Cohetes sobrevuelan Tierra Santa. El domo de hierro protege a Israel de los proyectiles que vienen de Gaza. Frente a esto la congresista musulmana Ilhan Omar, del Partido Demócrata de EE. UU., reclamó que los palestinos no tienen dicha protección y el saldo de civiles muertos que supera la veintena, incluidos niños, va en aumento.
Acusó incluso de “terrorismo” a Israel por haberse defendido, cuando los reportes señalan que los ataques contra la Franja de Gaza fueron en respuesta a los más de 160 cohetes lanzados por Hamás contra Israel mientras miles de israelíes estaban en las calles celebrando el Día de Jerusalén, fecha en la que se conmemora la reunificación de la ciudad tras la Guerra de los Seis Días de 1967. Incluso el parlamento de Israel, el Knéset, tuvo que ser evacuado.
Por sus declaraciones recurrentes contra Israel, en febrero del presente año 1500 rabinos ortodoxos pidieron al Congreso de EE. UU. que rescindiera el nombramiento de la legisladora Ilhan Omar como vicepresidente de un subcomité de asuntos exteriores de la Cámara de Representantes.
Vale destacar que Hamás, movimiento islámico que gobierna Gaza a cargo del lanzamiento de los proyectiles, ha sido denominado como una organización terrorista por EE. UU. y la Unión Europea.
En Latinoamérica, Hamás incluso se ha mostrado favorable al chavismo. La demostración más frontal fue haber acusado el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela por parte de la comunidad internacional como un “golpe de Estado” contra quienes ellos consideran el “legítimo” presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. También denunciaron “la injerencia de los Estados Unidos” en los asuntos internos venezolanos.
Este mismo discurso lo ha adoptado la congresista Ilhan Omar. Al igual que Hamás, llamó “golpe de Estado respaldado por EE.UU.” el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente por parte de Donald Trump.
Con Trump se logró la paz en Medio Oriente, con Biden está en peligro
La paz en Medio Oriente se volvió una realidad bajo la Administración de Donald Trump. Israel pactó acuerdos comerciales y en materia de salud con Baréin y Emiratos Árabes Unidos. Dentro del acuerdo, el presidente Trump puso la condición de no avanzar más sobre los Territorios Palestinos y el acceso a los lugares sagrados para los musulmanes.
Con el líder republicano fuera del poder, ambas condiciones están en riesgo. Pues en medio de la tensión que se vive, Israel usó granadas ensordecedoras para dispersar a una multitud en la explanada de las mezquitas en Jerusalén e incluso ingresaron fuerzas policiales a los templos.
Los choques en la ciudad disputada por las tres religiones abrahámicas han sido mayormente por causa de las familias palestinas que están siendo expulsadas del barrio de Sheikh Jarrah en Jerusalén para ser reemplazadas por familias de colonos judíos, en medio de una disputa legal que lleva décadas.
La congresista Ilhan Omar señala esto como una “limpieza étnica”. Pero no es la única. A ella se suman otros legisladores demócratas como Rashida Tlaib de ascendencia palestina y Andre Carson. También Ayanna Presley y Mark Pokan, que llamó abiertamente a condenar tanto los cohetes disparados contra Israel como los ataques contra la población palestina, argumentando que EE. UU. no puede financiar esta violencia; dado que Washington le envía recursos a Israel para su protección.
Statement from @IlhanMN, @RashidaTlaib and @RepAndreCarson: "For decades, we have paid lip service to a Palestinian state, while land seizures, settlement expansion, and forced displacement continue, making a future home for Palestinians more and more out of reach." pic.twitter.com/re7XpETJBe
— Gideon Resnick (@GideonResnick) May 10, 2021
Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, dijo que los ataques con cohetes contra Israel “deben detenerse de inmediato” y pidió que “todas las partes” detengan la escalada.
Pero no hay indicio de ello. Al contrario, Israel ya reportó la mañana de este martes 11 de mayo sus primeras víctimas fatales: dos mujeres murieron al estar en un edificio antiguo sin protección antiaérea en Asquelón, una de las ciudades más cercanas a Gaza.
Ahora la Administración de Joe Biden debe enfrentar su primer gran reto en la zona más disputada del mundo, con miembros de su partido abiertamente activistas de uno de los bandos en conflicto, que no es el que históricamente Washington ha apoyado.