Cuando Florencia Arietto desembarcó en Juntos por el Cambio, con el fanatismo de los conversos, pocos fueron los que repararon en su historial. Su énfasis a la hora de defender a Mauricio Macri o a Patricia Bullrich buscaba silenciar un pasado de panelista en el programa 678. Es que, en los años del primer kirchnerismo, la abogada desfilaba en las pantallas afines cuestionando a “la derecha” y reivindicando su posición “de izquierda”. Con un par de años menos y otro peinado, hasta reivindicaba y citaba a Ernesto ‘Ché’ Guevara. Luego pasó por el massismo y finalmente terminó en la gestión de Juntos por el Cambio, trabajando con la entonces ministra de Seguridad. Ahora, en las filas de Horacio Rodríguez Larreta, no se pone colorada a la hora de fustigar a la precandidata presidencial por televisión. Sin embargo, la traición de Arietto a Bullrich contribuye para dejar en evidencia las características del armado del intendente capitalino.
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En una entrevista de esta semana, la abogada cuestionó a la rival de Larreta en la interna del PRO por los operativos que comandó siendo ministra. Palabra más, palabra menos, la acusó de irresponsable y de fomentar un modelo que deja “muertos” tirados en cada intervención. En sintonía con los argumentos del kirchnerismo más radical, Arietto responsabilizó políticamente a Bullrich por las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. “Dobla a 180 en todas las curvas”, aseguró la exfuncionaria, actualmente alineada con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
El caso Maldonado es un emblema de la mentira K, no puede ser que alguien de JxC lo invoque para criticar al contrincante interno. Esto es campaña sucia.
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Más allá de la posición que cada uno tenga sobre la cuestión en materia de los operativos de seguridad, la alineación de Arietto en el larretismo es otro claro ejemplo de que el equipo del intendente se parece más a un rejunte de dirigentes que a un armado con base a un programa de gobierno. Recientemente, la exdiputada Cynthia Hotton también se sumó al bando de Larreta, aceptando un cargo público en la administración de la ciudad. Lo paradójico es que la referente “celeste” en contra del aborto comenzó a trabajar en un equipo cuya mayoría de los miembros manifestó la posición contraria en el debate de la mal llamada ley de “interrupción” del embarazo. Si Hotton enfoca su discurso en favor de la vida (en un espacio denominado “Valores para mi país”), ¿qué hace en un grupo político de mayoría “verde”?
Claro que el larretismo ha demostrado que, en materia de principios no es ni “celeste” ni “verde” ni se define por principio o valor alguno. Se trata de un rejunte de políticos, muchas veces con salarios públicos de la ciudad, que tiene como finalidad darle músculo a la candidatura presidencial del intendente.
Aunque esto sea escandaloso de por sí, vale la reflexión sobre la falta de programa de un espacio político, que podría tener que hacerse cargo de Argentina en uno de sus momentos más complicados. Hoy más que nunca, el país necesita respaldar en las urnas a un próximo gobierno que tenga, sobre todas las cosas, un ambicioso programa de reformas generales. Horacio Rodríguez Larreta y sus socios de la Unión Cívica Radical ya reconocieron que no lo tienen. “Hay que ver con qué nos encontramos”, dijo el jefe de Gobierno.
La improvisación y la falta de rumbo, sobre todo con el kirchnerismo en la oposición, pueden significar una tragedia para Argentina a partir de diciembre de este año. Larreta no lo percibe y avanza con un armado que no es más que un rejunte de personas que, en el mejor de los casos, piensan diferente entre ellas. En otros, como ocurre con Florencia Arietto, la opinión depende de la coyuntura y sus socios políticos del día.