Hace tiempo que es evidente que Alberto Fernández no es el verdadero presidente de Argentina. A pesar que todavía ostenta el cargo formal, ha desaparecido de la escena y se ha tornado menos relevante que los mandatarios en los países con fuertes primeros ministros. Desde hace varios meses, que el que hace y deshace en el gobierno es el ministro de Economía y candidato a presidente del peronismo, Sergio Massa.
En las últimas horas, esto que era parte del análisis político se plasmó en la realidad con una torpe jugada de Fernández, que no fue avalada por Massa. Resulta que el presidente saliente denunció a Javier Milei y a dos de sus colaboradores por el simple hecho de decir en una entrevista que la gente no debería ahorrar en pesos.
Sin consultar con el candidato a sucederlo ni su equipo de campaña, el jefe de Estado radicó una denuncia penal, por algo que es evidente que no se trata de ningún delito. Sin embargo, Fernández insiste con la tesis que Milei y su equipo son responsables por la última subida del dólar, que ya se ubicó cómodamente por encima de los 1000 pesos.
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En sus rebuscados argumentos, Alberto afirma que “no se tratan de hechos aislados y de personas comunes sin responsabilidad actual o futura”. Advierte en su insólita denuncia que “los hechos” (decir que el peso se seguirá devaluando) fueron “llevados a cabo por individuos que, o bien gozan de un cargo público electivo en ejercicio o bien se encuentran postulados para asumir otros similares”.
Según la premisa de la denuncia, un diputado o un candidato tendría que tener limitada su libertad de expresión, sobre todo si desea ser honesto con la ciudadanía. Es evidente que todo esto no tiene pies ni cabeza. Justamente por esto es que en el massismo hay enojo con el presidente Fernández.
¿Qué consideran Sergio Massa y su equipo de campaña? Que, como con otras operaciones del pasado, en lugar de perjudicar a Javier Milei, todo esto lo beneficia. Cabe destacar que ayer a la tarde, el candidato hizo una conferencia de prensa junto a los otros denunciados, donde aseguró que el mandatario argentino busca “proscribirlo” de la lucha electoral. Sin embargo, Milei dijo que Fernández fracasará en su objetivo y que el oficialismo terminará sufriendo una paliza en las urnas.
Desde el massismo aseguran en off a los medios nacionales que Alberto “se cortó solo”, que hizo “todo lo que no hay que hacer” y que su insólita denuncia no hizo otra cosa que causar “daño” a la candidatura del peronismo, ya que le permitió al candidato opositor “victimizarse”. Según la última estrategia de Massa y su equipo, la idea que busca plantear el equipo de campaña es no confrontar directamente con Milei ni cuestionar a sus votantes. Consideran que, al menos en esta instancia donde buscan entrar al balotaje, todas las intervenciones deben limitarse a lo “propositivo” y “superador”. La denuncia de Alberto rompió al medio la estrategia que el equipo de campaña venía desarrollando desde los debates presidenciales.