Las elecciones en Brasil aún no se definen y ambos candidatos han dado un giro en su estrategia para capitalizar los votos “del otro lado”. En el caso del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva eso implica ganarse el voto de los cristianos, que hasta ahora han respaldado en su mayoría al presidente Jair Bolsonaro, ya que el jefe de Estado brasileño ha dejado en claro desde su campaña anterior que Dios está encima de todo.
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La polémica relacionada con la religión se ha acentuado a pocos días de celebrarse la segunda vuelta presidencial en Brasil, es por ello que la campaña de Lula ha tratado al TSE contra la difusión en redes sociales este martes de un video de un hombre que dice ser satanista y simpatizante de la candidatura del PT a la presidencia. La acción apunta al autor del video, además de Flávio Bolsonaro (PL-RJ), Carla Zambelli (PL-SP) y otros seis bolsonaristas que compartieron la publicación.
Ahora, lo curioso en todo esto es que la evidencia ha dado muestras de que Lula da Silva no da indicios de ser un hombre cristiano, sino que adecúa su discurso para que llegue a la población católica que es cercana al 85 % en el país suramericano. Un ejemplo de esto es que el referente del Partido de los Trabajadores (PT) usó el Día de San Francisco para posar junto a dos frailes franciscanos e instrumentalizó la figura del protector de la naturaleza para marcar un discurso ambientalista y pacifista. No obstante, como señala el Profesor Leonidas de la Revista Esmeril, la imagen de un San Francisco de paz y amor “es una creación de los revolucionarios para invertir los valores cristianos”.
El experto recordó que San Francisco encendió una hoguera para retratar a las prostitutas lo que sería el infierno que le depara a quien no lleva una vida de rectitud. Es decir, señalaba el mal y sus consecuencias. Y predicaba el camino a la salvación. De igual manera, besaba la herida de los leprosos para curarlos. No ostentaba pobrismo para luego atenderse en el mejor hospital, como hizo Lula. Incluso convertía a los musulmanes, reconociendo que hay una verdadera fe; no que es relativa.
Por último, los votos de pobreza de los franciscanos los aplican para sí mismos, no los imponen a los demás y lo hacen desde el ejemplo. No ostentan caridad con el dinero ajeno. Cosa que Lula da Silva no hizo. Al contrario, estuvo en prisión por corrupción. Además del escándalodel Lava Jato, por medio de Odebrecht, despojó de dinero a su pueblo para financiar obras que sostengan hoteles de lujo que enriquecen a una tiranía comunista como Cuba que persigue la fe.
Como dijo el filósofo brasileño Olavo De Carvalho: “Lo peor que hizo Lula no fue robar, fue robar para ayudar a regímenes genocidas. Mi Dios del cielo. Fue cómplice del homicidio en masa“.
Lula apoya regímenes que persiguen cristianos
El peligro más inminente se evidencia por su alianza con el mayor perseguidor de la fe en el continente americano: Daniel Ortega. Mientras el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ofreció asilo para los religiosos perseguidos en Nicaragua, el sandinista respaldó la candidatura de Lula, así como usó sus poderes de dictador para expulsar del país hasta a las hermanitas de la Caridad, la orden de monjas de la Madre Teresa de Calcuta.
En un solo día Ortega cerró 7 radios católicas, secuestró sacerdotes y apresó a un obispo, además que prohibió las procesiones y el acceso a la misa, que tuvo que se celebrada por medio de una reja en Matagalpa.
Y no es lejana a la realidad de Brasil con Lula. Durante su campaña dijo en al menos nueve ocasiones que censuraría a la prensa. Asimismo, fue capturado en video diciendo que con la fuerza militar a su mando callaría a las voces religiosas que se inmiscuyan en la política.
“Estoy hablando a los que son pastores, a los que son sacerdotes, a los que son ateos. Hablaré a todos como pueblo brasileño, como votantes. Si gano las elecciones, entonces hablaré con los militares como jefe de las Fuerzas Armadas, como jefe supremo, para decir cuál es su papel: no es meterse en política, porque eso no está bien”, aseguró.
O cristão que ainda vota no PT ou é muito desavisado ou não é cristão de verdade. Lula nem esconde mais suas intenções. Depois da regulação da imprensa, confessa q a sua igreja será regulada e logo será um braço do petismo. pic.twitter.com/XuF6cGxQDq
— Alexandre Aleluia (@AlexAleluia) August 30, 2021
PT abogó por cerrar iglesias
La situación de la pandemia sirvió como termómetro para medir el control de los gobiernos sobre la sociedad civil. En todo momento el partido de Lula abogó por el cierre de iglesias. Bolsonaro, por el contrario, declaró que era un servicio vital y por ende debían permanecer abiertas.
Eso sin contar con las políticas abiertamente anticristianas de Lula. El propio Bolsonaro destacó el contraste entre ambos candidatos:
– Lo que está en juego son caminos claramente opuestos y muy bien definidos. Por un lado, el socialismo, la liberalización del aborto, la victimización de los delincuentes, la legalización de las drogas, la relativización del crimen, la satanización de la policía, la corrupción sistémica y la destrucción de la familia.
– Por otra parte, la defensa de la libertad y la propiedad privada, el derecho a la legítima defensa, la lucha contra las drogas y la violencia, la protección de la vida desde la concepción, el libre mercado, la defensa de la inocencia de los niños y un gobierno honesto que camina junto al pueblo brasileño.
Si bien la cristiandad no promueve un sistema económico establecido, el socialismo es incompatible con los mandamientos, sobre todo: no robarás y no condiciarás los bienes del prójimo. De manera que la propuesta de Lula ha demostrado que no es cristiano. Aunque lo que alberga su pensamiento y corazón está en su fuero íntimo, su accionar está a la vista de todos. “Por sus obras os conoceréis”.