Luego de un día de insólitos intercambios entre los gobiernos de Argentina y Bolivia se terminó la novela. Los funcionarios que responden a Evo Morales manifestaron públicamente que cambiaron de opinión y ahora sí le darán atención y cobertura médica a los ciudadanos argentinos que se encuentren en territorio boliviano y necesiten la prestación.
Todo comenzó cuando desde la provincia de Jujuy (limítrofe con Bolivia) solicitaron un acuerdo de reciprocidad para los argentinos allí, ya que muchos ciudadanos bolivianos cruzan usualmente la frontera para acceder a la salud pública del lado argentino. Según las autoridades jujeñas, estos pacientes consumen entre el 7 y el 10% de los insumos y recursos disponibles.
Ante la clara negativa de Bolivia, por considerar que la solicitud no se aplicaba a sus normativas vigentes, las autoridades argentinas decidieron salir a “marcar la cancha” y a manifestar que si no hay reciprocidad, los gastos que arrojen la atención de los bolivianos, serían cobrados directamente al Estado. Esta era la situación hasta esta tarde.
Cambio de opinión
“Anunciamos que se hará una adecuación de nuestra norma interna para otorgar atención en reciprocidad para que ciudadanos argentinos gocen de los mismos derechos que los bolivianos en nuestro territorio”, fueron las palabras hace instantes del canciller boliviano Fernando Huanacuni en el marco de una conferencia de prensa.
Más allá de las críticas del funcionario boliviano, que responsabilizó al escándalo mediático a la prensa, lo cierto es que el Gobierno de Evo Morales, lisa y llanamente cambió de opinión. ¿Por qué? Seguramente habrán “hecho cuentas”.
Entonces…¿Quién ganó?
A simple vista, la “recapitulación” fue boliviana. Se impusieron las condiciones del Gobierno argentino y en tan sólo unas horas, formalmente las autoridades que responden a Morales se desdijeron en su palabra. Sin embargo, son los bolivianos los que, “técnicamente”, hacen negocio.
Claro que el óptimo para Bolivia hubiese sido el status previo al escándalo. Es decir, que sus ciudadanos se atiendan gratis en Argentina y ellos no prestar ningún servicio. Pero dado el cambio de reglas de juego, el esquema de reciprocidad termina siendo más redituable para Bolivia que “pagar la cuenta” de los servicios prestados en Argentina.
Esto es porque, a grandes rasgos, existen muchos más bolivianos que requieren salud pública en Argentina, que el caso opuesto. Del total de extranjeros en Argentina, el 19% son bolivianos, cifra que representa a más de 350 mil personas (registradas). Estos datos, lógicamente, no incluyen a las personas que viajan sólo para recibir atención médica (que en teoría fue el grupo en particular que generó el reclamo). En el caso opuesto, hay nada más que 45 mil argentinos viviendo en Bolivia, y hasta el momento, ninguno que viaje exclusivamente para recibir asistencia médica.
Es por todo esto que el conflicto deja un sabor agridulce en ambos bandos. De los dos lados de la frontera ganaron y perdieron algo. Sin dudas el aspecto más destacable fue que se ponga en debate que los sistemas públicos no son gratuitos. La frase del ministro de Salud argentino sobre que “no hay algo como un almuerzo gratis”, significó un avance en cuanto a la calidad de la discusión en Argentina.