía de cambio de género, acciones que a la larga, sin la adecuada atención psicológica puede causar un revés en la vida del paciente sometido a este tipo de tratamiento.
Para cerrar su intervención, Sprigg explicó que “cada uno de estos procedimientos tiene serios efectos secundarios negativos, incluyendo la esterilización permanente. A pesar de que se afirma lo contrario, estos procedimientos a menudo no son reversibles y no están ‘basados en evidencia’, porque la investigación no ha demostrado que sean eficaces para lograr su propósito, que es mejorar la salud mental del paciente”.
La polémica detrás de la asignación de género
Este tema -que ha traído tela que cortar- se inició con una regulación que aprobó Barack Obama para prohibir la discriminación de género. Esta ley no llegó a entrar totalmente en vigor. En diciembre de 2016, un juez de Texas suspendió esta legislación. En ella se hacía una definición de género y lo admitía como “hombre, mujer, ninguno o una combinación de hombre y mujer”.
Biden dijo en el calor de su campaña que anularía las órdenes de la administración Trump que señalan directamente al género como “hombre o mujer definido por la biología”.
Sin embargo, el exvicepresidente no explicó qué haría con las exenciones religiosas para médicos u organizaciones religiosas sin fines de lucro que aún presenten objeciones de conciencia a la cirugía de transición de género.