En pleno siglo XXI existen en el mundo regímenes corruptos y autoritarios que se apoyan unos a otros para mantenerse en el poder. Este grupo, conformado por Venezuela, Irán, Rusia y Turquía, ha sido etiquetados como el acrónimo “VIRTU maquiavélico” por Aykan Erdemir, miembro superior de la Foundation for Defense of Democracies (Fundación para la Defensa de las Democracias) y exmiembro del parlamento turco.
Según un reciente artículo publicado en The American, Erdemir señala que mandatarios como el venezolano Nicolás Maduro; el iraní, Ali Jamenei; el turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ruso, Vladímir Putin, “suscriben en la práctica, las máximas de Nicolás Maquiavelo de que los príncipes deben ‘ignorar la reputación de crueldad’ y que ‘ser temido es mejor que ser amado’”.
Estos líderes se sienten rechazados por la comunidad internacional, peleando una batalla contra el imperialismo norteamericano y la hegemonía del dólar. Afirman buscar un nuevo mundo multipolar compuesto de actores de poder regionales que gobiernan “benévolamente” sobre sus respectivas esferas de influencia, dijo. Por lo cual, cooperan cada vez más entre sí para frustrar los objetivos estadounidenses y eludir las sanciones de la comunidad internacional.
Y aunque el analista turco afirmó en entrevista para el PanAm Post que no cree que este bloque de países ofrezca al mundo un modelo sostenible, sí puede seguir fortaleciéndose y atrayendo a otros. “La comunidad internacional necesita permanecer alerta, ya que la cleptocracia y el autoritarismo son contagiosos y también tienen una influencia corruptora sobre los ciudadanos y las instituciones de los países democráticos”, advirtió.
Explicó que mientras más se profundice la solidaridad entre estos países y se amplíe su alianza, se extenderá la vida de estos regímenes cleptocráticos, y por ende una mayor pobreza y miseria para sus ciudadanos.
Solidaridad automática
Esta solidaridad es evidente y está en pleno apogeo. Solo por poner un ejemplo, en los últimos meses, países como Turquía y Rusia han apoyado al régimen de Maduro en forma de cooperación económica y diplomática.
En julio de este año se conoció que Venezuela exportó a Turquía USD $779 millones en oro entre enero y mayo del 2018. Estos son los primeros envíos a ese país, según los registros del Instituto de Estadísticas turco. Acción que fue calificada por REUTERS como una evidencia más de cómo la nación sudamericana hace frente a la ola de sanciones vigentes desde el año pasado.
Y solo la semana pasada, el canciller turco, Mevlüt Çavusoglu, visitó Venezuela y, conjuntamente con su homólogo venezolano, Jorge Arreaza, firmó una serie de acuerdos para fortalecer las relaciones bilaterales.
Canciller de Turquía @MevlutCavusoglu : Estamos del lado del pueblo venezolano, aumentaremos el apoyo a Venezuela en el momento difícil que atraviesa pic.twitter.com/0eJ3QQSZQ0
— Cancillería Venezuela ?? (@CancilleriaVE) September 22, 2018
Además, a principios de este mes Arreaza se reunió con el embajador de la Federación de Rusia, Vladimir Zaemskiy, con el fin de revisar proyectos conjuntos de cooperación bilateral. Ambos países cuentan con más de 260 acuerdos conjuntos suscritos en los sectores agrícola, petrolero, gasífero, industrial, militar, medicina, turismo, minería, transporte, entre otros.
#FOTOS | Canciller Jorge Arreaza @jaarreaza y el embajador de la Federación de Rusia en nuestro país, Vladimir Zaemskiy en reunión de trabajo para la revisión de proyectos conjuntos y fortalecimiento de la cooperación entre ambos países. pic.twitter.com/R9Y2slVKiM
— Cancillería Venezuela ?? (@CancilleriaVE) September 6, 2018
Incluso ante las reciente polémica sobre una posible intervención militar a Venezuela, el Gobierno de Rusia, a través de la portavoz de su Ministerio de Relaciones Exteriores, María Zajárova, condenó la acción como “una posible injerencia castrense (…), promovida por las élites políticas estadounidenses y las corporaciones mediáticas”.
