No hace mucho que el exministro de Salud Ginés González García tuvo que dejar su cargo. La insólita confesión radial de Horacio Verbitsky, para muchos una impune operación política, dejó en evidencia que los amigos del poder se vacunaban más rápido y con privilegios. Ni siquiera importaba si los beneficiados no se estaban dentro del rango de máxima urgencia, como a quienes se les otorgaron las primeras dosis de la Sputnik V disponibles en el país.
Pero la Argentina kirchnerista no tiene paz. Aunque hay nueva ministra en funciones, y se repudió oficialmente lo que los medios denominaron el “vacunatorio VIP” con la salida de Ginés, la discusión sobre la discrecionalidad sigue vigente. El debate ahora gira alrededor de dos mujeres jóvenes que ya recibieron sus vacunas, pero que no forman parte tampoco de los grupos de emergencia prioritarios. La estupidez de postear en las redes sociales los certificados las dejaron en boca de todos.
El “culito” de la becaria
Una vez más, el rol de la becaria en la política termina de manera escandalosa. Sin embargo, no hablamos del glamour de la Casa Blanca durante la administración de Clinton, sino del distrito peronista de Avellaneda. Jorge Ferraresi, actual ministro nacional y exintendente de la ciudad, donde mantiene toda su influencia política, apareció en las fotos de Stefanía Desirée Purita Díaz, vacunada a pesar de sus 18 años.
La joven manifestó en sus redes sociales su “admiración, lealtad y cariño” por Ferraresi. En una oportunidad, la becaria le escribió al dirigente kirchnerista: “No me alcanza el corazón para expresar tanta gratitud”. Sin embargo, los medios oficialistas buscaron desviar el eje de la discusión, ya que el periodista Jorge Lanata, al informar la noticia, manifestó que la becaria tiene “lindo culito”. Así comenzaron las acusaciones de “misógino” y “machista”, por lo que el periodista terminó discutiendo hasta con la “editora de género” de TN, donde trabaja.
“¿Personal de salud?”
Otro de los casos que generaron polémica fue el de la dosis que recibió Antonella Delmonte, de 24 años. La joven justificó su vacuna diciendo que es “personal de salud” y que trabaja como recepcionista en un consultorio médico. Según sus declaraciones, sus mismos empleadores le dijeron que debía vacunarse. Delmonte se defendió en las redes sociales y aseguró que todo se trata de un “ataque misógino” para “dañar” su imagen.
Sin embargo, aunque hizo público su descargo en redes sociales, no mostró la documentación que respaldaría su argumento. Dijo que eso lo presentará solamente ante la Justicia. El problema es que el ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires aseguró que Antonella “mintió en el proceso de inscripción”. Un dato que podría tener alguna relevancia para la investigación es que su madre trabaja en la intendencia de Merlo, también peronista.