#NOTICIA | Rusia condena amenazas de intervención militar en Venezuelahttps://t.co/vIQwLxOMkf
— Cancillería Venezuela ?? (@CancilleriaVE) September 20, 2018
Igualmente, Irán y Venezuela gozan de muy buenas relaciones. “Hemos firmado muchos acuerdos con Venezuela. Estamos dispuestos a ampliar las relaciones para el beneficio mutuo entre ambas naciones y los pueblos de la región”, dijo el pasado mes de agosto el embajador de ese país en Caracas, Mostafa Alaei, durante una entrevista en el programa Dossier, transmitido por el canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV).
#NOTICIA | Venezuela e Irán apuestan por una política integracionista y rechazan la intervención extranjerahttps://t.co/rKQaqGNTFn
— Cancillería Venezuela ?? (@CancilleriaVE) August 20, 2018
Diferencias, similitudes y peligros
Para Erdemir, Venezuela es similar a Irán y Rusia. “Es un estado rentista, donde una camarilla política corrupta roba los ingresos productos de la renta de los recursos naturales. Hay pocos incentivos para levantar un sector productivo y una amplia base tributaria”, explicó.
Mientras que Turquía es el único país VIRTU sin recursos naturales, y por lo tanto no puede funcionar como un estado rentista. Dijo que este país, en términos de comportamiento y tono, “se parece mucho más a un Estado forajido que a un miembro responsable de la OTAN”, donde los inversionistas temen a los controles de capital y algunos analistas predicen un masivo rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin contar que dos ministros turcos fueron sancionados por el departamento del Tesoro de los Estados Unidos en agosto pasado.
“Erdogan se ha beneficiado de un acceso fácil a préstamos extranjeros baratos durante el período de flexibilización cuantitativa, pero ahora se queda con una economía muy endeudada y en bancarrota”, destacó el analista turco para el PanAm Post. Considera que la única manera para que la economía de ese país sobreviva es construyendo una economía productiva orientada a la exportación, así como una amplia base tributaria. Sin embargo, cree que Erdogan “no está dispuesto ni es capaz de hacer la transición a un modelo económico tan inclusivo”.
Aunque Erdemir eludió incluir formalmente en el bloque VIRTU a países como Cuba y Nicaragua, dijo que existen otros regímenes que se acercan a los requisitos del club por su naturaleza cleptocrática y autoritaria, pero no todos son tan francos como para desafiar abiertamente el orden mundial liberal. “Sin embargo, existe el denominador común de codicia que une a la élite política corrupta mundial, a pesar de que podría haber divergencias significativas en sus respectivas ideologías”, explicó.
Cada uno de estos países del club VIRTU plantea un conjunto diferente de riesgos para los valores y sistemas democráticos liberales. “Su efecto combinado lleva a violaciones aún más flagrantes de los derechos, las libertades y el bienestar de sus ciudadanos, así como de la población global en general”, explicó el analista turco.
Sin embargo, si tuviera que elegir cuál de este grupo es sería el más amenazante para la democracia mundial, Erdemir ser iría por los que apuntan a construir armas nucleares y han expresado repetidamente su voluntad de usarlas. Rusia las tiene. Irán cuenta con un programa de investigación de energía nuclear que ha sido supervisado por organismos internacionales, y siempre ha negado que esté en proceso de producir armas de este tipo.
Estrategia global contra las cleptocracias
Grupos como el VIRTU no deben ser pasados por alto por la comunidad internacional. “Una alianza de regímenes corruptos y autoritarios proporciona incentivos para la corrupción y el autoritarismo en otros países, ofreciendo a los cleptócratas un refugio ideológico”, dijo.
Agrega que además alianzas de este tipo brindan una infraestructura logística para evadir sanciones, lavar y esconder riquezas nacionales robadas. “Es imperativo que la comunidad internacional sancione estos regímenes corruptos que representan una amenaza para el bienestar, no solo de sus propios ciudadanos, sino también de la comunidad mundial en general”, insistió.
Sugiere que se trabaje hacia una estrategia global concertada, que pase de las sanciones unilaterales de EE. UU. a un régimen de sanciones globales dirigido a las redes de corrupción y de financiación ilícita de estos cleptócratas y sus oligarcas.
“Existe una necesidad urgente de regular y bloquear los paraísos fiscales. Una mayor cooperación transatlántica entre los EE. UU. y la Unión Europea podría ser un primer paso importante para construir una coalición mundial”, aconsejó.